El Socialismo
Alexcardo7 de Noviembre de 2013
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INTRODUCCIÓN
De todas las corrientes que surgieron durante el siglo XIX que se opusieron a la escuela clásica de la economía, la más importante es sin duda alguna, el socialismo.
Esta doctrina se resume en la no satisfacción con las condiciones de la clase obrera y en la pretensión de realizar un orden social más justo.
La doctrina socialista es la respuesta a la revolución social que se dio paralelamente a la revolución industrial. La revolución social estuvo representada por el proletariado industrial, explotado y oprimido, conformador de la clase trabajadora. Como consecuencia de esta clase nace el sentimiento de solidaridad de los trabajadores, las primeras manifestaciones obreras, el movimiento sindical y, finalmente, el socialismo.
Esta nueva doctrina se puede dividir, en cuanto sus antecedentes, en dos partes: el socialismo llamado “utópico” que pretendió llegar a un orden justo por medio de innovaciones libremente perseguidas por el hombre; y el socialismo “científico” que consideró la instauración del orden justo por la vía inevitable del proceso histórico. Deben mencionarse como representantes del primer socialismo a Saint-Simón, Carlos Fourier, Robert Owen, José Prodhon y Luis Blanc. Como creador y figura máxima del segundo a Carlos Marx.
Carlos Marx formulo la teoría socialista más importante de esta corriente, el marxismo. En la base de la doctrina marxista, está la interpretación de la historia llamada materialismo histórico.
La teoría socialista de Marx se cifra en reflexionar que el sistema capitalista lleva en su seno la causa de la destrucción debido a los contrastes extremos entre el desarrollo de la riqueza y el paralelo desarrollo de la miseria, del proceso de acumulación del capital; y, de la concentración industrial.
Veremos cómo lentamente el sistema socialista decae, a través de una competencia de ideologías en la superioridad armamentística entre dos potencial el siglo.
CONTEXTO HISTÓRICO
La Europa de fines de siglo XVIII y primera mitad del siglo XIX estaba sufriendo una transformación drástica, debido a cambios tecnológicos, sociales, económicos y políticos. Así se puede nombrar los cambios políticos desde la revolución francesa, el surgimiento de Inglaterra como la potencia económica más fuerte de la época, el surgimiento de la producción por máquinas y de fuentes avanzadas de energía (que surgía reemplazando el arado tirado por animales), grandes movimientos migratorios, el surgimiento de asentimientos predominantemente urbano, mayor desigualdad social, la aparición de una gran movilidad social.
En los países más industrializados la situación de los trabajadores era deplorable debido a los bajos salarios, el trabajo de mujeres y niños, jornadas prolongadas de trabajo, una estricta vigilancia al trabajador y condiciones de asentamiento deplorables. Ni Inglaterra se salvaba, ya que después de las guerras napoleónicas había comenzado una gran depresión debida que los mercados de los tejidos de algodón no se recuperaron. Empezó haber discernimiento y rebeldía contra la doctrina clásica y ataques al capitalismo, considerándola a esta ultima como un sistema que constituía una dominación del capital sobre la producción.
Mientras tanto se encontraba en pleno auge una burguesía que apoyaba la libertad y la propiedad privada, exaltaba como valor al ahorro y que mejoraba día a día su bienestar material.
Hay un surgimiento del nacionalismo y un mayor proteccionismo por parte de Norteamérica y Alemania opuesto "al librecambismo favorable a la nación más adelantada". Se discutía la conveniencia de una mayor intervención del estado para asegurar un equilibrio económico más estable y proteger el ingreso de los más pobres.
ANTECEDENTES DEL SOCIALISMO
La Revolución Industrial surgida a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX Supuso un incremento notable de riqueza en los países más importantes de la vieja Europa y en los Estados Unidos de América. Pero este mayor bienestar material benefició únicamente a la burguesía o clase media.
La riqueza de las naciones publicada por Adam Smith. El progreso material, basado en la mecanización y la división del trabajo que Smith propugnaba, beneficiaba únicamente a unos pocos a costa de la pobreza y miseria de una clase obrera —el naciente proletariado— cada vez más numerosa.
El crecimiento económico no era suficiente para absorber el remanente de mano de obra que la racionalización de los procesos productivos dejaba sin empleo.
