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La República Virtuosa. Honor, Desinterés Y Vocación En Los Debates Parlamentarios Sobre Las Dietas Y Los Fueros En Chile (1812-1925)

aristotres13 de Abril de 2015

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Página 1 de 48

Atenea (Concepción)

versión On-line ISSN 0718-0462

Atenea (Concepc.) n.502 Concepción 2010

http://dx.doi.org/10.4067/S0718-04622010000200003

Atenea N° 502- II Sem. 2010: 25-53

ARTICULOS

La república virtuosa. Honor, desinterés y vocación en los debates parlamentarios sobre las dietas y los fueros en Chile (1812-1925)*

The virtuous republic. Honor, disinterestedness and vocation in the debates of parliamentary allowances and immunity in Chile (1812-1925)

Alfredo Joignant1, María Cosette Godoy2

1 Profesor Titular del Instituto de Políticas Públicas Expansivas Universidad Diego Portales (UDP). Santiago, Chile.

E-mail: alfredo.joignant@mail.udp.cl

2 Magíster en Ciencia Política Universidad de Chile. Máster "Politiques publiques et changement social", Institut d’Etudes Politiques de Grenoble, Grenoble, Francia.

E-mail: mcosette@gmail.com

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RESUMEN

Las dietas y los fueros parlamentarios constituyen dispositivos normales en el funcionamiento del campo político, los que operan hoy en día en el modo de la evidencia. El análisis de su génesis y rutinización en Chile entre 1812 y 1925 a través de los debates parlamentarios a los que dieron lugar, permite mostrar las lógicas sociales y políticas que se encontraron en su origen, en el marco de innumerables batallas entre agentes que eran portadores de definiciones rivales del desinterés y la virtud. El artículo muestra de qué modo estos dos dispositivos incidieron en la diferenciación del campo político y en la autonomización de la esfera parlamentaria, a partir de una sociohistoria de las pasiones políticas, cuyo resultado fue una profunda transformación de sus agentes y del trabajo político.

Palabras clave: Dieta parlamentaria, fuero parlamentario, sociohistoria, campo político, profesionalización de la política.

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ABSTRACT

Parliamentary allowances and immunity are normal devices in the functioning of the political field and operate today in the way of evidence. Analysis of their genesis and routinization in Chile between 1812 and 1925 through the parliamentary debates to which they gave rise reveals their underlying social and political logic in the framework of numerous battles between agents who were the bearers of rival definitions of disinterestedness and virtue. Through a sociohistory of the political passions involved, this article shows how these two devices affected the differentiation of the political field and the autonomization of the parliamentary sphere that resulted in a profound transformation of its agents and their political work.

Keywords: Parliamentary allowances, parliamentary immunity, sociohistory, political field, professionalization of politics.

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INTRODUCCIÓN

LA LITERATURA sobre las dietas y los fueros parlamentarios en Chile es enorme, dos dispositivos que son a menudo referidos como "privilegios"1. Casi se podría decir que este objeto de estudio ha sido monopolizado por la razón histórica y jurídica, esto es por la restitución de la historia de la función parlamentaria tal como fue experimentada por quienes la ejercieron durante algo más de cien años, y por la construcción de una ortodoxia que la codificaba y ponía en forma. Experiencia y codificación de una misma función, relato y formalización del rol parlamentario, a partir de la descripción y explicación detallada de varias batallas políticas, cuyos resultados terminan siendo oficializados por el código y la ley.

Sin embargo, es poco frecuente dar cuenta de la génesis de estos dos dispositivos, poniendo en evidencia lo que se juega en ellos y sus efectos sobre el incipiente campo político chileno. En tal sentido, un enfoque sociohistórico permite comprender los intereses sociales que se encuentran en juego con ocasión de las controversias referidas a las dietas y a los fueros, al estatus de sus beneficiarios, a los usos de la posición de diputado y senador, a la diferenciación del campo político y la autonomización del espacio parlamentario. En cada una de estas vastas y lentas transformaciones, en donde una empresa de reforma favorable a la adopción de estos dispositivos es seguida por oposiciones y resistencias, lo que predomina son representaciones de lo que legislar y representar quiere decir. Lo que a menudo se olvida es que, tras estas representaciones, son ciertas formas de competencia social y política las que permiten explicarlas, en el marco de definiciones rivales de la vocación y del desinterés, o si se quiere de la virtud.

