Educacion En México

La educación como tal, siempre ha representado un aspecto muy importante en la vida de todo ser humano. En México, sigue siendo un tema controversial y en medio de reformas y argumentos se sigue cuestionando qué es lo que se debe o no se debe hacer respecto a ella; cabe mencionar que la educación ha existido desde tiempos inmemorables y que si bien ha sufrido transformaciones de enormes magnitudes ha tenido en esencia el mismo propósito: preparar a la niñez y la juventud para los oficios que la población requiere.

Si nos remontamos a épocas prehispánicas precisamente en los territorios que hoy conforman el estado mexicano, podemos ubicar culturas que mucho antes del contacto con Europa, eran grandes astrofísicos, contaban con un sistema de escritura y numeración además de su propio dialecto, eran capaces de realizar obras monumentales, tenían gobierno monárquico estructurado, poseían una cultura, tradiciones y religión propias y lo más importante, contaban con escuelas donde los estudiantes aprendían artes y oficios relacionados con la clase social a la que pertenecían; las escuelas de las antiguas civilizaciones eran divididas en dos grandes gremios clasistas a los que denominaban Tepochcalli y Calmecac, a la primera escuela, asistían hijos de plebeyos a estos se les enseñaban oficios (recolección, caza, mercadeo, etc), manejo de armamento, normas religiosas y tradiciones; a diferencia del Tepochcalli, el Calmecac estaba diseñado para hijos de nobles donde estos se preparaban para ser sacerdotes, gobernantes y líderes guerreros, en esta escuela el alumnado tenía clases de ciencia, lectura, escritura, adivinación, historia, astrología, astronomía, entre otras. Para las culturas prehispánicas, la mujer cumplía con un rol específico: ser mujer, así que no era necesario que tuviera una educación en escuelas como la tenían los hombres, las mujeres aprendían quehaceres del hogar directamente inculcados desde su madre. A partir de la conquista del territorio mexicano por la España, muchas cosas comenzaron a cambiar en nuestro pedacito de tierra; España era por excelencia un país católico y expansionista, poco abierto a posibilidades y sumamente egoísta

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