ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

¿Quién era Sócrates?


Enviado por   •  24 de Noviembre de 2023  •  Informes  •  4.194 Palabras (17 Páginas)  •  17 Visitas

Página 1 de 17

¿Quién era Sócrates?

Sócrates (470-399 a. de c.) el personaje más enigmático de toda la historia de la filosofía, nació en Atenas, paso la mayor parte de su vida por las calles y plazas conversando con la que se topaba. Era bajito y gordo, de remate era feo, con ojos saltones y nariz respingona, pero interiormente era, se decía, maravilloso. La vida de Sócrates se conoce sobre todo a través de Platón, que fue su alumno. Platón escribió muchos libros y utilizo de porta voz a Sócrates.  Lo que resulta como un problema es la doctrina de cada uno, ya que no dejaron como autor verdadero, este problema se plantea en Jesús, por que no sabemos si todo lo que dijo fue verdaderamente Él. Es importante saber quién era Sócrates ya que ha inspirado a los pensadores de Occidente durante casi 2,500 años.

 El Arte de conversar.

La propia esencia de la actividad de Sócrates es que su objetivo no era enseñar a la gente (aprender de las personar). Al principio para empezar una conversación solía empezar preguntando, dando a entender que no sabía nada. Sócrates consideraba su misión ayudar a las personas a parir la debida compresión. Porque el verdadero conocimiento tiene que salir del interior de cada uno. Cuando una persona “entra en juicio”, recoge algo de ella misma, entonces Sócrates obligaba a la gente con la que se topaba a utilizar su sentido común. Atenas es como un caballo apático, decía Sócrates, y yo soy un moscardón que intentaba despertarlo y mantenerlo vivo.

Una voz divina.

No era con intención de torturar a su prójimo por lo que Sócrates les incordiaba continuamente. En 339 a. de c. fue acusado de “introducir nuevos dioses” y de “llevar a la juventud por caminos equivocados”. El caso es que valoraba su propia conciencia y la verdad más que su propia vida. Tanto como Jesús como Sócrates eran considerados enigmáticas por sus contemporáneos. Lo que está por encima de cualquier duda, es que los dos eran maestros en el arte de conversar. Desafiaron a los poderosos de la sociedad, criticando toda clase de injusticia y abuso de poder. Los dos podrían haber suplicado clemencia y haber salvado, así, la vida. Precisamente yendo a la muerte con la cabeza erguida, reunirían a miles de partidarios también de su muerte. Los dos tenían un mensaje que no puede ser separado de su coraje personal.

Un comodín en Atenas.

Sócrates vivió en el mismo tiempo de los sofistas. Pero el no se consideraba sofista, es decir, una persona sabia o instruida. Al contrario que los sofistas, no cobraba dinero por sus enseñanzas. Sócrates se llamaba “Filósofo”, en el verdadero sentido de la palabra. “Filósofo” significa en realidad “uno que busca conseguir sabiduría”. Un verdadero filósofo sabe que en realidad sabe muy poco. “La más sabia es la que sabe lo que no sabe”, dije. La humanidad se encuentra ante una serie de preguntas importantes a las que no encontramos fácilmente buenas respuestas. Ahora se presentan dos posibilidades; podemos engañarnos a nosotros mismo y al resto del mundo, fingiendo que sabemos todo lo que se merece la pena saber, o podemos cerrar los ojos a las preguntas primordiales y renunciar, de una vez por todas, a conseguir más conocimiento. Sócrates fue un comodín de esas características de Atenas. De modo que se hace filósofo el que incansablemente busca conseguir conocimientos ciertos. Para Sócrates era muy importante encontrar una base segura para nuestro conocimiento.

Un conocimiento correcto conduce a acciones correctas.

