Batalla Naval

Batalla naval de Maracaibo durante la gran Colombia.

Venezuela, 1823

Desde la madrugada del 24 de julio, las aguas del lago de Maracaibo presenciaron el enfrentamiento más importante ocurrido en aguas nuestrasamericanas, donde la victoria aplastante del ejército naval republicano confirmó el afianzamiento de los patriotas en Venezuela. La victoria en la Batalla Naval del Lago marcó el retorno definitivo de la Provincia de Maracaibo a la unión colombiana. El acontecimiento fue visto por miles de personas que se encontraban en las orillas cercanas al lago de Maracaibo.

Recordemos que el 28 de enero de 1821 esta región logró liberarse de la corona española. Sin embargo, en 1822 del año siguiente fue nuevamente dominada por los realistas. La semana pasada el almirante republicano José Prudencio Padilla recibió correspondencia del almirante español Ángel Laborde y Navarro, cuyo escrito instaba a la rendición del ejército colombiano. “...No le daré la molestia de venir a recibir mi saludo muy distante de ese apostadero, e iré por el camino de la gloria a encontrarlo...”, respondió el patriota Padilla. La respuesta del realista no se hizo esperar. El enfrentamiento ya estaba anunciado. Los republicanos estaban dispuestos a recuperar la provincia de Maracaibo que había sido arrebatada el 6 de septiembre de 1822 por el mariscal Tomás Morales. Al amanecer del día 24 de julio de 1823, el almirante Padilla dio la orden oficial para que el bergantín Chitty levara anclas y marchara rumbo al oeste para atacar al ejército realista que se encontraba distribuido desde el sector Capitán Chico hasta El Bajito.

La batalla se inició a las 3:15 de la tarde. El mar recibía las balas de los cañones que hacían que las olas chocaran con la escuadra republicana, pero esta continuó su avanzada hasta que llegó al punto donde también sus cañones hicieron temblar a las embarcaciones realistas.

La tripulación española se armó con fusiles para evitar el abordaje de los republicanos, pero esta acción resultó insuficiente para la resistencia realista.

A la orden de Padilla, los bergantines republicanos se aproximaron al enemigo más cercano. Durante tres horas y media, la masiva destrucción de las naves españolas se hizo efectiva. El único que pudo retirarse fue el batallón realista Valencey, a bordo del bergantín General Riego. También logró huir el almirante Laborde, quien luego se refugió en el castillo San Carlos. Al caer la tarde, el viento disipó la humareda y el escenario mostró gran cantidad de muertos y restos de buques bajo un cielo colorido con distintas tonalidades de humo.

Las pérdidas humanas para los republicanos fueron aproximadamente de 44 hombres, entre ellos ocho oficiales; la cifra de heridos fue de 119.

Para los realistas,

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