Forma y Contenido

FORMA Y CONTENIDO
El sujeto pensante da a objetos inconscientes un contenido a través de la forma. Nunca la forma es independiente de su esencia o contenido. De tal manera, el contenido también es forma y la forma es a su vez, contenido.
Este acto del sujeto (contactarse con la forma, separarla del mundo infinito del objeto) hace que el sujeto y el objeto formen un todo continuo.  El sujeto no es solamente quien reconoce el mundo objetivo, sino también quien lo crea.
Una obra de arte existe porque contiene su propia contradicción. La esencia es el fundamento de la materia, y se va a determinar a sí mismo como forma y contenido. La lucha contra la alteridad que hay entre la esencia y la apariencia, es la existencia.
La materia no es independiente de la esencia que el artista proyecta, pero tampoco es independiente de la apariencia.
La forma (apariencia) existe en cuanto es contenido (esencia) y el contenido, en cuanto es forma. La forma es la manera de expresarse de la esencia, mediante la materia, por lo tanto la materia contiene y sugiere la forma.
Lo activo de la forma va a proyectarse sobre la pasividad de la materia activándola. A través de esa forma materializada surge la apariencia. Así lo interior (esencia, contenido) se exterioriza, por medio de la creación artística; mientras lo exterior (forma, apariencia) se interioriza mediante el análisis de la obra artística. 
La idea, cuando no se enfrenta con la materia para que tome cuerpo el contenido, no es obra de arte.

CONTENIDO
Se destacan dos fenómenos:
1. La idea contenedora: Una idea, como parte representante de la ideología del creador es su conciencia y su inconsciente también.
El artista mediante su obra comunica su idea a los receptores, emite un mensaje que necesita ser recibido por el mundo objetivo para transformarse en subjetivo. Si nunca se complementa la obra con la recepción, no llega a complementarse como obra de arte.
El arte no debe contar con la ideología, sino que la ideología aparecerá de manera simbolizada a través de lo sensitivo.
Nunca se puede simplificar una obra recortando una sola idea, porque detrás de una idea, siempre aparecen otras nuevas. Por ello, el contenido de cualquier obra artística se renueva constantemente.
2. Tema: Podríamos definirlo como el fenómeno elegido para representar. La relación entre el mensaje y el tema se inscribe también como lo subjetivo y lo objetivo, en una relación dialéctica.
El tema es la parte más objetiva, porque surge desde el mundo objetivo. El sujeto lo elige entre otras posibilidades. El tema funciona como puente entre lo que hay y lo que no hay, es el camino para crear nuevas realidades. Puede referirse a la realidad exterior y al mismo tiempo a la realidad interior.
Nunca puede carecer de la ficción, y a su vez, nunca puede carecer de realidad objetiva.

FORMA
Los componentes de la forma son:
1. Tipificación o tipologización: El arte al ser parte de los fenómenos, de las cosas existentes tipologiza. Esta tipologización, solo puede ser materializada a través de la forma.
La tipologización es la estructuración de la ley, solo con la trasgresión de las tipologías existentes se pueden crear otras nuevas. 
2. Composición: Es el ordenamiento/estructuración de los elementos que componen la obra. Tiene como función:
- Facilitar la percepción del receptor y jerarquizar los componentes para generar un ordenamiento interior. Los elementos deben relacionarse de tal manera que cualquiera entre ellos tenga una razón de estar.
- Funciona como marco: contiene y separa lo que tiene que participar en la obra, de lo que no.
- Densifica, aumenta la fuerza expresiva, precisamente por medio de la estructuración, selección y compromiso.
Los medios para exaltar, jerarquizar lo más importante, son múltiples. Entre ellos: la línea, el contorno, los colores, la luz, la proporción entre figura y fondo, el gesto, el ritmo.
El orden de la “lectura” de los elementos es determinante. Podemos penetrar en la obra por el elemento protagónico y desde allá descender hacia los detalles. Pero también podemos hacer el proceso inverso, es decir, por medio de los detalles llegar al punto culminante del elemento principal.
Estilo: Es una especie de archivo elaborado por tal o cual época, tal o cual persona, que a su vez establece una tipología. Lo propio siempre necesita ser expresado con algo de trasgresión, introduciendo algo que hasta ahora no existía, o por lo menos, no de esa manera. Donde hay rotura de ideología van a surgir también cambios estilísticos.
Técnicas artísticas: Para gestar una obra de arte, es necesario que el artista logre proyectar sobre la materia sus ideología, su imaginación. Es el elemento con que el artista logra plasmar materializar su idea en una realidad objetiva, para que sea percibida por otros. Cumplen ante todo el papel de mediadoras.
Para la realización de una obra de arte, no es adecuado crear teniendo un dominio extraordinario de las técnicas artísticas (virtuosismo), pero tampoco es adecuado crear sin tener conocimiento alguno sobre las mismas (diletantismo). Para generar arte, no es suficiente sentir o pensar sino que se deben incorporar también técnicas elaboradas en base a experiencias anteriores y partir de ello ir elaborando lo propio.

OTREDAD
La otredad es un sentimiento de extrañeza que asalta al hombre, porque tarde o temprano toma conciencia de su individualidad. En algún momento cae en la cuenta de que vive separado de los demás; de que existe aquél que no es él; de que están los otros y de que hay algo más allá de lo que él percibe o imagina. Es la circunstancia y esencia del otro, diferenciándolo del “yo” o de uno mismo.
La identidad se construye a partir de la confrontación del ideal del “yo” y el ideal de la sociedad, el ideal del “otro”. 

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