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10 historias sobre Stalingrado - Télam - Agencia Nacional de Noticias


Enviado por   •  27 de Mayo de 2019  •  Documentos de Investigación  •  2.267 Palabras (10 Páginas)  •  232 Visitas

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10 historias sobre Stalingrado

Ocurrida entre el 23 de agosto y el 2 de febrero de 1943, la batalla de Stalingrado es considerada el enfrentamiento más sangriento de la historia de la humanidad. Con una cantidad de muertos estimada entre 3 y 4 millones, significó un vuelco en la Segunda Guerra y el principio del fin del nazismo. A 70 años de la rendición alemana, 10 historias que dan un panorama sobre un conflicto que cambió la historia del mundo para siempre

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1

Katiusha



El arma de artillerÃa por excelencia de la victoria en Stalingrado fue el lanzacohetes múltiples Katyusha BM-8, BM-13 y BM-30, que se trasladaba en camiones y tenÃa la capacidad de lanzar 16 cohetes al mismo tiempo. Por su gran movilidad, fueron las únicas baterÃas de artillerÃa que permanecieron del lado occidental del Volga, cuando la ciudad estaba tomada casi enteramente por los alemanes. Los soldados del Ejército Rojo le pusieron â
€œKatiusha” en honor a la popular canción rusa homónima de Mikhail Isakovsy, un relato de las penurias de una joven que añora a su esposo, un soldado que se encuentra en el frente defendiendo su patria.

Canción Katiusha.

2

La casa de Pavlov



En su libro sobre Stalingrado, el cronista de guerra Vasili Grossman describió la escena como â
€œuna casa tomada por los rusos, otra por los alemanes”. Uno de los episodios más memorables del combate fue la defensa soviética de “La casa de Pavlov”, un edificio de departamentos de 4 plantas a menos de 300 metros del Volga, capturado por una patrulla soviética. Su comandante, el teniente Afanasev, fue herido durante el primer combate, por lo que el sargento Jakov Pavlov asumió el mando. Al ocupar la casa, cercada por alemanes, descubrieron que un grupo de civiles habÃa permanecido en el sótano durante la toma y se incorporaron a las tácticas de defensa. Destruyeron los muros del sótano para mejorar las comunicaciones, cavaron trincheras que los comunicaban con las posiciones soviéticas en el exterior y abrieron boquetes en las paredes (a manera de aspilleras) para ametralladoras y fusiles antitanques. Cada vez que se acercaban los tanques alemanes, los hombres de Pavlov se dispersaban por el sótano o por el piso superior, desde donde podÃan disparar de cerca sin ser alcanzados por las armas de los blindados. Con dificultades para conseguir agua y vÃveres, custodiada al principio por menos de 4 hombres y nunca por más de 30, la casa Pavlov resistió durante 58 dÃas los ataques alemanes, cuando fueron relevados por fuerzas soviéticas del contraataque.

3

Perros bomba


La batalla de Stalingrado fue una de las formas menos convencionales de la guerra. Asà lo descubrieron los soldados alemanes, cuando encontraron perros rusos que corrÃan hacia ellos llevando encima una especie de silla sobre la que se levantaba un palo corto. Al principio, los alemanes pensaron que se trataba de perros de primeros auxilios, aunque pronto descubrieron todo lo contrario. Los canes habÃan sido entrenados según los principios pavlovianos para correr bajo grandes vehÃculos donde se les escondÃa el alimento. El palo que llevaban en su lomo, al ser aplastado por el tanque o el carro en cuestión, servÃa para detonar la carga que el perro llevaba consigo.

4

La colina Mamayev Kurgan


Denominada colina 102 durante la batalla, debido a que los soldados de ambos bandos las llamaban por su altura en metros, se consideraba clave en el dominio de Stalingrado. Era un objetivo decisivo para la estrategia militar pues su control significaba el dominio de la ciudad. Los soviéticos la defendieron encarnizadamente y enfrentaron la fuerte presión alemana. Tal era su importancia estratégica que el 14 de septiembre llegó a cambiar de manos en cuatro ocasiones durante el dÃa, pero al final de la noche quedó en manos soviéticas. A pesar de su altura y el clima ruso, la colina se mantuvo sin nieve todo el invierno por las explosiones de los proyectiles y las bombas que mantuvieron alta la temperatura. Cuando la batalla terminó, se encontraron entre 500 y 1250 esquirlas de metal por metro cuadrado. Allà se construyó el monumento que conmemora la Batalla de Stalingrado, llamado â
€œÂ¡La Madre Patria llama!”. A sus pies se encuentran enterrados el General que resistió durante Stalingrado, Vasili Chuikov, el único hijo varón de la Pasionaria, Rubén Ruiz Ibárruri, y el francotirador Vasili Záitsevev, de quien ahora conoceremos su historia.

5

Vasili Zaitsev


Una lucha casa por casa, con pequeños grupos de soldados en una ciudad destruida por bombardeos generó un nuevo grupo de estrellas: los francotiradores, cuya actividad comenzó a promoverse como un culto en la Unión Soviética. Durante los festejos del 25º aniversario de la Revolución de Octubre, la propaganda sobre esta actividad instaló una competencia socialista por matar el mayor número de soldados alemanes. Quienes llegaban a los cuarenta muertos recibÃan la medalla â
€œal valor” y el tÃtulo de “noble francotirador”. Vasili Zaitsev, de la división de Batiuk, fue el francotirador más famoso de la Unión Soviética, aunque no el que más enemigos mató, ya que ese tÃtulo quedó para el francotirador “Zikan”, que alcanzó la cifra de 224. Zaitsev, un tirador de las laderas de los Urales, cuyo nombre en ruso significa “liebre”, fue condecorado con la Orden de Lenin por las más de 100 bajas que produjo al Ejército alemán, al que habÃa llegado a desmoralizar con su eficacia. Según algunos testimonios, llegó entonces al frente el mayor alemán Erwin Konig, jefe de la escuela de francotiradores, con la misión de matar a Zaitsev y terminar con el mito. Después de varios dÃas de mutua persecución, Záitzev descubrió el lugar de escondite del experto alemán, en la fábrica Octubre rojo, al pie de la colina Mamaev Kurgan. El mito asegura que Vasili ideó un plan: asomó un casco que se movÃa con un sistema de cuerdas y cuando el alemán disparó, su compañero simuló haber sido herido. Al asomarse Konig para observar su disparo, Zaitsev aprovechó para devolverle el fuego. Aunque las fuentes históricas sobre este hecho son endebles, la pelÃcula “Enemigo al acecho” relata la disputa entre estos dos francotiradores.

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