GASTRONOMIA EN LA REVOLUCIÓN

Actualmente la gastronomía mexicana representa una de las más variadas y sabrosas del mundo gracias a su fusión del pasado que se fortalece con el presente.

La Revolución Mexicana, definitivamente cambió el rostro del país, siendo uno de los acontecimientos histórico más relevantes de la historia nacional

Durante la etapa de la Revolución Mexicana la dieta no era tan variada como la que hoy en día disfrutamos, era más bien una dieta limitada, la cual se basaba en el maíz y en el chile.

Hambre en la Revolución Mexicana

No obstante, el hambre que se vivía en el país forzó a la creación de una gastronomía improvisada y creativa, por lo cual resultaba de suma importancia aprender a administrar y combinar los pocos recursos con los que se contaba, ya que de ello dependía la comida del día siguiente.

En el México de la Revolución no todos comían igual, ya que el rango y la situación social que se poseía determinaban los alimentos en la mesa, por ejemplo, ser un general significaba comer como rey, y por el contrario ser un revolucionario o un campesino significaba casi siempre no tener nada para comer

Debido a la guerra que disputaba, “la bola” muchas veces no tenían el tiempo de detener el paso y sentarse a comer, así que lo hacían de pie y caminando. Comían por ejemplo tortillas de arriero, hechas a mano con amaranto para evitar que se descompusieran con el paso de los días.

Cuando había carne, la mayoría de las veces la comían cruda y sin sal ya que no disponían de tiempo para asarla. Y cuando no había carne la dieta se reducía a pinole y esquites

Los orígenes de la comida que actualmente se consume en México provienen desde la colonización que los españoles efectuaron en este país, por lo tanto, la mayoría de los platillos de la cocina mexicana son un mestizaje.

El mestizaje en la comida mexicana consiste en la mezcla de ingredientes indígenas como la calabaza, camote, jitomate y especias con otros de origen español como las carnes rojas y blancas, leche, quesos, azucares, trigo y limón

Hay quienes sostienen que Altagracia Martínez, una mujer perteneciente a la clase alta en la Ciudad de México, simpatizante de la Revolución que se une a la misma, fue la primera figura femenina bautizada con el nombre de “Adelita” por el General "Pancho Villa" y General Rodolfo Fierro

Posteriormente el tema de la gastronomía apareció recurrentemente en el cine tras las décadas de 1940 y 1950, acompañado de otros estereotipos mexicanos. Años más tarde, en 1980, el campo de la literatura también se vio involucrado en la cocina popular en el país, ejemplo de ello es Laura Esquivel que público la novela "Como Agua para Chocolate" (posteriormente base para la película homónima, filmada en

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