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Bulimia Y Anorexia

katyob115 de Junio de 2014

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INTRODUCCIÓN

Los trastornos de alimentación en las y los jóvenes en la actualidad se han convertido en un auténtico “boom”. Hoy en día aparecen muchas noticias e información, en los medios de comunicación sobre la anorexia y la bulimia nerviosa, y esto responde a que en el momento actual los trastornos del comportamiento alimentario, la bulimia, en particular, están aumentando alarmantemente. Las estadísticas arrojan datos escalofriantes: se estima que una de cada 100 adolescentes padecen anorexia nerviosa y 4 de cada 100 tienen bulimia nerviosa. Una de las razones por la que existe esta alarma es que estos trastornos, llevados a un extremo, presentan un desenlace fatal y en determinados casos se cronifican, lo que motiva desadaptaciones laborales, sociales y familiares de las personas que lo padecen; además, en el transcurso de la enfermedad y posterior recuperación, estas/os jóvenes, así como las personas que les rodean, sufren de forma intensa. Aunque todavía no existe un conocimiento profundo del tema, el aumento de casos ha hecho que los profesionales de la salud se preocupen cada día más por investigar cuáles son las múltiples causas que desencadenan la aparición de este tipo de trastornos y cuales pueden ser las soluciones más adecuadas. Lo que tenemos claro es que estos trastornos alimentarios presentan cuadros complejos.

Este aumento de casos coincide con la existencia de unos valores estéticos predominantes en nuestro medio socio-cultural donde el criterio estético de “estar delgado”, sobre todo referido a las jóvenes (son éstas en número las mayores afectadas), está jugando un papel importante (aunque no exclusivo). En la actualidad, a través de los medios de comunicación y de nuestra propia cultura, se nos vende que para ser aceptadas y aceptados socialmente debemos estar delgadas y delgados, convirtiéndose así la delgadez en sinónimo de autocontrol y éxito social. Esto tiene como primera consecuencia que multitud de jóvenes lleven a cabo dietas alimentarias, que en muchos casos pueden desencadenar en el desarrollo de un trastorno de la alimentación. Como decíamos anteriormente, los trastornos de la alimentación muestran un cuadro muy complejo que no tiene fácil explicación, ya que no hay una única causa que lo explique y sí un conjunto de muchos factores que interactúan, y que en un momento determinado hacen que una persona desarrolle este tipo de trastornos.

Dentro de esta multiplicidad de factores desencadenantes nos encontramos en primer lugar con los denominados factores socio-culturales. Este tipo de factores, entre los que se encuentran la publicidad y los medios de comunicación, pueden explicar sólo en parte el espectacular incremento de casos que venimos observando. Pero en ningún caso podemos “echar la culpa” exclusivamente a la publicidad como el agente único y decisivo en la aparición de los trastornos en la conducta alimentaria.

• Factores socioculturales La cultura de la delgadez afecta sobre todo a las jóvenes, aunque no es una exclusividad de éstas. Estos estereotipos culturales no siempre han sido iguales, y las dimensiones corporales femeninas no han sido siempre valoradas de igual manera. Pensemos en los cuadros de

Rubens que muestran el canon de belleza de esa época. La existencia y prevalencia de un modelo estético o ideal de belleza también es consecuencia de las presiones del grupo en las que habitualmente se encuentran los y las jóvenes. Así, la persona que sigue el “modelo ideal” parece autovalorarse positivamente y quien no lo sigue sufre y padece las consecuencias de la baja autoestima.

Si nos preguntamos cómo se generan y se transmiten los modelos estéticos, inmediatamente tenemos que pensar en los medios de comunicación.

En un estudio realizado por Toro y Cols. (1985) se seleccionaron 10 revistas especialmente leídas por mujeres y se constata que uno de cada cuatro anuncios que llegan a un público predominantemente femenino invitan directa o indirectamente a “perder peso”, mostrando cuerpos ideales y esculturales, que no dejan por cierto de ser bellos. Estos mensajes suelen ir encaminados a un público joven de edades comprendidas entre los 15 y los 24 años, una edad proclive y en riesgo para iniciar un trastorno de alimentación. Otra investigación constató que a medida que las medidas de las modelos van disminuyendo, en la población general las medidas van aumentando. Es decir, la publicidad nos vende un canon de belleza que cada vez se encuentra más alejado de la realidad. Si a esto añadimos que se suele asociar la delgadez con felicidad y éxito, podemos entender que muchas/os jóvenes se dejen influenciar por estos mensajes, haciendo de estos modelos su máxima aspiración. Otro aspecto a tener en cuenta dentro de estos factores socioculturales son las características de la sociedad en la que vivimos, en donde se ha pasado de la prohibición al mensaje “Haz lo que quieras, pero hazlo perfecto”. Esto somete a la juventud a una enorme presión.

