Discurso 15 De Septiembre

DISCURSO ALUSIVO AL 15 DE SEPTIEMBRE

En el mes de septiembre, el pueblo mexicano en todo el territorio nacional, está de fiesta patriótica como lo ha estado desde hace 204| años, cuando los habitantes del pueblo de Dolores Hidalgo, Guanajuato, encabezados por el ilustre padre de la patria Don Miguel Hidalgo y Costilla, encendieron las luces del ánimo de una nación libre y soberana, y se aprestaron a la lucha para conseguirlo, aun a costa de su propia vida, lográndose 11 años más tarde con las consecuencias propias que en el transcurso de una guerra se originan.

Por 300 años, nuestros hermanos de raza habían sido sojuzgados por el infame yugo español que un día movido por las fuerzas nefastas de la ambición, llegarían a las bellísimas tierras del Anahuac, para conquistarlas militarmente, sepultando el glorioso pasado de nuestros antecesores autóctonos en el sendero de la muerte.

Es de imaginar la triste situación en que vivieron aquellos pobladores del México colonial, bajo un sistema opresivo y discriminatorio para los connacionales, donde los privilegios eran exclusivamente para los españoles quienes únicamente tenia los derechos de ocupar los mejores puestos del gobierno, quedando los mexicanos por nacimiento, relegados a segundo o tercer término, y las diferentes castas condenadas de por vida a servir en los tétricos campos de la encomienda, bajo la más miserable posición económica y social, razón fundamental por lo que el anhelo de aquellos ciudadanos era verse cobijados con la sagrada luz de la independencia y la justicia.

El regocijo del principio del fin de una prolongada pesadilla que padecieron los mexicanos de aquellos tiempos, lo hemos heredado, y hoy como ayer, nos encontramos llenos de júbilo festejando el 202 aniversario del inicio del mil veces glorioso del movimiento de independencia que hizo reconocer nuestros legítimos derechos y nos dio la categoría que con todo el honor nos corresponde. No habrá un solo corazón de origen mexicano, que hoy no sienta ese grandioso acontecimiento nacional.

Es imprescindible señalar aquellas primeras penalidades de la lucha por la independencia, porque en ellas radica el sublime fondo de su infinita importancia.

El entusiasmo era desbordante, como lo sigue siendo hasta la fecha. Los ultrajes recibidos por los españoles, llegarían a su término bajo los candentes fragores de la guerra, y las futuras generaciones tendrían y tienen como tarea fundamental: preservar la grandeza, los valores, la unidad y el esplendor de la sacra independencia, poniendo para ello el mejor empeño para lograrlo, y con la fuerza del fuego que revive a las almas, pronunciar desde el mero corazón ¡¡ VIVA MÉXICO ¡!

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