La Estética Del Kitsch; Análisis De Una Peluca Punk

LA ESTÉTICA DEL KITSCH; ANÁLISIS DE UNA PELUCA PUNK

Marisa Guzmán Munita. Universidad de Santiago de Chile, 2014

De los diversos orígenes que le atribuyen al término kitsch, Caleniescu sostiene que fue usado por primera vez en Munich para referir desdeñosamente “…las imágenes baratas compradas por los turistas como recuerdos.” (2003: 232). Y más que el origen, en este trabajo nos interesa abordar las manifestaciones que adquirió, como expresión estética posmoderna, para lo cual se analiza un objeto kitsch.

En la actualidad, el kitsch se asocia al mal gusto, la producción en serie, lo inauténtico; que busca generar un efecto placentero en quien lo consume, debido a que posibilita el acceso a una belleza que se alcanza sin esfuerzo, que no se cuestiona, que provoca gratificación inmediata. El kitsch se materializa en variadas expresiones artísticas, plásticas, musicales y literarias, estéticamente estereotipadas, tan graciosas como chabacanas e instantáneas, que el hombre- masa opta por consumir, para compensar los vacíos existenciales que provoca la incertidumbre de la vida moderna.

El objeto kitsch escogido para realizar el presente análisis, es una peluca punk. Desde su carácter ritual primigenio, usos en el teatro -aun sus aplicaciones cosméticas- en el campo del diseño, encontrar pelucas como la tomada por muestra, se da por algo más profundo que lo que explica el supuesto básico de la ley de la oferta y demanda. Si existen pelucas punk de pelos de plástico de pésima calidad, imitando un “mohicano” tan colorido como ridículo, por la módica suma de $3.000, en lugares de alto tránsito de personas, como los carritos del Paseo Ahumada o el Mall Chino de San Diego con Alonso de Ovalle; en Santiago de Chile, es porque existen consumidores dispuestos a comprar el disfrute hedonista y de superficie que este objeto provoca. De acuerdo a Calinescu: “…el deseo de escapar de la realidad adversa o simplemente monótona es quizás la razón principal del gran atractivo del kitsch.” (2003:234). Así, la peluca punk se transforma en un artículo comercial de consumo (que para los chinos es un gran negocio), que divierte al sujeto promedio, mediante instrumentalizar y festinar el estilo de una contracultura como el punk, banalizando la solidez de su discurso social.

Así, mediante provocar una falsa catarsis en los consumidores (fundada en el engaño, la imitación, la apariencia y la serialidad), lo gratifica y compensa “a la pasada” de su trabajo o trámite. En este escenario, analizar críticamente un objeto kitsch como la peluca punk, permitió develar el trasfondo ideológico de los mensajes que circulan.

Bibliografía:

Calinescu. M. (2003). Cinco caras de la modernidad: modernismo,

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