Los Valores

LOS VALORES

LA UNIVERSIDAD Y LA FORMACIÓN DE VALORES HOY

El avance de la tecnología, en varios campos de la ciencia, ha producido muchos cambios que empuja o aprisionado para que ir a su ritmo, de lo contrario, amenaza con dejarnos de lado. Malagón (2004) señala que “la globalización con todas sus implicaciones sociales, culturales, políticas y económicas que tiene, ha generado nuevos escenarios para el mundo de la producción, la distribución y la comercialización de la vida, colocando en el centro de esos procesos al conocimiento y modificando las bases mismas de la producción”. Este avance se ha esparcido llegando hasta las aulas de las universidades, las cuales han tenido que amoldarse y hacer uso de sus aportes para un mejor desarrollo.

Este avance ha beneficiado a muchas personas tanto en su desarrollo personal y/o aportando mejoras en el desarrollo de la humanidad. No obstante, no todo es positivo también ha presentado ciertas desventajas al mismo hombre, provocando algunas veces que sólo se vea la parte productiva, técnica, científica y se olvide de la parte actitudinal, ética y de compromiso social.

En la educación los conocimientos, las investigaciones, lo material no lo es todo sino una parte. Debe también estar presente la formación de valores, la ética profesional y el compromiso con la sociedad (entendido como servicio a las personas y como un atributo a nuestros antepasados), como lo remarca Aparicio (2000) citando a Ortega y Gasset que propuso como principios básicos de la enseñanza universitaria, a saber: “a) la transmisión de la cultura, b) la enseñanza de las profesiones intelectuales, y c) la investigación científica y la formación de futuros investigadores”.

La tecnología, sobretodo la tecnología informática, ha influenciada mucho en las universidades. Su aporte ha sido beneficioso pero también ha provocado cambios en ciertas formas que muchas veces ha llevado a que se reformule los currículos universitarios, por ejemplo, la relación entre el profesor y el alumno. Muchas interrogantes saltan a partir de esta influencia como ¿Es a través de la enseñanza virtual, por ejemplo, donde se forman los verdaderos profesionales? ¿A través de las computadoras se pueden formar verdaderos valores y actitudes? ¿Sigue siendo el profesor el modelo de docente, persona y de referencia para el futuro? Todo esto invita a redefinir el rol del docente. Hoy quizás se promueve más al profesor especialista en la preparación del material didáctico más que como maestro que forma personas. Se desea más que todo satisfacer la demanda (institucional, económica, resultados cuantificados...) más que ofrecer educación (cuantitativa y cualitativa). Por último, estas nuevas tecnologías en el campo de la información amenazan también con una progresiva debilidad de los procesos de socialización y de las comunicaciones interpersonales, y con el incremento de la tendencia al individualismo, a la competitividad y al egoísmo.

El hombre es un ser de naturaleza muy especial que se diferencia de los demás seres de la creación. Es un ser dotado de muchas capacidades tanto para dar (enseñar) como para recibir (aprender). Al respecto Fraile (1966) comentando a Santo Tomás de Aquino nos habla del hombre de la siguiente manera “su esencia no es simple, sino compuesta de dos principios sustanciales distintos: por una parte, de un alma espiritual y racional (forma), y por otra, de un cuerpo material (materia)”. Son dos cosas muy distintas pero esto no quiere decir que el hombre sea la suma de las dos cosas sino que ambas están presentes y se integran mutuamente”.

En cuanto al campo educativo, el currículum debe tener presente las dos dimensiones del hombre para cultivar los conocimientos y los valores en una profesión. De esta manera, Aparicio (2000) nos enuncia algunas cualidades que se deben tener presente:

a) Independencia de juicio y búsqueda desinteresada de la verdad.

b) Creatividad: el ser humano estaba mandado a ‘crear’ algo, a erigirse en ministro del progreso y en sacerdote de la verdad, pues en ello consistía su autorrealización. El hombre re-crea y descubre gracias a la capacidad que posee.

e) Perseverancia y rigor en el estudio: la verdad sólo puede ser desentrañada a base de un esfuerzo intelectual perseverante.

d) Revaloración del trabajo y desacralización del “genio”: muy conocida es también aquella frase de que el genio se formaba con un 1% de inspiración y un 99% de transpiración. Debemos transmitir pues al alumno la confianza en los frutos de su trabajo, y la idea de que el trabajo es una condición necesaria para el despliegue de sus capacidades y el desarrollo de su potencial creativo.

e) Valoración del conocimiento: reflexión sobre la información, capacidad de discernimiento

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