Principios Filodóficos día De Muertos
elenasantillan30 de Junio de 2014
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Principios filosóficos
¿Qué hay más allá de la vida? ¿Qué es lo que llega a ocurrir cuando morimos? ¿Qué hay más allá después de cruzar ese umbral imaginario? ¿QUÉ HAY MÁS ALLÁ? Esta pregunta sin duda sería el primer principio filosófico de la tradición de día de muertos, debido a que esta es la mayor inquietud del ser humano, ¿qué hay después de la muerte? acaso ¿hay otra segunda vida donde lo único de lo que careceremos es un cuerpo físico y tangible? y si es así ¿tenemos la posibilidad de regresar a este mundo, de convivir con los que aún siguen aquí? “…hay preguntas de ese tipo que al hombre le resultan inevitables y necesarias. Es verdad que se pueden cerrar los ojos a las mismas y hacer como si no existiesen; pero en el fondo sabemos que deberíamos afrontarlas.” (Anzenbacher, 1993, pág. 16) Éstas dudas son las que nos llevan a tener una tradición de esta índole, plagada de sincretismos donde convergen el culto a nuestro señor Mictlantecuhtli (dios precolombino de la muerte) y la promesa católica de que después de esta vida como recompensa a todo lo aquí sufrido vendrá el paraíso.
Esta tradición y creencia de la muerte a su vez le da estructura a nuestra vida, quizás por eso sigue vigente hasta la actualidad. El hecho de tener la fe de que algún día ocurrirá algo más, que nos transfiguremos en otro mundo, le da más valor a nuestras vidas, le da sentido a un vivir plagado de tantas dudas como la inmensidad y que carecen de respuesta. La muerte tampoco tiene una respuesta, sin embargo es el único hecho en la vida que se sabe que es inevitable de ocurrir, por eso es que en muchos de nuestras culturas presentes en México, se vuelve una eterna amiga, de mirada indulgente, que nos lleva de la mano y nos espera con paciencia hasta el momento del final.
Y de este término deviene otra pregunta ¿es real el final? Si no es así es posible la idea de la eternidad, si según la ideología religiosa dios es infinito igual que para la ciencia lo es el universo… ¿por qué el ser humano no habría de ser también infinito, eterno? Sabemos que nuestro cuerpo cuando renuncia a nuestra alma… no se acaba, se transforma y pasa a ser la materia de otro ser, otro objeto. Entonces ¿nuestra alma también se transforma?
Y es por eso creer en la muerte como una segunda vida o un cambio de nivel, nos responde de repente, el por qué de estar aquí, la razón porque vivimos, el sentido de la vida, ¿porqué aquí? ¿Por qué ahora? ¿Por qué a mí? y ¿porqué yo? y sobre todo la gran duda, ¿qué hay mas allá?, donde nuestros ojos no nos permiten ver, más allá, afuera en el universo, mas allá después de nuestra vida e incluso también que hay más allá de la misma muerte.
Una tradición que explica de una forma tan poética y sublime la muerte, se arraiga a nosotros por que como personas la esperanza de que suceda algo después de la muerte, nos ayuda aunque sea de manera parcial a entender quienes somos, que somos y porque estamos en este momento aquí, nos ayuda de alguna forma a eclipsar la casi infinita curiosidad que como seres humanos nos da la razón de ser.
Para terminar, quiero citar este fragmento del libro “Introducción a la filosofía”:
“Porque el ser humano (existencia) es un ser para la muerte, debe preocuparse de ese su ser. Tal solicitud, de la que arranca cualquier actividad, obliga al hombre a motivarse en el pasado, a volverse hacia lo que ya ha sido, a fin de conocer así sus posibilidades.
En el genuino ser del hombre es esencial que éste realice su vida como un ser para la muerte; que en su operativo «estar en el mundo» no se aparte de esa su finitud y proyección, sino que decididamente la acepte como posibilidad. Y se aparte de hecho el hombre que ha caído en lo impersonal: ya no dice «yo muero», sino «se muere», sin que
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