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Asentamiento Puente Tablas


Enviado por   •  15 de Enero de 2015  •  2.400 Palabras (10 Páginas)  •  258 Visitas

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ASENTAMIENTO DE PUENTE TABLAS

El asentamiento de Puente Tablas fue un asentamiento Íbero que empezó a poblarse en la Edad del Bronce Final, alrededor del siglo IX a.C. El asentamiento tiene 9 fases en el sentido estratéfico, de las cuales tres corresponden a la Edad de Bronce, una al ibérico antiguo, otra en el intermedio del ibérico antiguo al ibérico, dos más del ibérico y una de la fase emiral.

En el siglo VII a.C., un pueblo íbero fundó aquí su ciudad, siendo de esta época la mayor parte del trazado cerca de un 80%, y estuvo habitada hasta finales del siglo IV a.C., cuando los habitantes de este asentamiento se trasladasen al Oppidum de Auringis, en el cerro de Santa Catalina en Jaén, aunque a mediados del siglo III a.C., volvió a ser habitada durante la Segunda Guerra Púnica, siendo definitivamente abandonada a finales de este siglo.

El asentamiento de Puente Tablas se trataba de un oppidum, esto es el nombre que se le dio a las ciudades ibéricas, y significa ciudad fortificada. En estos tipos de asentamientos siempre había un príncipe junto a su linaje y clientes. El príncipe permitía a sus clientes que viviesen en el oppidum y les daba unas tierras para trabajarlas, y a cambio estos le daban un tributo y formaban parte del ejército del príncipe.

Junto al Oppidum de Puente Tablas, hay otros oppidum cercanos, aprovechando el alto valle del Guadalquivir, como son el de Atalayuelas, Auringis y Mentesa Bastetana.

El Oppidum de Puente Tablas está en un sitio estratégico, ya que a partir de él se puede controlar las zonas que a ellos les interesaban, ya que al este del asentamiento había un monte bajo donde las tierras eran ricas en yeso, hierro y sal, y además había mucha piedra. Este yacimiento minero fue explotado altamente por el pueblo íbero asentado en Puente Tablas. En otra zona, también divisible desde el asentamiento, se encuentra el río Guadalbullón, cuyas zonas colindantes eran zonas con mucha humedad y llanas, con tierras muy ricas permitiendo el cultivo. Así, desde el asentamiento se podía controlar tanto la agricultura como los yacimientos mineros. En la vega del río se sembraban cereales y legumbres, y en esta época se expandió el cultivo de la vid, el nogal, el olivo, etc., y por parte del sector agrario, se basaba en cerdos, vacas y ovejas.

Con respecto a la fortificación, cubre una superficie de unas 5 hectáreas y mide de altura alrededor de unos 5 metros. La parte baja del alzado era de piedra mientras que la de arriba era de adobe, y para hacerla más sólida, hicieron dos muros paralelos rellenando el espacio entre ellos con piedras irregulares y desechos. Los salientes que hay en la fortificación son una especie de torres que tenían la función de actuar como contrafuertes y como torres en sí. Su posición se debe a una forma de defensa, ya que cuando fuesen atacados, al llegar los invasores a los pies de la muralla, estos tendrían 3 frentes, la propia fortificación y los dos flancos de los contrafuertes. Tal y como la vemos ahora, la fortificación no fue vista nunca por los íberos, ya que sufrió una serie de transformaciones en siglos posteriores y una serie de modificaciones, siendo los últimos de dichas modificaciones los arqueólogos, y además se abandono por un tiempo lo que hizo que al volverse a modificar después, partes de la fortificación que hoy en día se pueden ver no fueron vistas por aquellos que volvieron a repoblar el asentamiento. Una parte de la fortificación esta derruida y esto se debe a que un arqueólogo de la Universidad de Barcelona vino al asentamiento y entró a este con excavadoras dañando una parte de la fortificación.

La primera fortificación de Puente Tablas se levantó alrededor del siglo VII a.C. donde la parte inferior de la muralla se hizo de mampostería con mortero. En esta primera fase se construyó sin cimentación, por lo que la parte de abajo era más ancha, dando así la impresión de talud. El exterior de la fortificación se recubrió con barro y se encaló y enlució para privar a futuros invasores a subir por las piedras, además de para demostrar su poder. Más tarde, a finales del siglo V y a principios del IV, la fortificación se remodeló modificando algunas puertas y encamisando algunas torres para hacerlas más sólidas. Para esto se usó una mampostería con piedras más grandes, mejor careadas y sin revoco. A finales del siglo IV el oppidum se abandonó lo que hizo que parte de la muralla se escondiese bajo la tierra que se fue acumulando de los adobes descompuestos. A finales del siglo III a.C. se volvió a ocupar el asentamiento, y se construyó una nueva muralla de mampostería irregular con torres más pequeñas, siguiendo el trazado de la primera fortificación que aún quedaba marcado.

Desde el siglo IX al VII, no tenían conocimiento del hierro, y utilizaban una tecnología preibérica. Vivían en cabañas, pero en un cierto momento decidieron construir una fortificación, urbanizando el interior.

La fortificación tenía dos puertas, de las cuales una tiene indicios de que tuviese aspectos sagrados. Esta se construyó a finales del siglo V y principios del IV y está orientada al este. Es una puerta monumental con dos bastiones que enmarcan un largo pasillo. En la mitad del pasillo, encima de la puerta, se colocaba el puente de la puerta. Tras la puerta había una piedra, la cual representaba a una diosa de la fertilidad y se pueden apreciar en ella los brazos esculpidos sobre el vientre y una especie de tiara en la cabeza. Esta recibía los primeros rayos de sol del asentamiento en los amaneceres de los equinoccios de primavera y otoño, esto representaba una hierogamia entre el dios Sol y la diosa de la fertilidad que era representada por la piedra. Por otra parte, el banco de piedra situado por el pasillo por el lateral norte recibía la primera luz al amanecer del solsticio de invierno. Todo esto hizo que la puerta del Sol, como así la llaman fuera un calendario solar que usaron en este asentamiento durante el siglo IV, ya que en el siglo III esta puerta fue remplazada por otra más pequeña en su lugar. La puerta del Sol tiene a sus pies una especie de caja simbólica. Se componía de dos piedras cúbicas, de las cuales una ocultaba los restos de sacrificios de animales, entre los que se pueden deducir siete cerdas preñadas y tres cabras. La otra piedra es donde se hacían los sacrificios de los animales antes mencionados. Las mandíbulas de los animales sacrificados estaban de dos en dos apuntando al este, otro tipo de ritual del que no se sabe su significado.

En el asentamiento existen más tipos de rituales, un caso de ellos es que en los equinoccios de primavera y otoño, como hemos dicho antes, los primeros rayos de Sol al amanecer dan en la piedra que simula a una diosa de la fertilidad, y cuando el sol avanzaba,

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