Benito Juarez

En esta lectura se nos muestra cómo es que los presidentes de México hicieron leyes para el reparto de las tierras, y al final terminaron perjudicando más a los indios y campesinos.

La lectura se encuentra dividida en tres capítulos:

1. La cuestión agraria bajo el imperio

Este capítulo empieza hablándonos de Maximiliano, nos cuenta que Maximiliano antes de llegar a México ya resaltaba en el gobierno de Lombardo por ser una persona muy democrática. Cuando Maximiliano llega a México se encuentra con una situación muy diferente ya que el país estaba en una situación de miseria y de criminal abandono de la raza indígena, entonces a partir de ese punto en su mente surgieron propósitos de renovación e impulsos de reforma.

Maximiliano se había propuesto emancipar a los indios ya que se dio cuenta de la opresión que pesaba sobre la población campesina entonces trabajo en sus proyectos de reforma. La Junta Protectora de las Clases Menesterosas le hizo entrega de su primer iniciativa de ley a favor de los indios pero ahí fue cuando todo se vino abajo, todo empezaba bien, el decreto comenzaba por declarar libres a los trabajadores del campo pero con una restricción o condición que decía “con tal de que ellos no tengan ninguna deuda a su cargo, o satisfaciéndola en dinero al contado en caso de tenerla”. Entonces ahí fue cuando todo resulto mal, ya que lógicamente los hacendados se encargarían de envolver a los campesinos para que siempre saliera una “deuda” a cargo de los trabajadores.

Su decreto constaba de más artículos, pero aparte del articulo ya mencionado otro artículo que causo impacto fue el que declaraba abolidas en las haciendas “la prisión o tlapizquera y el cepo, los latigazos y en general todos los castigos corporales”

Maximiliano con esos dos artículos se había ganado el odio, tanto de los hacendados, como de los campesinos. Los hacendados sintieron que su poder se había venido abajo ya que no podrían obrar más como estaban acostumbrados entonces para afectar a los campesinos pues ya no les daban trabajo, y ellos tenían que decir que no les importaba lo que promulgaba la ley así de este modo los jornaleros se esclavizaban de nuevo ante los hacendados.

Maximiliano insistía en ganarse el respeto de la raza oprimida y no se dio por vencido, por último este capítulo nos dice que promulgo en 1866 un decreto concediendo a los pueblos, además del fundo legal y del ejido, tierras de labor en extensión suficiente. Pero igual todo salió mal y los hacendados se enojaron más, la raza india se vio en la necesidad de “arrodillarse” ante los hacendados para conseguir trabajo.

Creo que Maximiliano de verdad quiso ayudar a la raza india, pero sin embargo siempre que quiso formular un decreto para ayudarlos, los autores (escritores) que las hacían pues engañaban al emperador y las escribían de forma en que no beneficiaran del todo a los indios. Entonces eso fue lo que perjudico a Maximiliano y por esta causa, y sobre todo por haber venido a gobernar sabiendo que nadie lo quería aquí, su gobierno no pudo prosperar de forma adecuada.

2. Confusión y caos bajo Juárez y Lerdo

Lo que resalta de este capítulo es la Ley de Baldíos de 22 de julio de 1863.

El capítulo nos dice que Juárez tuvo que acudir a la enajenación en forma rápida de los terrenos baldíos con la esperanza de hacerse de recursos, por esa ley fueron declarados baldíos todos aquellos terrenos “que no hubiesen sido destinados a un uso público facultada para ello, ni créditos por la misma, a título oneroso o lucrativo a individuo o corporación autorizada para adquirirlos”.

Entonces esta ley te perjudicaba porque finalmente si no tenías un buen documento que demostraba que el terreno era tuyo, y alguien lo declaraba baldío, pues entonces eras privado de la propiedad. Y ahí es donde empieza todo el

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