ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Filosofia Mayas Aztecas E Incas

270620138 de Febrero de 2014

3.100 Palabras (13 Páginas)1.697 Visitas

Página 1 de 13

LA FILOSOFÍA MAYA

La filosofía maya tuvo su esplendor a partir del conocimiento muy especulativo que tuvieron de la agricultura, la cerámica y la astronomía, esto conllevó a que se construyeran centros ceremoniales con arquitectura monumental de grandes pirámides y edificios de piedra y se configuró la escritura jeroglífica. Hacia el siglo III la civilización maya había alcanzado un gran desarrollo y empezaba su etapa de mayor esplendor

El florecimiento cultural fue favorecido por una organización política que no proporcionó las guerras, así que el pueblo pudo gozar de largos periodos de paz y por la convivencia armoniosa de las distintas clases sociales, a partir de entonces el arte maya adquirió su propio estilo y se difundieron sus elementos característicos, como la construcción de templos, se unificaron los calendarios, cobró importancia la representación de figuras humanas, se aumentó el distanciamiento del poder respecto al pueblo. El sistema político utilizado por los mayas fue la confederación de estado

Los sacerdotes, cuyos cargos eran hereditarios, tenían tanto el poder como los dirigentes políticos; el sumo sacerdote era el encargado del cumplimiento estricto del ritual y de la organización de los templos. Cada sacerdote se encargaba de las actividades propias de su rango, como el culto, la organización de los sacrificios por decapitación, inmersión o extracción del corazón, la astronomía y la astrología, la escritura jeroglífica, la educación religiosa y el calendario que era fundamental para organizar las labores agrícolas.

Sobre la arquitectura, los mayas respetaban un principio fundamental llamado “ley de las supersticiones” que obligaba a reedificar un edificio de culto siempre en el mismo emplazamiento y sobre las ruinas del anterior. La construcción de pirámides estaba unida a la mentalidad de los mayas, que creían que el mundo se dividía en trece cielos y nueve infiernos. Además los mayas creían que la salud y la vida dependían de una lucha entre los dioses del Bien y los del Mal. la enfermedad provocada por un dios maléfico, que restablecía el equilibrio de la vida del enfermo y, por tanto, su salud. Los principales textos mayas hacen referencia a numerosas enfermedades y describen, entre otros aspectos, sus remedios y la época en que son más habituales.

Los mayas concebían el cosmos como un cuadrado plano, delimitado por un lagarto cuyo cuerpo estaba cubierto de símbolos planetarios, en cada esquina habitaba un dios en forma de jaguar, que sostenía una parte del universo y mantenía el orden en una parte de los cuerpos celestes. Por tal motivo los difuntos eran enterrados en los patios de las casas junto con sus herramientas y objetos personales, los cadáveres de los nobles eran incinerados y se guardaban en grandes vasijas de barro en las que se depositaban joyas, armas objetos preciosos y alimentos especialmente el maíz, pues los mayas creían que los seres humanos debían viajar hasta el inframundo en su camino hacía el más allá, cuya travesía era larga y peligrosa y tenía que defenderse de los ataques de los animales salvajes. Incluso depositaban el cadáver de un perro que debía servir de guía al difunto cuando cruzara los largos y ríos subterráneos. Según el Popol Vuh (libro sagrado de los mayas) las dos primeras generaciones de los hombres fueron hechas con barro y madera respectivamente, pero los dioses no quedaron satisfechos y las destruyeron. Más tarde fabricaron una pasta de maíz y moldearon una nueva generación, que dio lugar a la humanidad actual. De esta manera el alimento básico de la dieta maya quedó convertido en un elemento sagrado, que debía ser ingerido como fuente de vida.

FILOSOFÍA AZTECA

El pueblo azteca de origen náhuatl desarrolló su pensamiento filosófico desde el momento en que comenzaron a consolidar un imperio poderoso en sólo dos siglos, y esto se debió en parte a su creencia en una leyenda, según la cual fundarían una gran civilización en una zona pantanosa en la que vieran un nopal (cactus) sobre una roca y sobre él un águila devorando una serpiente. Los sacerdotes afirmaron haber visto todo eso al llegar a esta zona; como reflejo de la continuidad de esa tradición, hoy en día esa imagen representa el símbolo oficial de México que aparece, entre otros, en los billetes y monedas.

