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El Narcotrafico


Enviado por   •  15 de Mayo de 2013  •  2.091 Palabras (9 Páginas)  •  335 Visitas

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Índice

• Presentación

• Introducción

• Desarrollo

• Conclusión

Introducción.

En el presente proyecto de investigación buscare a ser un pequeño análisis sobre el fenómeno del narcotráfico en nuestro país y así sobre la inseguridad nacional. En la república mexicana es muy común escuchar de sucesos que estén involucrados con el narcotráfico, sobre todo, en el norte del país, muy particularmente en Sinaloa ya que es un estado que tiene mucha influencia, debido a que esta actividad es el sustento económico de muchas familias.

Esta rama de la sociedad abarca muchos ámbitos, la actividad que se realiza, los afectados, la forma de vestir que se ha impuesto como moda, los que la impulsan, héroes ficticios, la forma peculiar de portar alhajas y coches y un sinfín de cosas que se nos vienen a la mente al mencionar la palabra narcotraficante.

En este ensayo se hablara de una manera más profunda y extensa sobre el narcotráfico y la influencia que tienen en nuestra sociedad, así como de los ámbitos que componen esta mafia.

El narcotráfico

El narcotráfico (la raíz "narco-" proviene del griego nárke, «torpor») es una industria ilegal mundial que consiste en el cultivo, elaboración, distribución y venta de drogas ilegales.

Esta actividad es realizada de manera global, ya que existen diferentes organizaciones y corporaciones que se encargan de distribuir y vender diferentes tipos de sustancias alrededor del mundo.

En Sinaloa, esta actividad tiene varias décadas, pero se ha arraigado de una forma impresionante, como si desde el descubrimiento de América se hubiera implementado esa actividad como la única de subsistencia en los primeros pobladores.

En la sociedad, los narcotraficantes son venerados como héroes ficticios, ya que son quienes en muchos pueblos dan el dinero para hacer una capilla o una escuela, para pavimentar calles, son quienes apoyan a la gente, quienes le brindan trabajo a familias enteras en el cultivo de la amapola, son quienes hacen los festejos tradicionales de los pueblos y un sinfín de obras de caridad, pero todo esto es como una manera de aceptación ante la sociedad para limpiar su nombre, para sentirse bien con ellos mismos y la sociedad termine reconociéndolos.

El narcotráfico ha hecho florecer el mercado negro de armas y debido a que las ramificaciones de las bandas se extienden e involucran a más sujetos, las acciones delictivas están fuera de control. A estas alturas, algunos sicarios trabajan por cuenta propia. Y asesinar a alguien se ha vuelto fácil y barato. Fácil por la impunidad que reina y barato porque la vida de una persona puede costar cinco mil pesos sin el menor miramiento.

Muchos están dentro del negocio de la droga: campesinos serranos que trabajan en la siembra y cosecha de amapola y marihuana, transportistas, burreros y mulas que llevan el cargamento hasta la frontera norte del país; puchadores que venden la mercancía a domicilio o en las llamadas narco tienditas, sicarios que matan a sueldo, empresarios que levantan millonarios negocios para el lavado de dinero, policías convertidos en guardaespaldas de los capos, y hasta militares de altos mandos que mantienen una estrecha relación con las principales cabezas del narcotráfico.

También la droga canta y danza en la letra y música de la tambora. Los narcocorridos se escuchan en las casas, los autos, el cementerio y ante la capilla de Jesús Mal verde, santo protector de los narcotraficantes. Y han servido para construir una identidad simbólica que muchos quieren compartir.

Ahora Sinaloa no sólo produce y exporta droga. También la consume. Los índices de drogadicción se incrementaron hasta situarse por encima de la media nacional por el uso de marihuana, heroína y la sustancia sintética llamada cristal. El estado dejó de ser sólo el puente de paso de la cocaína hacia Estados Unidos. Ahora se oferta aquí y ha desplazado, junto con el cristal, al “producto regional” (marihuana y heroína).

La violencia que genera el tráfico de drogas ilícitas propicia un ambiente de desconfianza, incertidumbre e intranquilidad en la población. En ese sentido, el Estado no cumple con brindar seguridad. Hasta el momento, los planes del combate al crimen organizado de los gobiernos estatal y federal han sido cíclicos. Inician con firmeza cuando ocurren crímenes que impactan socialmente y se desvanecen en lo que se acallan las voces de sectores sociales, políticos, empresariales e industriales que protestan por la violencia.

Cada año las autoridades de justicia anuncian con bombo y platillo operativos contra el narcotráfico: Plan Piloto de Seguridad Pública Contra la Delincuencia, México Seguro, Sierra Madre, Operativo Culiacán-Navolato. Llegan a la capital sinaloense cientos de elementos policiacos y militares, perros entrenados, helicópteros, avionetas y camiones. Resurge el patrullaje en las calles, los retenes en cruceros estratégicos, el decomiso de droga y los cateos en residencias y narco tienditas.

La respuesta del narcotráfico siempre es la misma. Más violencia. Aparte de las ejecuciones entre grupos rivales, la consigna es actuar en contra de las instituciones de seguridad pública. Exhiben su fuerza en emboscadas, enfrentamientos, mantas con frases intimidantes en lugares públicos y amenazas de bombas. Confirman su poder con la ejecución, en lo que va del año, de 71 policías de todos los niveles, 56 de ellos en los últimos tres meses. El reto, pues, es evidente.

Desde el inicio del operativo nacional contra la inseguridad se han realizado cuatro marchas ciudadanas por la paz por la principal avenida de Culiacán, en donde familiares de víctimas de la violencia, líderes sociales, defensores de derechos humanos, catedráticos y ciudadanos portan mantas y pancartas con leyendas que exigen la salida del gobernador Jesús Aguilar Padilla.

Los cárteles de la droga

Sinaloa es cuna de narcotraficantes como Rafael Caro Quintero, Miguel Ángel Félix Gallardo, Héctor El Güero Palma, Ernesto Don Neto Fonseca Carrillo y Joaquín El Chapo Guzmán. Aquí nacieron también los hermanos Arellano Félix (jefes del Cártel de Tijuana) y Amado Carrillo Fuentes El Señor de los Cielos, todos pioneros de las mafias mexicanas de la droga.

Un informe de la Procuraduría

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