“Quién sepa lo que es bueno, también hará el bien”. Quería decir que conocimientos correctos conduce a acciones correctas. Cuando actuamos mal es porque desconocemos otra cosa. Por ello, quien sabe lo que está bien, también hará el bien, pues ninguna persona querrá ser infeliz, ¿no? ¿Tú que crees Sofía? ¿Podrás vivir feliz si constantemente haces cosas que en el fondo sabes que no está bien? Hay muchos que constantemente mienten, y roba, y hablan mal de los demás. ¿Pero crees que eso les hace feliz?

Pero intenta conseguir verdadera sabiduría. Ésa es la diferencia entre un auténtico comodín y todas las demás cartas de la baraja.

Atenas

… de las ruinas se levantaron varios edificios…

Aquella tarde, la madre de Sofía se fue a visitar a una amiga. En cuanto hubo salido de la casa, Sofía bajó al jardín y se metió en el callejón, dentro del viejo seto. Allí encontró un paquete grande junto a la caja de galletas. Sofía había visto muchas fotos de las viejas ruinas. Al cabo de un rato, apareció un primer plano de un señor de mediana edad. Era bastante bajito, tenía una barba bien cuidada, y llevaba una boina azul. Miró a la cámara y dijo; Bienvenida a Atenas, Sofía. Nos encontramos en el Acrópolis. La palabra significa “El castillo de la ciudad”. La razón es, naturalmente, su ubicación tan especial. Era fácil defender este lugar en alto del enemigo. En la primera mitad del ciclo V a. de c. se libró una cruenta guerra contra los per madera de la Acrópolis. Al año siguiente, los persas fueron vencidos, y comenzó la Edad de Oro de Atenas, Sofía. Sofía tenía el corazón en la boca. ¿De verdad era su profesor de filosofía el que le hablaba desde la cinta de video? Sólo había podido vislumbrar su silueta una vez en la oscuridad, pero podía muy bien tratarse del mismo hombre que ahora estaba en la Acrópolis. El profesor de Filosofía se había sentado sobre un bloque de mármol. Miro a la cámara y dijo: Estamos sentados en las afueras de la antigua plaza de Atenas. En este pequeño rincón, se pusieron los cimientos de toda la civilización europea. Palabras como, política y democracia, economía e historia, biología y física, matemáticas y lógica, teología, filosofía, ética y psicología, teoría y método, ideas y sistema. Por la gran plaza se paseaba personas vestidas con túnicas pintorescas. Ya vez Sofía. Estamos en la Atenas de la Antigüedad. Quería que tú también vinieras, ¿sabes? Estamos en el año 2.400 años. Vez Sofía ¿aquellos dos hombres bajo las arcas? Son Sócrates y su joven discípulo Platón. Sofía procuraba concentrarse y pensar. Pero en cuanto empezaba a pensar cosa, le daba por pensar en otra totalmente diferente, mucho antes de haber acabo de desarrollar el primer pensamiento.

Sofía abrió los ojos a duras penas. He estado en Atenas dijo: y no dijo nada más; se dio la vuelta y continúa durmiendo.

Platón

….una añoranza de regresar a la verdad morada del alma..

A la mañana siguiente, Sofía se despertó de golpe. Sólo eran poco más de las cinco, pero se sentía tan despejada que se sentó en la cama. Sofía tuvo que pensarlo mucho, porque le parecía una verdadera hazaña poder hacer cincuenta pastas iguales. Tan satisfecha se sintió Sofía de haberse acordado de las pastas a la pimienta que dio por acabar el primer ejercicio. Estuvo a punto de renunciar a solucionar ese ejercicio, pero, de pronto, se acordó de cómo había razonado con las pastas a la pimienta ¿Pero no habría querido decir Platón que lo que haces a todos los caballos idénticos es que han sido formales con el mismo molde? De pronto se acordó de algo que había dicho el profesor sobre Sócrates. Sócrates había señalado que todos los seres humanos pueden llegar a entender las verdades filosóficas si utilizan su razón.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (24.8 Kb)   pdf (99.6 Kb)   docx (201.1 Kb)  
Leer 16 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com