INFLUENCIA RELIGIOSA EN LOS COMPORTAMIENTOS ETICOS

INTRODUCCIÓN

La ética tiene como propósito brindar a las personas una guía para obrar de manera correcta de acuerdo a las normas establecidas en la sociedad y la religión nos orienta por el buen camino que deberíamos seguir de acuerdo a los mandamientos de un Dios, por lo que de alguna manera estas dos mantienen cierta relación ya que a pesar de tratarse de teorías distintas tienen un propósito en común.

Se dice que el hombre está compuesto por cuerpo (materia) y alma (forma) y éste último es el principio de las funciones vitales del hombre en el que se encuentran las virtudes. Las virtudes son hábitos adquiridos a lo largo del tiempo y se basan en nuestras experiencias personales; conforme a éstas cada individuo va repitiendo esos actos aprendidos, que son el reflejo de su propia actitud moral.

Podemos asegurar que los buenos o malos hábitos no son innatos, deben adquirirse bien; como escribió Sócrates “El mal moral surge de la ignorancia, no hay hombre malos sólo ignorantes, que al equivocarse más que castigarlos, hay que instruirlos”

Por lo que se necesita conocer lo que es bueno o perjudicial para los demás y con base en eso obrar en consecuencia. Cada acción va girar fundamentalmente en torno a un comportamiento bueno o malo en la sociedad que va depender de su propia esencia racional.

Respecto ello, para generar una buena acción o mantener un buen comportamiento es necesario actuar con prudencia, ésta virtud se va encargar de gobernar una acción y determinar sobre lo que hay que hacer o evitar en determinada situación.

De igual manera debemos tomar en cuenta la sabiduría, cultivar nuestra inteligencia para poder generar un mejor juicio y alcanzar cierta paz interna que nos llevara como consecuencia a la felicidad inmediata a través de nuestros buenos actos buscando el bien para sí mismos y nuestros semejantes. A partir de aquí se empiezan a relacionar los buenos actos con la religión, ya que se buscan un bien común y de justicia que nos aporten bienestar.

Podemos finalizar con que a pesar de querer lograr un mismo fin, la diferencia radica en que la religión pretende crear una conducta social en la que el comportamiento consista en no estar sometido u obligado a cumplir con ciertas normas establecidas, sino que se basa en impulsar a la sociedad a llevar a cabo acciones generosas y que “nazcan” de uno mismo sin sentir presión social. Se trata de la creación de lazos fraternales que promuevan acciones de caridad sin el sentimiento de interés.

CONCLUSIÓN

Cada cabeza es un mundo y la mentalidad de una persona varia despendiendo la sociedad en la que se desarrolle y como es que va cambiando dicha cultura.

Con esto me refiero

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