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Cesar Rengifo


Enviado por   •  11 de Junio de 2015  •  4.338 Palabras (18 Páginas)  •  223 Visitas

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN

LICEO NACIONAL “FEDERACIÓN”

CHURUGUARA, ESTADO FALCÓN

PROFESOR: ESTUDUIANTES:

GLEDYS GARCIA HERCIMAR RODRIGUEZ

HERMIBETH RODRIGUEZ

HENIBETH GOMEZ

JUNIO, 2015

INTRODUCCION

En el presente trabajo, analizaremos a un exponente de las tendencias realistas en la pintura venezolana inspiradas en la pintura mexicana, junto con Héctor Poleo, Pedro León Castro y Gabriel Bracho; todos ellos después de haber iniciado estudios en Caracas fueron a México y aprovecharon la mejor época del muralismo mexicano. Utilizó tanto la pintura como el teatro para reflejar su búsqueda de justicia social.

Como muralista, César Rengifo realizó importantes trabajos entre los que destacan las obras de la Plaza Diego Ibarra y el Paseo de Los Próceres, ambas ubicadas en Caracas.

En el área teatral, Rengifo desempeñó una labor pedagógica y escribió 40 piezas, casi todas montadas en Venezuela y el exterior. Puede decirse que Rengifo intentó tanto a través de su obra pictórica como la de dramaturgo establecer una conexión profunda entre el sentido de las imágenes simbólicas y el fondo de la realidad del destino y la identidad del venezolano, así como sus frustraciones y esperanzas.

Dos meses después de la muerte de Gómez, Caracas estaba sumida en un ambiente turbulento y hostil. Las cosas no estaban muy claras. Luego de tantos años bajo el yugo del dictador recién fallecido, la costumbre había hecho de las suyas y ahora reinaba la confusión. Es sabido que en cuanto a la libertad de expresión se refiere, el período gomecista fue prácticamente de total oscuridad.

Muy cerca de allí reposaba el edificio la Academia de Bellas Artes, aledaña a la Esquina de ‘Santa Capilla'. Los alumnos de Dibujo, Pintura y Escultura ya se habían congregado en la acera cuando intempestivamente, un muchacho del grupo desprende del Pedestal del instituto, el asta de la bandera nacional que agita con energía de un extremo a otro encabezando la marcha que se uniría a la manifestación pocos minutos después. Era Cesar Rengifo aquel joven quien, desde temprana edad, reflejaba su pasión por la justicia social y el pensamiento revolucionario de la izquierda venezolana que mantendría durante toda su vida.

Ese año de 1936, es el inicio del gran despertar social, político y cultural de la Venezuela contemporánea. Aunque las estructuras gomecistas estaban todavía imbuidas en las mentes de muchos venezolanos, el país ya había sido rozado por los vientos del cambio y se preparaba a afrontarlo.

Es así que, cuando la Plaza Bolívar estaba colmada de gente y los oradores se turnaban los discursos, una invisible ráfaga de disparos en contra de la muchedumbre, inesperadamente se descarga desde los ventanales del nuevo edificio de la Gobernación fusilando a muchos de los presentes, entre ellos, a tres estudiantes de Artes Plásticas.

Este episodio fue una marca de vida para Cesar Rengifo y todos aquellos que luchaban por la Democracia. Así como lo eran también las nuevas corrientes artísticas de las primeras décadas del siglo XX: el futurismo, el fovismo, el cubismo... Cesar Rengifo diría: "...los estudiantes de la vieja Academia, en el lapso de 1930 a la muerte de Gómez, pese al asfixiante clima dictatorial, no permanecieron ajenos a las explosiones del arte y de las ideologías que se filtraban, dificultosamente, es cierto, por nuestras alcabalas de nuestras cerradas fronteras". (1974: 985). Y las expresiones artísticas, por su carácter progresivo, adelantado a los procesos que sacuden las estructuras sociales de los pueblos, son las que dirigían sutilmente el camino hacia un nuevo destino.

Para el propio Rengifo, "Un artista no es un ser distinto de los demás. Cumple para la colectividad un oficio de categoría superior. Crea y recrea sobre realidades dadas y en sus obras refleja los ideales de la sociedad de la cual forma parte. En torno al modo de ser del artista se ha especulado mucho. Suele presentársele como individuo lleno de excentricidades, situado al margen de lo colectivo, de espaldas a las normas de la armoniosa convivencia... Aun cuando hay excepciones, la mayoría de los artistas y principalmente los plásticos, se han ocupado durante toda su vida de trabajar" (1978: 1003,1004).

Y así lo hizo este hombre sin descanso prácticamente desde su niñez. Cesar Rengifo nació en Caracas un 14 de mayo de 1915 y, a pesar de su frágil condición física, demostró de muy pequeño su inclinación hacia las artes y la plástica. Para 1930, ya estaba inscrito en la Academia de Bellas Artes de Caracas donde cursó sus estudios de Dibujo, Pintura y Escultura junto a Cruz Álvarez García y Rafael Monasterios. La Academia estaba dividida en tres secciones: Pintura, Declamación y Música. De allí salieron hombres talentosos como Inocente Carreño, Antonio Estévez, Armando Barrios o Héctor Poleo. A los 21 años Cesar Rengifo egresa de la Academia. Era 1936, y ya se iniciaba en el gobierno venezolano una época de reformas. El general López Contreras decide nombrar al novelista Rómulo Gallegos Ministro de Educación y al ensayista Mariano Picón Salas jefe del Gabinete. El nuevo ministro y director se unen para poner en marcha profundas reformas académicas, entre las que se hallaban unas Becas al exterior para que aquellos alumnos más destacados tuvieses la oportunidad de perfeccionar sus conocimientos. Lamentablemente las pretendidas reformas con el tiempo fracasaron, pero antes de que lo hiciesen, Cesar Rengifo y muchos otros venezolanos fueron beneficiados con las facilidades que otorgaba el gobierno para completar sus estudios en el exterior. De esta manera, Rengifo fue enviado a Santiago de Chile para especializarse en Técnica y Enseñanza de las Artes Plásticas y Aplicadas, mientras que otros compañeros lo hicieron en Méjico.

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