Estudios Tecnológicos y Avanzados para la Comunidad.

Estudios Tecnológicos y Avanzados para la Comunidad

ETAC

                Filosofía del Derecho

Maestra:

Cinthya Verdiguel Estrada

Ensayo: “Libertad”

Presentado por:

Lizbeth Tepexicoapan Hernández

Autor:

Jesús G. Sotomayor Garza

Libertad

La ignorancia se ha convertido en el estandarte de la injusticia, del atropello, de la arbitrariedad y de aquellos que pretenden crecer sus intereses personales a costa de los que menos tienen. Los abusos contra las personas indígenas, en nuestros tiempos, se ha incrementado a pesar de leyes y normas que presumen de resguardar sus derechos.

A pesar de la existencia de estas normas, cada día aumenta el número de personas defensoras de los derechos humanos que presentan una denuncia ante las Naciones Unidas, debido a los excesivos abusos cometidos en México contra los indígenas y grupos vulnerables que son detenidos, torturados y encarcelados, recibiendo una condena injusta sin un proceso legal.

El detener a personas de diferente cultura y costumbres, no es un acto que se esté purificando y mucho menos erradicando en nuestros tiempos, ya que como se ha visto en estos últimos meses en nuestro país, las autoridades mexicanas recurren a la detención de ruralistas o indígenas como medio expiatorio, en el contexto de la implementación de más políticas contra el crimen organizado.

La detención y condena arbitraria a personas limpias de todo acto vandálico, no sólo conduce a graves irregularidades y violaciones a la ley y a la persona misma, sino a un problema que desde que el humano tiene uso de razón tiene como rasgo distintivo: el racismo. Factor consecuente que impide y priva de los derechos humanos a las personas.

De esta manera, a las personas rurales e indígenas se les ve como el sector débil de nuestra sociedad, utilizadas como forma para cubrir los actos delictivos cometidos por otras personas que buscan “saltarse la borda” por la vía fácil: la impunidad.

Un ejemplo claro de ello es el caso de José Ramón Aniceto y de Pascual Agustín Cruz, defensores nahuas del derecho al agua de la comunidad Atla, en el municipio de Pahuatlán, Puebla. Fueron detenidos en el 2010, durante el sexenio de Felipe Calderón, con el argumento de robo a vehículo con fuerza desmedida; detenidos por el simple hecho de ser los únicos sospechosos a la hora del asalto.

Y sin tener pruebas evidentes de que ellos fueron los autores de tal delito, se les dio una condena  de seis años y diez meses de prisión, con derecho a fianza. Sin embargo, y por obvias razones, la fianza no pudo ser pagada por los José Ramón y Agustín Cruz.

En las investigaciones del Centro Prodh (Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín PRO Juárez), se ha descubierto que el caso de los indígenas de Puebla se vincula con su lucha comunitaria, en el sentido de que sus acciones afectan directamente a los intereses de un grupo caciquil que poseía el monopolio para el acceso al agua. Para sacarlos del camino, se las ha impuesto esta condena.

Otra de las denuncias  que la ONU ha recibido es el caso de Hugo Sánchez, indígena mazahua del Estado de México, detenido el 2007 y condenado a más de 37 años de presión por secuestro y portación de armas. Sin embargo, en los testimonios obtenidos  por el Centro Prodh, muestran que Hugo no pudo haber cometido tal delito dado que desconoce cómo utilizar un arma de fuego.

Pero para la policía, vale más el aspecto de la persona que las evidencias mismas, ya que al habitante del Estado de México se le detuvo por “tener una actitud sospechosa.”

Para finalizar, quiero mencionar que la falta de ética, de valores, honestidad y compromiso, nos hace ver que en las leyes y la justicia también hay niveles. Ya no importa si las leyes dictaminan que le no tener recursos monetarios o ser autóctona te permite tener una defensa justa o equitativa, los derechos de los indígenas tienen importancia si reluce plata, o de lo contrario, no tiene validez.

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