FACTORES SOCIOCULTURALES

- Cultura de la delgadez.

- La delgadez convertida en mito significa belleza, juventud, estar en forma.

- Enorme coacción a través de los medios de comunicación de masas, dirigida especialmente a adolescentes.

- El mensaje que se transmite es que sólo siendo delgadas y delgados seremos más atractivos y tendremos éxito.

¿QUÉ SON LOS TRASTORNOS DE ALIMENTACIÓN?

• ¿Qué es la anorexia nerviosa? En un 80 por ciento de los casos la anorexia comienza con una dieta para perder peso y, en la medida que esto no se logra, perder peso se convierte en el objetivo central. Nada parece tener más importancia que este propósito, por encima de recomendaciones y cualquier otra meta. A este deseo imperioso de adelgazar se une con igual intensidad el temor a la recuperación, vivido claramente como pánico a engordar, pierden la menstruación o no la llegan a tener cuando les hubiera correspondido. Paralelamente, cada vez se tiene más distorsionada su imagen corporal. Se ven gordas y gordos aunque hayan perdido mucho peso. Se miran mucho al espejo, se pesan muchas veces y preguntan con insistencia por su imagen. A veces realizan un ejercicio excesivo y continuado con la única finalidad de perder peso. Los métodos empleados para bajar de peso son consumir muy poca cantidad de alimentos y realizar un ejercicio excesivo e intenso. En otros casos, en las llamadas anorexias purgativas (vómitos, uso de laxantes y de diuréticos), se alterna con períodos de ayuno para conseguir esa anhelada disminución de peso.

ANOREXIA NERVIOSA.

- Rechazo a mantener un peso corporal normal o por encima del mínimo para su edad y talla.

- Terror a engordar aún estando por debajo del peso ideal.

- Distorsión en la percepción del peso y de la imagen corporal.

SÍNTOMAS COMPORTAMENTALES DE LA A.N.

- Restricción voluntaria de comida.

- Preparación de los alimentos a la plancha.

- Disminución ingesta de líquidos.

- Conducta alimentaria extraña.

- Aislamiento social.

- Ejercicio compulsivo.

- Aumento de las horas de estudio.

- Disminución de las horas de sueño.

- Pesarse compulsivamente.

- Laxantes, diuréticos.

SÍNTOMAS MENTALES Y EMOCIONALES DE LA A.N.

- Trastorno severo de la imagen corporal.

- Terror a subir de peso.

- Negación total o parcial de la enfermedad.

- Negación de sensaciones de hambre, sed o sueño.

- Temor a perder el control.

- Dificultad de concentración.

- Desinterés sexual.

- Desinterés por actividades lúdicas o recreativas.

- Dificultad en reconocer sus emociones.

- Síntomas depresivos y/o obsesivos.

- Irritabilidad.

• Bulimia nerviosa

El perfil típico de la paciente bulímica es el de una mujer joven (la edad de aparición se sitúa entre los 16 y los 23 años), con un peso y tamaño dentro de la normalidad, que presenta atracones (consumir gran cantidad de alimentos de forma compulsiva y en poco tiempo) seguidos de vómitos, con abuso de laxantes, diuréticos y práctica excesiva de ejercicio, con el fin de contrarrestar la gran cantidad de alimento ingerido y poder así controlar el peso. Al igual que en la Anorexia, existe una preocupación obsesiva por el control del peso y la autoestima de la persona está en función de la valoración que hace de su cuerpo. Muchas personas que padecen este trastorno lo mantienen oculto durante meses y años ante la ignorancia de los familiares y amigos/as, debido a la vergüenza y al sentido de culpabilidad. Se oculta de los demás pero también de una/o mismo. Es entonces cuando aparece la mentira, que junto a la desconfianza del entorno, serán los dos obstáculos más serios a la hora de iniciar su recuperación. La persona lo sufre y disimula hasta ser sorprendida o contarlo a alguien en un momento de desesperación. El cuadro se inicia cuando la persona se empieza a encontrar insatisfecha con su cuerpo y quiere adelgazar.

Puede iniciar una dieta, a veces sin éxito, y el vómito se les presenta como la manera “ideal” de comer sin engordar. Se inicia así un círculo vicioso: los vómitos provocan la necesidad de comer, lo cual refuerza el vómito. Del supuesto control con la alimentación se pasa al descontrol. En el inicio del cuadro bulímico, la/el joven trata de controlar, recurre a todo tipo de procedimientos, pero fracasan en muchas ocasiones y comen sin parar, habitualmente a escondidas, eligiendo normalmente alimentos prohibidos (de alto contenido calórico) que ingieren con voracidad y en muy poco tiempo.

BULIMIA NERVIOSA

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