La globalización.

La globalización se puede definir como un proceso dinámico de creciente libertad e integración mundial de los mercados de trabajo, bienes, servicios, tecnología y capitales. Este proceso no es nuevo, ya que viene desarrollándose desde 1980 y se dice tardará muchos años aun en completarse, si los políticos continúan apoyándolo.

La globalización no solo se ha convertido en una de las palabras mas utilizadas, para bien o para mal, por políticos, empresarios, líderes sindicales, ONG, economistas, etc., si no que también se esta convirtiendo en una especie de “cabeza de turco” a la que se le echa la culpa de todo aquello que no va bien. Para algunos políticos y dirigentes de los países en desarrollo, la globalización es la culpable de las crisis financieras y de su contagio, ya que el capital que se invierte en países prometedores se desinvierte rápidamente al primer síntoma de debilidad o desequilibrio en los mismos países, arrastrando a otros a la crisis.

Para algunos partidos políticos y sindicatos del mundo desarrollado, es la culpable de la destrucción neta del empleo y de una mayor desigualdad salarial, ya que permite una mayor competencia, a través del llamado “dumping social”, de los países con bajos salarios y condiciones de trabajo inhumanas.

Casi todos los gobernantes echan la culpa a la globalización del rápido deterioro de la soberanía de los Estados y gobiernos frente al creciente auge de los mercados financieros y de las multinacionales. Este conjunto de actitudes a los que se les ha llamado “globafobia”, que tuvo su puesta de largo a fines de 1999, en el fracaso de la cumbre de Seattle, con ocasión de la reunión de la Organización Mundial de Comercio (OMC) para el lanzamiento de la llamada Ronda del Milenio, pero que ha ido decayendo en estos últimos años.

Algunos políticos de países desarrollados, tanto de derecha como de izquierda, critican algunos aspectos de la globalización, incluso aunque en su conjunto, se estén beneficiando de ella.

En el fondo parece ser que ni a los políticos, ni a los empresarios, ni a los sindicatos les gusta mucho la competencia. La gran mayoría de los economistas mas respetables defienden la globalización, aunque algunos no hacen lo mismo respecto a la globalización financiera.

En resumen me parece que la globalización esta siendo positiva, en su conjunto, para el crecimiento y convergencia mundial, aunque los costes y beneficios aún no se distribuyen equitativamente. Definitivamente que existirán ganadores y perdedores como en todo proceso de cambio, aunque los primeros están siendo mucho mayores en número que los segundos, ya que la globalización mejora en conjunción con la nueva ola de desarrollo tecnológico, la eficiencia de la economía general y, por tanto, la productividad y el crecimiento mundial. Pero también tiende a fragmentar los procesos de producción, los mercados laborales, las

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