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Caracteristicas De La Sociedad Colonial En Chile


Enviado por   •  9 de Agosto de 2011  •  3.017 Palabras (13 Páginas)  •  2.004 Visitas

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Caracterice la Sociedad Colonial en Chile y América. Refiérase al rol de la Iglesia y la situación de los mestizos y los indios

La actitud religiosa en la sociedad colonial daba sentido al quehacer terrenal, nunca como hasta entonces, la omnipresencia de Dios fue más evidente para los hombres.

El papel de la religión en los siglos coloniales, es comparable al que tuvo en la Edad Media y puede considerársele como su continuación; aunque pesaban nuevas circunstancias, especialmente el fenómeno de la Contrarreforma y en América la vigorosa realidad indígena y mestiza.

La Contrarreforma y especialmente el Concilio de Trento al recalcar la pureza de la doctrina y efectuar el ajuste interno en la Iglesia, dieron nervio a la lucha espiritual y fortaleció el sentimiento religioso.

Bajo esas tendencias se inició en América la vida colonial, reemplazada en el esfuerzo por adoctrinar a los indios, a los negros y los mestizos.

Pero América tenía sus propias circunstancias, para empezar estaba lejos del problema protestante, además con todas las injusticias derivadas del dominio y el relajamiento de las normas morales ofreció interminables problemas. Mientras en el estrato alto se hacia abuso de poder, los estratos bajos sufrían de este.

Villalobos dice que pensar que en la Colonia la existencia estuviese replegada a la fe es un error, había manifestaciones diarias de prácticas religiosas, pero sin ser reflexionadas o sentidas, eran realizadas como una formalidad o hábito más, sin provocar un cambio en lo más interno de cada persona.

El contacto con Dios y sus representaciones, habían provocado una humanización de la religión que la perjudicaba.

Al acortarse las distancias en las cosas divinas estas perdían la dignidad que confiere la lejanía y eran manipuladas groseramente.

El uso de los santos y emblemas religiosos en la poesía popular y en las payas, a veces en bromas ligeras, en sarcasmos desvergonzados y las blasfemas eran consecuencia de esta familiaridad.

La ostentación religiosa, exacerbada en España por la lucha contra el islamismo, judaísmo y protestantismo, se prolongó en América y se incrementó para deslumbrar a los nativos y mestizos. Pero esto sólo fue posible gracias a las riquezas obtenidas en estas tierras.

La devoción se demostraba con abundantes donaciones, esto también demostraba el interés por ganar un lugar en el cielo, arrepentimiento y vanidad se complementaban.

La religiosidad era un valor social que realzaba el aprecio colectivo y realzaba el mérito individual.

Las procesiones y los oficios religiosos solemnes realizados con exagerados lujos, encerraban ese dualismo de piedad y vanagloria.

Las devociones inspiradas en remordimientos, desembocaban en prácticas masoquistas, de sadismo y ostentación, servían de “ejemplos gratificantes” hacia los fieles.

Las calamidades, como los terremotos, también tenían reacciones de devoción extrema por una parte y el conformismo por otra. Por ello se comprende que de la exaltación religiosa se pasara a los goces de la vida marcando aún más los contrastes.

Junto con la fe paso al Nuevo Mundo las creencias en milagros, prodigios y castigos divinos, que no tenían nada de extraño porque se vivía en un ambiente traspasado por lo sobrenatural.

Aceptar estos fenómenos fue una suerte de conformismo que dejaba las cosas sujetas a la voluntad divina. El fatalismo y la resignación fueron en parte originados por la creencia que los sucesos escapaban a la voluntad humana.

En cierto modo la lentitud de los cambios coloniales y el quietismo social estaban influidos por la visión religiosa pues había un plan divino por encima de todo.

El clero por otra parte era más respetado en los estratos bajos que en los altos, por tanto, la religión no logró elevar la conducta moral en la sociedad y la Iglesia no tuvo la influencia que se ha supuesto.

Dentro de la concepción cristiana de la sociedad había un doble ordenamiento. Los de orden espiritual que conducían a la salvación que estaba bajo la tuición de la Iglesia, mientras los temporales que buscaban el orden y la justicia eran de resorte del gobierno civil.

Considerada la Monarquía como un instrumento del Señor y lo reyes como hijos predilectos de la Iglesia, el papado estuvo dispuesto a concederle el derecho a patronato,

Mediante el cual los monarcas tenían la potestad sobre autorizaciones para la erigir una iglesia, catedral, parroquia, monasterios, hospitales y cualquier lugar pío.

Una regalía muy importante fue el derecho a designar cargos eclesiásticos. También se reservaban el derecho de aceptar o rechazar el envío a América de la bulas.

Las decisiones de la Iglesia eran tomadas por los concilios y sínodos diocesanos, también fueron controladas por los monarcas.

Por otra parte la corona intentó relajar la sumisión de los obispos al Papa.

Todas estas medidas en su conjunto distanciaban a la Iglesia de Roma, convirtiéndola en un instrumento sumiso a la política absolutista.

Los reyes encontrar en el patronato una columna fuerte para su absolutismo y la Iglesia como respaldo para su acción

1. Caracterice el orden político administrativo español y analice las debilidades y tensiones al interior del sistema.

La administración española en América, fue una prolongación de la ya existente en la Península. La figura del Rey se establece en el inconciente del pueblo, con carácter divino, pues el Señor, como el creador de todas las cosas, había otorgado el poder al pueblo, que lo delegaba en un príncipe.

La gestión monárquica debía estar orientada por la idea del bien común en el plano temporal; pero tenía también un fin escatológico, que le daba un carácter trascendente.

La salvación del hombre no le era indiferente y de ahí las determinaciones de política interna y externa íntimamente ligada a la religión.

Más adelante durante el reinado de Felipe II se consolida el absolutismo. En la teoría política, se puso énfasis en el poder del Rey, de acuerdo con la plenitud de soberanía, que le colocaba por encima de la Ley, la cual podía dictar o modificar voluntariamente. La noción del pacto social originario no desapareció; aunque se relajó la

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