Al aumentar en número, los aztecas establecieron organizaciones civiles y militares superiores. En 1325 fundaron la ciudad de Tenochtitlán (ubicada donde se encuentra la actual ciudad de México, capital del país)

La sociedad azteca o náhuatl estaba dividida en tres clases: esclavos, plebeyos y nobles. El estado de esclavo era similar al de un criado contratado. Aunque los hijos de los pobres podían ser vendidos como esclavos, solía hacerse por un periodo determinado. Los esclavos podían comprar su libertad y los que lograban escapar de sus amos y llegar hasta el palacio real sin que los atraparan obtenían la libertad inmediatamente. A los plebeyos o macehualtin se les otorgaba la propiedad vitalicia de un terreno en el que construían su casa. Sin embargo, a las capas más bajas de los plebeyos (tlalmaitl), no se les permitía tener propiedades y eran campesinos en tierras arrendadas. La nobleza estaba compuesta por los nobles de nacimiento, los sacerdotes y los que se habían ganado el derecho a serlo (especialmente los guerreros).

Los sacrificios, humanos y de animales, eran parte integrante de la religión azteca. Para los guerreros el honor máximo consistía en caer en la batalla u ofrecerse como voluntarios para el sacrificio en las ceremonias importantes.

Las mujeres que morían en el parto compartían el honor de los guerreros. También se realizaban las llamadas guerras floridas con el fin de hacer prisioneros para el sacrificio.

Los aztecas sacrificaban cada año miles de víctimas humanas en honor a Tezcatlipoca. El sacrificio consistía en extraer el corazón de la víctima y ofrecerlo al dios. La ceremonia incluía algunas veces el ofrecimiento de la sangre del sacrificado, el descollamiento del cadáver y el consumo de su carne.

El sentido de la ofrenda de sangre humana (y en menor medida de animales) era alimentar a las deidades solares para asegurarse la continuidad de su aparición cada día y con ella la permanencia de la vida humana, animal y vegetal sobre la Tierra.

La educación era muy estricta y se impartía desde los primeros años. A las mujeres se les exhortaba a que fueran discretas y recatadas en sus modales y en el vestir y se les enseñaban todas las modalidades de los quehaceres domésticos que, además de moler y preparar los alimentos, consistían en descarozar el algodón, hilar, tejer y confeccionar la ropa de la familia. A los hombres se les inculcaba la vocación guerrera.

Desde pequeños se les formaba para que fueran fuertes, de modo que los bañaban con agua fría, los abrigaban con ropa ligera y dormían en el suelo. A la manera de los atenienses de la Grecia clásica, se procuraba fortalecer el carácter de los niños mediante castigos severos y el fomento de los valores primordiales como amor a la verdad, la justicia y el deber, respeto a los padres y a los ancianos, rechazo a la mentira y al libertinaje, misericordia con los pobres y los desvalidos.

Los jóvenes aprendían música, bailes y cantos, además de religión, historia, matemáticas, interpretación de los códices, artes marciales, escritura y conocimiento del calendario, entre otras disciplinas. La enseñanza de los niños aztecas se fundaba en la frugalidad y la dedicación. Comenzaba en el hogar y se prolongaba hasta los doce años.

La educación del varón estaba confiada al padre, y la de la niña a su madre. En estos primeros años, la enseñanza se limitaba a buenos consejos y a labores domésticas menores. El niño aprendía a llevar agua y leña, acompañaba a su padre al mercado y recogía los granos de maíz que hubieran caído al suelo.

Por su parte, la niña observaba cómo su madre hilaba y cuando tenía seis años era enseñada a manejar el huso. A partir de los siete años y hasta cumplir los catorce, los varones aprendían a pescar y a conducir la canoa, mientras las niñas hilaban el algodón, barrían la casa, molían el maíz con el metate y trabajaban en el telar.

Al cumplir los doce años los jóvenes podían ingresar en el calmécac, reservado en un principio a los hijos de los dignatarios y comerciantes, o bien al telpochcalli, la escuela del calpulli destinada a la gente del pueblo.

Los aztecas o náhuats daban las gracias en su culto al rey del fuego Xiuhtecuhtli, que se parecía a su dios del sol; la adoración del fuego ocupó una posición central en los ritos religiosos de los aztecas, creían que el fuego era la manifestación terrenal del Divino, la luz divina. Algunos estudiosos han afirmado que un éxtasis religioso en los celebrantes produce una insensibilidad temporal al dolor. Se dice que el rito azteca consistía en pasar entre las llamas en vez de andar sobre ellas.

Hay quien cree que los participantes podían ser capaces de avanzar entre las llamas sin ser alcanzados por ellas. Además reían en la existencia de paraísos e infiernos, preparaban a los difuntos para un largo camino lleno de obstáculos. Tenían que pelear para poder llegar al final y ofrecer obsequios y regalos al señor de los muertos, que decidía su destino final, todas estas creencias estaban basadas en profecías, posiblemente una más señalada es la que se refiere a la fundación de la ciudad que serviría de asiento

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (19 Kb)
Leer 12 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com