La Modernidad En Chile

La razón, el camino a la autosuficiencia del hombre.

Lo obvio, ya no es tan obvio.

El arquitecto tiene entre sus tareas, ver lo obvio, lo que damos por sentado. Ver lo obvio supone la constante cuestión de lo que nos rodea. Apuntar lo que se observa y aplicarlo en el ejercicio requiere necesariamente la condición de ser pensante.

Pero esto no siempre se ha entendido así. Anteriormente, lo obvio era solo lo evidente y se aceptaba como tal, sin embargo, gracias a ciertos audaces personajes a los que les debemos la redondez de la tierra, el heliocentrismo o la fuerza de gravedad, se desafió el sentido común, estableciendo nuevas formas de comprender el universo. En la Edad Media, la iglesia católica disponía de las verdades acerca del universo mediante la escolástica, sometiendo la razón bajo la fe y así es como debían aceptarse. No intento generalizar a la ciencia del medioevo, existen excepciones en el llamado periodo dorado de la filosofía escolástica.

El alcance de la modernidad es total, afecta toda área de estudio. El tiempo es concebido como lineal, a diferencia del Medioevo en donde se entendía como cíclico. Esto tiene grandes repercusiones: considerar un pasado, presente y futuro, en cómo nos vemos a nosotros mismos situados en nuestro mundo. Suponer un tiempo cíclico nos vuelve actores pasivos de nuestra historia, mientras que el tiempo lineal nos permite actuar sobre cambios constantes.

Por su parte, Kant, en su ensayo “¿Qué es la ilustración?”, divulga la locución latina: “Sapere Aude”, que puede traducirse como “atrévete a saber”. Este invita al individuo a conocer, bajo sus propias motivaciones el entorno, cuestionando constantemente lo obvio. La escolástica ya no es suficiente para explicar los fenómenos, por lo que es necesario establecer un nuevo método.

Tal como la escolástica se volvió insostenible, dando lugar a la razón como método supremo, las postmodernidad propone un nuevo ángulo para enfrentar la realidad, enfrentándola a la visión del contemplador. De esta nacen diferentes corrientes, algunas más radicales que otras, dando lugar a la irracionalidad y por ende, a los sentidos.

Es difícil dejar de lado un modelo tan holístico como lo es el moderno. Es la piedra angular de los procesos actuales en nuestra cultura global. Lo que hoy tenemos es una respuesta a la modernidad, aun incluyéndola en su denominación, la postmodernidad no ha logrado desatarse en un modelo tan pregnante y funcionalmente comprobable.

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