Argumento
masos20 de Febrero de 2015
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Fragmento de una entrevista a Alcira Argumedo realizada por Florencia
Maderna en “Historia Crítica de la Sociología Argentina” , compilado por Horacio
González. Ed. Colihue. Año 2000. Bs. As.
-En los años 50 se fundó la carrera de Sociología en Buenos Aires; a cinco décadas,
¿ cómo valoraría sus logros y sus deficiencias?
-Creo que habría que situar, a mi modo de ver, tres grandes etapas. La primera, que
va del 57-58 al 63-64, es -lo que antes te decía- el predominio de la sociología científica,
el intento de imponer determinada corriente de pensamiento como la ciencia y descalificar
todo lo otro. Por suerte, en ese momento había muchas materias optativas y aquellos que
entramos en el 59-60, ya casi creada la carrera, podíamos optar, y en muchos casos
optamos, por las hist rias de José Luis Romero, de Halperín, la epistemología y la lógica de
Klimovsky, etc., que nos permitían tener un cierto contexto que no fuera estas torpezas
que no se pueden creer: los status, los roles (risas).
Hay una segunda etapa, que de alguna manera está signada por el retorno de los que
fueron a estudiar afuera -los hijos predilectos de Germani-, como es el caso de Verón, muy
influido por Lévi-Strauss, de Murmis, con sus lecturas del funcionalismo pero también con
sus lecturas del marxismo, y de otros, que vienen con una visión un poco renovada –digamos
así- de la sociología o de las ciencias sociales que había que estudiar. En ese momento, hay
todo un intento de elevar el nivel de la carrera y a mi modo de ver -claro que yo soy crítica
de estas cosas-, planteaban una elitización. Elevar el nivel de la carrera suponía que iba a
haber una elite de aquellos que estaban mejor preparados y otros que habían perdido el
tren de la historia. En ese sentido, fue muy significativa la Sociología Sistemática, que se
dio en el 64 Y 65 Y en el primer cuatrimestre del 66, hasta que vino el golpe de Onganía,
donde lo que se intentaba era una búsqueda -que a nuestro modo de ver era imposible- de
una síntesis entre el funcionalismo y el marxismo, que nosotros criticábamos como lo que
llamábamos "marxsons". Y por otra parte, sí, un cierto enriqueci miento a partir de la
teoría de la comunicación, la incorporación de Lévi Strauss, Saussure y algunas otras cosas
que por lo menos eran un poquito más interesantes que Merton. De todas maneras, la
crítica a ese desarrollo por parte de este grupo se juntaba con la de otros grupos a los
que llamábamos socialistas utópicos que eran Leopoldo Halperín, Celia Baldati, Santos
Colabella, Adolfina Janson, Elvira Rissech, etc. Nos juntábamos, éramos un grupo muy
crítico. Lo característico de estos grupos era el cuestionamiento fuerte, tratando de
generar alternativas alrededor de cómo se estaba conc biendo la ciencia y, sobre todo, lo
que se llamaba el cientificismo. Esta crítica a Verón y Murmis -que coincidió para muchos
de nosotros con el hecho de estar trabajando con ellos; por ejemplo, en mi caso, yo era
auxiliar docente de Murmis, o sea que estaba entre lo VIP- era el distanciamiento o la
caracterización de la problemática político-social de la Argentina. Era para nosotros...
pensá que el contexto externo no solamente estaba signado por la resistencia peronista, a
la cual cada uno de nosotros iba de alguna manera acercándose, sino también por toda la
problemática al nivel del llamado tercer mundo. Venía la Revolución Cubana, lo que había
sido Mao Tsé Tung, Gandhi, Sukarno, Lumumba, etc., en fin, toda una movilización de estos
pueblos, considerados por el pensamiento occidental
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