Entrevista A Miguel Hidalgo Y Costilla

En esta ocasión tuvimos la oportunidad de entrevistar a una leyenda, a uno de los insurgentes más destacados de su tiempo, el señor Miguel Hidalgo y Costilla, quien accedió a responder algunas preguntas:

1. Sabemos que usted formó parte importante del movimiento de independencia de nuestro país. Díganos, ¿cuáles fueron algunos puntos clave de esta lucha en los que participó?

R= Pues miren, comenzaré con una de mis favoritas… La toma de la Alhóndiga de Granaditas, a pocos días de haber iniciado la lucha, decidí enviar a Guanajuato una carta en la cual Riaño, entonces intendente, aceptara rendirse sin necesidad de utilizar la violencia. Éste la rechazó declarando lealtad únicamente al virrey… no me iba a quedar de brazos cruzados, estarán de acuerdo. Mi viejo amigo Riaño, a causa de tanto miedo, pidió a la población resguardarse en la Alhóndiga, cosa que resultó peor para ellos ya que él fue asesinado y los españoles tuvieron que rendirse. Ahí no acabó, aún los militares del virrey siguieron atacándonos hasta que entramos y nos deshicimos de ellos… sí… incluso muchos lo consideran masacre y botín en ves de una batalla…. En fin, trajo consigo cosas buenas. A principios de octubre llegamos a Valladolid, que fue abandonada al enterarse de lo sucedido en Guanajuato, ahí obtuvimos apoyo económico por parte de la iglesia, sin embargo también me recomendaron disminuir mis tropas, ¡ja! Claro que no los escuché. Esa decisión y el saqueo de la ciudad provocaron ciertos conflictos con Allende, de quien les hablaré más adelante. Otra fue la Batalla del Monte de las Cruces, en ésta el virrey Francisco Xavier Venegas ordenó al general Trujillo que emprendiera un intento para hacernos frente. Derrotamos a esos realistas y nos hicimos de su armamento, ellos no esperaban tal cosa, no creían nuestro ejército fuera de tal magnitud… Después de esta victoria tuvimos un pequeño incidente en Aculco y me negué a tomar la capital por motivos que… bueno, no es necesario aclarar; Calleja nos encontró en Arroyo Zarco y según él, éramos una “multitud de gente indisciplinada”, nos enfrentamos, pero tuvimos unas pérdidas incontables a causa de la magnitud de su ejército, así que tuvimos que huir del lugar. Allende y yo nos separamos desde entonces… yo a Valladolid y él a Guanajuato.

Y bueno… sólo queda la Batalla del Puente de Calderón, la que puso fin a mi insurgencia…

La verdad es que nos guiamos más por la pasión que por la estrategia; en esta batalla nos enfrentamos Allende, Aldama, Abasolo y su servidor contra los realistas, comandados por Félix María Calleja, entre otros. No quise luchar en la ciudad por lo que acampamos en el campo raso más cercano, créanme que esperaba Calleja desertara al ver tal cantidad de insurgentes. Al inicio de la batalla íbamos triunfando, sin embargo una granada, ¨una granada¨ fue lo que nos perdió… destruyó gran parte de nuestra artillería, lo que creó pánico en nuestro ejército… Finalmente huimos al norte, a Aguascalientes, donde fui despojado de mi mando militar a favor de Allende y fui tratado como vil prisionero…

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