Con los socialistas utópicos o premar-xistas aparecieron las primeras críticas radicales al capitalismo. Sus críticas fueron dirigidas a los cimientos mismos del sistema, a las bases de aquella civilización que consideraban causante del estado de miseria en que se hallaban sumidas grandes masas de población. Estas críticas por parte de los primeros socialistas tenían procedencias y orientaciones bien distintas. Había en todos ellos, sin embargo, una idea central común: hacer desaparecer la causa que determinaban que unos hombres explotaran a otros hombres y acabar con la pobreza.
ORÍGENES
Sus inicios se remontan a la época de la Revolución Francesa, el término comenzó a ser utilizado de forma habitual en la primera mitad del siglo XIX por los intelectuales tras comprobar los efectos sociales que trajo consigo la Revolución Industrial. Entre sus primeros teóricos se encontraban el aristócrata francés conde de Saint-Simon, Charles Fourier y el empresario británico y doctrinario utópico Robert Owen. Como otros pensadores, se oponían al capitalismo por razones éticas y prácticas.
Según ellos, el capitalismo constituía una injusticia: explotaba a los trabajadores, los degradaba, transformándolos en máquinas o bestias, y permitía a los ricos incrementar sus rentas y fortunas mientras los trabajadores se hundían en la miseria. El socialismo surgió como un movimiento de reacción contra los excesos de una sociedad industrial, que ignoraba los intereses de la clase obrera. Defendía, en sus comienzos, la propiedad colectiva de los medios de producción, en un Estado cuya clase predominante seria el proletariado
DEFINICIÓN DEL SOCIALISMO
El socialismo es un Sistema de organización social y económica establecido en el principio de la igualdad, que defiende la abolición de la propiedad privada o socialización de los medios de producción para alcanzar una sociedad más justa, libre y solidaria.
Designa aquellas teorías y acciones políticas que defienden un sistema económico y político, basado en la propiedad o posesión democrática de los sistemas de producción y su control administrativo por parte de los mismos productores o realizadores de las actividades económicas (trabajadores) y del control democrático de las estructuras políticas civiles por parte de los ciudadanos.
El Socialismo, tiene el propósito de construir una sociedad sin clases estratificadas o subordinadas unas a otras.
Para Karl Marx y Friedrich Engels, el socialismo es un estadio intermedio de transición entre el capitalismo y el comunismo. El socialismo es concebido por estos autores como un tipo de sociedad que sucederá al capitalismo, del mismo modo que éste sucedió al feudalismo.
PRINCIPIOS DEL SOCIALISMO.
Libertad, justicia y solidaridad.
- El socialismo democrático es un movimiento internacional por la libertad, la justicia social y la solidaridad. Su meta es un mundo en paz, en el que puedan realizarse estos valores fundamentales, en el que cada individuo pueda vivir una vida plena desarrollando su personalidad y sus capacidades, y en el que los derechos humanos y civiles estén amparados en el marco de una sociedad democrática.
- La libertad es el resultado de esfuerzos individuales y colectivos que configuran de manera complementaria un mismo y único proceso. Todos los seres humanos tienen derecho a ser libres y a contar con las mejores oportunidades posibles para alcanzar sus metas y realizar sus capacidades. Pero esto sólo es posible si la humanidad entera triunfa en la lucha inmemorial por ser dueña de su historia y por asegurar que ninguna persona, clase, sexo, religión o raza se sirva de otra.
- La justicia y la igualdad. La justicia es el fin de toda discriminación contra los individuos, la igualdad de derechos y oportunidades. Exige que las desigualdades sociales, mentales o físicas se vean compensadas, y que nadie dependa ni de los propietarios de los medios de producción ni de quienes poseen el poder político.
- La igualdad es la expresión del valor idéntico de todos los seres humanos y la condición previa para el libre desarrollo de la personalidad humana. Una básica igualdad económica, social y cultural es la condición imprescindible para la diversidad individual y el progreso social.
- La libertad y la igualdad no son contradictorias. La igualdad es la condición para el desarrollo de la personalidad individual. La igualdad y la libertad personal son indivisibles.
- La solidaridad es general y universal. Se trata de la manifestación práctica de una humanidad común, de un sentimiento de identificación con las víctimas de la injusticia que las más importantes tradiciones humanistas acertadamente recomiendan y subrayan. La actual interdependencia mundial, sin precedentes en la historia, realza aún más el valor de la solidaridad, que
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