El modo de ejercicio de la actividad política ha experimentado un continuo proceso de profesionalización, el que ha coincidido con el propio desarrollo del Estado moderno. Se trata de un proceso complejo, fuertemente vinculado a la universalización del sufragio, gradual en Chile, en contraste con formas más abruptas de extensión del voto que es posible observar en otras latitudes. En tal sentido, la profesionalización de la política es una de las varias manifestaciones del proceso de división del trabajo político, permitiendo a un grupo particular adquirir el monopolio de la representación: el de congresal o parlamentario. Las dietas y los fueros parlamentarios participan de este proceso, lo que justifica interesarse en ellos en un contexto geográfico e histórico particular.

Estos dos dispositivos contribuyen a configurar y demarcar el campo político, en función de historias particulares. Las dietas han acompañado y reforzado, de acuerdo con ritmos muy variables de un país a otro, el proceso de autonomización y diferenciación del campo político, limitando la dependencia de sus agentes respecto de aquellos medios de subsistencia proveídos por la economía o la posición social. En cuanto al fuero, éste actúa como dispositivo que busca evitar que el ejercicio de la política quede a merced de la arbitrariedad del poder ejecutivo tan característica del siglo XIX chileno, así como de los intereses de agentes inscritos en otras esferas de la sociedad.

La génesis de ambos dispositivos en Chile es aquí analizada a través del examen de los debates parlamentarios, en donde se ponía regularmente en cuestión el honor, y hasta la honorabilidad de los involucrados. Para ello, estudiamos el período comprendido desde el inicio de la historia republicana hasta 1925, en el entendido que es allí en donde reside la génesis de ambos dispositivos, en el marco de luchas y controversias que eran a la vez políticas y sociales.

1. GÉNESIS Y CODIFICACIÓN DE LA DIETA PARLAMENTARIA EN CHILE: DE LA "GRATITUD DE LA PATRIA" A LA OCUPACIÓN REMUNERADA DEL CARGO

Formalmente, la dieta parlamentaria designa a la retribución económica que reciben los diputados y senadores por el ejercicio de la función legislativa. Como señala Garrigou (1992), en su estudio sobre la dieta en Francia, a menudo se asocia su existencia con la universalización del sufragio masculino, el cual eliminó los requisitos censitarios para ejercer el derecho a voto. De esta manera, resulta usual vincular su incorporación con el ingreso al campo político de personas sin fortuna que aspiraban a llegar al Congreso sin disponer de los medios económicos suficientes para dedicarse al ejercicio de la actividad legislativa de manera gratuita.

Sin embargo, dicha aseveración no es del todo correcta. Al igual que en el caso francés, la retribución de la función legislativa en Chile comienza a operar a título indemnizatorio con anterioridad a la universalización del sufragio masculino, aunque su consagración definitiva tendrá lugar sólo a partir de la Constitución de 1925.

Uno de los primeros reglamentos del Chile autónomo, el Reglamento para el Gobierno Provisorio de 1814, estableció el principio de gratuidad de la función legislativa. En él se sostenía que el ejercicio de dicha función debía estar motivado por la dedicación y el patriotismo, haciendo gala de una cierta idea de vocación y de desinterés2. Este principio se erigió, en los hechos, en una verdadera barrera de entrada al campo político, reforzada, además, por los requisitos censitarios que desde el inicio de la historia constitucional chilena condicionaron el derecho a voto y la posibilidad de optar a cargos de representación política3. Una aparente excepción a la gratuidad de la función parlamentaria se presentó cuatro años más tarde, puesto que la Constitución de 1818, dictada en el gobierno de O’Higgins, le asignaba un sueldo anual de dos mil pesos a los cinco vocales que componían el Senado, para entonces un órgano legislativo de carácter provisorio (Monografía de la Cámara de Diputados, 1945 (?): 31). Decimos una aparente excepción, ya que dicho sueldo no tuvo como motivación retribuir la función parlamentaria, sino otorgar un medio de control de dichos senadores por parte del Ejecutivo, transformándolos en empleados públicos avant la lettre. Quizás por ello es que la Constitución de 1822, que preveía por primera vez un sistema bicameral, refiriéndose a la dieta de manera indirecta, estableció la prohibición de los diputados de recibir de parte del Poder Ejecutivo "comisión lucrativa o empleo, que no sea de inmediata escala" (Campos Harriet, 1983: 342).

Serán más bien razones prácticas las que incidirán en la discusión parlamentaria sobre su necesidad y pertinencia, poniendo en evidencia la precaria condición económica de algunos diputados. En 1823, el Congreso Constituyente, elegido para la discusión y aprobación de la Constitución

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