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El estado moderno Teoria general


Enviado por   •  3 de Octubre de 2018  •  Ensayos  •  2.347 Palabras (10 Páginas)  •  236 Visitas

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Periodo de la Edad Media (476 d.C – 1453 d.C).

 En esta época la doctrina del Estado,  domino la relación entre lo que se llamó el “poder judicial” (la iglesia), y lo que se llamó el “poder temporal” (poder civil). El mundo era un solo gran Estado en el cual había esas dos grandes potestades (Dualismo político) encargadas cada una de ellas de determinadas funciones específicas. Pero con el mismo peso de poder. Y tuvo como directores al Emperador y al Papa

Periodo de la Edad Moderna (1453 d.C – 1789 d.C)

Al desplomarse el mundo medieval, apareció una gran variedad de Estados conscientes de su independencia política y de allí nació el impulso para el estudio de los problemas políticos y jurídicos que esto provocaba, lo que desarrollo con gran agilidad la teoría del Estado en el plano Estrictamente jurídico.

Apareciendo autores que se dedicaron a estudiar la Teoría del Estado con suma profundidad entre ellos podemos mencionar a Nicolás Maquiavelo, Jean Bodin y Robert Filmer

El estado moderno

El estado moderno ha nacido como unidad de asociación, organizada conforme a una Constitución, gracias a haber dominado el doble dualismo que formar rey y pueblo y el poder espiritual y temporal.

Por distinto que puedan ser los motivos y los medios de que se ha valido cada Estado particular para denominar ese doble dualismo, en la lucha por dar una nueva forma a las relaciones políticas, se ha conseguido un primer resultado de importancia suma, y es: la instauración de la unidad del estado dominando la contienda entre sus partes.

La polémica entre el Estado y la Iglesia se decide en beneficio del Estado, por obra de la reforma, no solo en los países protestantes. Los intereses de la disminuida Iglesia Católica, y la posibilidad de recobrar alguna vez los miembros que se habían separado de ella, pensamiento que jamás ha abandonado la Iglesia, son objetivos de que tal suerte dependen de que las potencias católicas le brinden su apoyo que, no obstante la oposición y el conflicto entre Estado e Iglesia en los países católicos, no vuelve jamás a alcanzar esta la fuerza de que disfruto en la Edad Media.

El fin más importante, por consiguiente, del siglo primero de la historia moderna, ha consistido en superar el dualismo resultante de la distinción de príncipe y estados de reino. Tan pronto como la totalidad de las modificaciones engendradas en las relaciones económicas y militares, permitió y exigió una concentración del poder del príncipe, el esfuerzo principal había de consistir en hacer recaer sobre aquel el centro de gravedad del Estado. Por esto la historia interna de los Estados modernos tiene como contenido las luchas sostenidas para fijar el poder del príncipe frente al de los estados o brazos. El Corpus de los brazos se convierte en un órgano activo del Estado unificado.

La solución que mayor significación ha tenido, ha sido la absolutista, porque la monarquía absoluta es la primera que ha realizado en occidente, después de la época romana, la idea de la unidad del estado. Ha formado una unidad interior de territorios que estaban originalmente separados unos de otros; ha creado un ejército, ha instituido una empleomanía del Estadio; ha colocado bajo su amparo la administración de justicia en todos los territorios que abarca el Estado, ha sometido a su poder la administración e justicia feudal, la administración establecida por las representaciones de la nación, ha convertido  a estas; de coordinadas con la del Estado, como antes eran, en subordinadas a él. Mediante el derrumbamiento de los poderes feudales ha llevado a cabo la monarquía absoluta, el gran proceso de nivelación, por cuyo medio, una sociedad su8mamente estructurada y dividida, ha llegado a ser una sociedad en que fundamentalmente todos los ciudadanos, en principio. Gozan de igual capacidad jurídica.

La formación de los Estados modernos recibe su forma postrera y acabada mediante las transformaciones que se llevan a cabo dentro de los mismos a consecuencia de los movimientos revolucionarios, por la separación y formación de nuevos Estados con una pluralidad de pueblos que antes formaban una unidad, y la inversa, pueblos separados entre los que existía afinidad y que lograban constituir una unidad política de Estado.

Puede adoptar el Estado la forma de una comunidad organizada, cuyas funciones se llevan a cabo mediante una variedad de organismos dispuestos conforme a la constitución, y es posible así mismo, establecer una limitación jurídica rigurosa entre la comunidad y sus miembros. La unidad, su organización conforme a la constitución y la autolimitación del Estado frente al individuo, son los caracteres esenciales de lo que denominamos el Estado moderno, y lo que le separa de todas las formas que el Estado ha revestido en el pasado.

La idea de la unidad, por consiguiente, es la conclusión de una grande evolución histórica. El Estado moderno tiene como punto final lo que para el antiguo era el punto de partida. Como el segundo, atribuyese también el, y aun en una mayor medida, el derecho y el poder para dominar de un modo efectivo todos los aspectos de la vida de la comunidad.

Las teorías políticas de la época moderna contienen en una medida mayor o menor la tendencia a concebir el Estado como una unidad. El primer sistema completo de Derecho Natural, a saber, la doctrina absolutista de Hobbes, considera al Estado como una personalidad unitaria que no podía ser limitada por ninguna otra voluntad. Si bien el Derecho Natural deriva el Estado de los individuos, concede al Estado una vez creado un poder superior al de todos los demás.

El Estado de la Edad Moderna, Estado uno, Estado que reúne en si todos los poderes públicos y todos los derechos. Toda la evolución histórica del Estado moderno lleva consigo una característica que lo diferencia esencialmente de todas las formas anteriores del Estado.

En la antigüedad falto la conciencia clara de una exigencia jurídico-positiva para que se reconociese al individuo frente al Estado una esfera de libertad. En la de la época moderna, incluso cuando ha reinado un absolutismo sin límites, jamás ha dejado de existir la convicción de que el individuo era un ser de derechos frente al Estado y que, por lo tanto, habría de ser reconocido moral y jurídicamente por este. Tal convicción es el fruto de la doble oposición que el Estado moderno había de superar. Encontramos aun hoy la oposición entre el rey y pueblo en la doctrina que afirma que el poder del Estado tiene límites respecto del pueblo, no obstante la soberanía jurídica de aquel.  La teoría jurídica de un Estado sin restricción alguna, sirvió, como el arma que energéticamente se esgrimió para contener las pretensiones de la Iglesia, las cuales consistían en reclamar un campo de actividad independiente, exterior y opuesto a aquel;  pero mediante esta lucha hubo de convencerse el Estado de los limites reales del imperium radican en la intimidad religiosa de los individuos. Aquellos Estados, posteriormente formados, que han desconocido totalmente el dualismo de príncipe y pueblo y solo un grado limitado conocen la oposición del Estado e Iglesia, no han reconocido de un modo expreso los límites entre el Estado y el individuo.

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