MARTIN HEIDEGGER SOBRE EL ARTE

Eliana Rengifo

MARTIN HEIDEGGER

SOBRE EL ARTE

En realidad he evadido la escritura seria de este ensayo, dándole largas, ocultándome de él. Y es que el tema aún sigue dándome vueltas como un asesino por la cabeza viendo un crimen pero sin entender-conocer su identidad. Intento conectar pistas, huellas, indicios que me ayuden a resolver este caso, que al parecer su simplicidad lo convierte en algo complejo, tan cerca que no le veo. Así que he decidido armar este crimen con los testimonios de los testigos, antes de que por fin, algún día logre cara a cara hablar con el criminal.

Preguntarnos sobre qué es el arte nos remite a la búsqueda de su origen. Primeramente el enunciado de la cuestión nos llevaría a la idea de que la obra nace de las manos del artista, pero acaso ¿no es la obra de arte la que hace artista al artista? Por ella misma es que el hombre-artista obtiene reconocimiento; corrientemente conocemos un producto antes que a su fabricante, generalmente, más no es una norma inquebrantable. Recuerdo en este punto el popular dilema de ¿qué fue primero, el huevo o la gallina? Y encuentro símil ¿qué fue primero la obra o el artista? Dada la cuestión o como mejor lo diría Heidegger, entramos en un círculo vicioso y lo único que tenemos claro en este punto es que tanto artista como obra se ven contenidos en aquello que llamamos arte. Una de las pistas más significativas sobre la cual empecé a especular fue en torno a la típica pregunta ¿qué cosa es el arte? Y desde ahí empezarían los tropiezos al momento de generar una respuesta en torno a esto.

El carácter cosa de la cosa, se delimita básicamente por tres características generales “Los tres modos citados de determinación de la coseidad conciben la cosa como portadora de características, como una unidad de una multiplicidad de sensaciones, como materia conformada”

Dicho planteamiento nos limita en un eje esquemático en el que no cabe preguntarse sobre el carácter ontológico de la obra. Resulta agresivo observar al arte por medio de esos tres filtros, lo que incurre en un atropello a la obra misma. Lo sabemos porque intuimos que el arte está más allá de eso. “es cierto que el concepto habitual de cosa sirve en todo momento para cada cosa, pero a pesar de todo no es capaz de captar la cosa en su esencia, sino por el contrario la atropella”

De esta manera Heidegger nos remite a la pregunta inicial, en la cual quedó planteada que para el saber sobre el arte, necesario es, conocer su esencia y por ende su origen. En esa línea lógica, el planteamiento tradicional de cosa, sobre la obra de arte no nos permite conocer su esencia y mucho menos su origen, ni que ES en sí. No se trata ni de forma, colores, sombras, sino de captar su esencia general, y es EN el arte en

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