Del Papel Periodico Al Iphone 5

DEL PAPEL PERIÓDICO AL IPHONE 5. EL CHAYOTAZO EN EL PERIODISMO.

Hernández Noris Eliseo 3-01

El ejercer la profesión de periodismo en México es difícil y poco remunerado. Vivimos en un país donde el gobierno da cacería a periodistas apasionados que, convencidos de su objetivo, buscan encontrar las fallas de nuestros funcionarios públicos para posteriormente publicar dicha información, sin embargo dormirán con un ojo abierto debido al miedo de sufrir algún ataque contra su persona.

Es debido a lo anterior mencionado, desde tiempos bastante remotos como la dictadura de Porfirio Díaz, se ha establecido la relación prensa-poder. Los periódicos o periodistas reciben a cambio de “su silencio” distintos tipos de recompensas, desde apoyos financieros (porque como mencionaba al principio, el salario de los periodistas en México es muy bajo) hasta privilegios fiscales, etc.

Es por este tipo de prácticas tan ruines y antidemocráticas que nace a mediados de la última década del siglo XX el código de ética del periodismo. Dicho código establece los principios de profesión periodística a seguir.

El establecimiento de un código de ética, en palabras de Omar Raúl Martínez, “supone la voluntad para ser más profesional, la existencia de informadores libres, el compromiso de ejercer un periodismo equilibrado pero honesto, el avance de las relaciones gobierno-medios-sociedad para el grado de evolución ética del gremio…”.

Claro, el ejercer o no el código de ética es voluntario, pero la preocupación ética de los medios de prensa es mínima.

En la actualidad, al parecer las cosas no han cambiado mucho desde el gobierno de Luis Echeverria, o el de Díaz Ordaz. Al gobierno no le gustan las críticas, no las acepta. Persigue pero también castiga a los periodistas profesionales. Si a pruebas nos remitimos, podemos nombrar a Julio Scherer o a Lydia Cacho.

El ahondar en la historia de la prensa en México y observar como el gobierno inhibe el desarrollo de la libertad de expresión que al parecer lo sigue haciendo aún en la actualidad, es triste.

Podemos observar como existen periodistas sin “darse” cuenta del compromiso con el pueblo, por lo tanto venden su voz a las empresas mediáticas manipuladoras de información, solo persiguen el lucro pero no el informar de manera veraz-objetiva.

En México, ciertas prácticas viciosas se encuentran tan arraigadas en nuestra cultura, pero para arraigarlas desde la raíz se necesitarán muchos años de cambio. Cambio que pudiese surgir de la educación a través de la información. Es por eso, el ejercer el periodismo enfrenta un gran reto: uno, restructurar las relaciones prensa-poder, dos, la preparación de periodistas realmente comprometidos con su profesión.

Estamos viviendo una etapa de cambios.

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