LOS RIESGOS DE LA INMORTALIDAD

LOS RIESGOS DE LA INMORTALIDAD

La muerte es un proceso tan natural perteneciente al ciclo de la vida, desde que nacemos es seguro que un día vamos a morir, es un hecho ineludible, y sin embargo no siempre aceptado. Le tememos a la muerte, le huimos al simple hecho de pensar que moriremos, buscamos desesperadamente la forma de prolongar nuestra estadía en este mundo.  El hombre quiere vivir; todo hombre quiere seguir viviendo. Por esta razón, espontáneamente considera la muerte como el mal mayor de su existencia, el mal que de algún modo encierra, expresa y hace culminar todos los demás males. Pero, ¿de verdad eso es lo que queremos?

Supongamos por un momento, solo por un momento, que el reloj que marca nuestro tiempo de vida deja de avanzar, permitiéndonos vivir por un tiempo indefinido. Claro, eso no suena nada mal, diría que es una muy buena oferta, si me permites opinar; podríamos realizar todo lo que se nos venga en gana, cumpliríamos nuestros sueños, realizaríamos nuestras metas, haríamos todo lo que en una vida no alcanza, y después haríamos… ¿qué haríamos cuando ya hemos hecho todo?, claro, lo volvemos a hacer todo de nuevo. ¿Y cuando ya lo hicimos todo de nuevo?

Veamos esto como nuestra comida favorita, esa que con solo pensarla se no hace agua en la boca, esa que comeríamos aunque ya hayamos comido otra cosa antes. Imaginemos que la comemos hoy, ¡¡venga, que rico!! Y mañana también, ¡oh sí! Y toda la semana, ¡que rico, nunca es suficiente! Y todo el mes, ¡oh, bueno! Y todo el año, ¿es enserio? Y todos los años ¿es que acaso no hay otra cosa para comer?  Lo comprendes.

También lo podemos ver como aquella música que un tiempo fue nuestra favorita, la escuchamos y la escuchamos y la escuchamos y la escuchamos, pero un día empezó a aburrirnos, ya incluso nos desesperaba escucharla, ya no podíamos soportarla. Pues así llegaría a ser la vida si fuéramos inmortales, podríamos vivir nuestros sueños y eso nos haría muy felices por un tiempo, pero que hay del día cuando ya hayamos hecho todo a tal punto que no queda nada más por hacer, entraríamos en un bucle sin fin, nos aburriríamos, la vida misma perdería su misterio y hermosura.

Eso es si todos somos inmortales, ahora como seria si solo una persona fuese inmortal, por un momento podría ser feliz, sin preocuparse del tiempo que le queda pero tendrá que enfrentar el dolor de ver a todas las personas que le importan morir y se ira quedando poco a poco solo, si lo vemos así, morir no parece tan malo.

En una ocasión el escritor Jorge Luis Borges decía “No tengo miedo a la muerte, he visto morir a muchas personas. Pero tengo miedo a la inmortalidad. Estoy cansado de ser Borges”. Esta misma percepción la han tenido los grandes filósofos como, Platón y san Agustín. Platón llamó a la inmortalidad un “terrible peligro”. Y san Agustín dijo que “una vez que hayas llegado a saber que eres inmortal ¿estás seguro que eso te basta? Eso será algo grande; pero para mí no es suficiente”.

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