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Gutemberg Y La Imprenta


Enviado por   •  25 de Septiembre de 2012  •  4.095 Palabras (17 Páginas)  •  452 Visitas

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Caracas, 03 de junio de 2011

INTRODUCCIÓN

En este trabajo se pretende abordar el tema de la invención de la imprenta y por lo tanto traer a colación parte de la vida de Johannes Gútenberg, quien con justicia es calificado como su verdadero inventor, igualmente estudiaremos las transformaciones que trajo como consecuencia esta llamada revolución cultural y los aportes que le proporcionó a la humanidad.

No se va a incidir en los detalles de las tribulaciones y fraude de que fue víctima Gútenberg por parte de sus socios Fust y Schoiffer, ni la atribución del invento a otros particulares, teoría destruida definitivamente por Beristayn. Lo más relevante girará en torno al aporte de Gútenberg para la solución del problema. Para ello se ha dividido el contenido en cinco partes:

La primera parte refiere elementos precedentes a la invención de la imprenta, destacando las culturas de los babilonios, griegos y persas.

La segunda parte describe la técnica de la xilografía, empleada a finales del siglo XIV y comienzos del XV, para imprimir inicialmente, imágenes y pequeños textos y posteriormente los donatos, en que el texto ocupa la totalidad de la obra.

La tercera parte aborda la contribución histórica y solución al problema de la impresión por Gútenberg y sus primitivos frutos.

La cuarta parte dedica un estudio a los llamados Incunables o primeros libros impresos.

La quinta parte trata el impacto, trascendencia y consecuencias que dio lugar tal evento a la historia de la cultura.

I PARTE

INVENCIÓN DE LA IMPRENTA

Contexto histórico - social

Entre los Siglos XIII y XIV comienza la exploración y conocimientos del globo terráqueo. Dos hechos fundamentales marcarán en esta época un cambio de vida y de ritmo que concluirá con la Edad Media. Uno de estos hechos se produce progresivamente, y es el nacimiento de una clase media formada principalmente por artesanos que viven en las ciudades. El artesano avivará el comercio mientras que las ciudades se engrandecen y enriquecen, adquiriendo poder. El otro hecho importante es la lucha contra los musulmanes en toda Europa.

En las luchas de la reconquista española, en las batallas del Imperio romano de Oriente contra los musulmanes, se capturaban prisioneros que contaban extrañas historias sobre tierras lejanas mucho más al Este. También algunos de ellos lucían vestiduras de telas desconocidas o portaban extraños objetos.

En las épocas que las guerras eran menos cruentas, los mercaderes de las ciudades italianas entraban en contacto con mercaderes turcos que traían extrañas especias, ricas maderas o metales preciosos de desconocidas regiones.

Los turcos representaron una amenaza para Europa. Al mismo tiempo muchos espíritus inquietos sentían curiosidad de conocer estas legendarias tierras orientales. A finales del siglo XIII, un comerciante italiano de 15 años, Marco Polo, emprendió una travesía rumbo al Este. Lo que, 25 años más tarde, contó al regresar, maravilló y estimuló la curiosidad de sus contemporáneos. Dio a conocer la pólvora.

Por otro lado las ciudades estaban en auge constante, el poder de los nobles disminuía y la agricultura ya no era la actividad casi única. Las ciudades crecían a impulso del comercio y para su desarrollo necesitaban la paz. Por ello se fortificaban por fuera y se organizaban por dentro.

Los ciudadanos pagaban los impuestos, cuyo importe era utilizado en la vida municipal. Se protegía la enseñanza y empezaban a surgir las universidades. Los comerciantes y artesanos hábiles se enriquecían y pagaban los estudios a sus hijos.

Los nobles dueños de tierras, necesitaban de un ejército para defender sus intereses y pelear por el poder, para pagar estos ejércitos cargaban de impuestos a los campesinos. La guerra era deseada, pues el botín conquistado les resarcía las pérdidas.

Mientras los nobles iban perdiendo poder los burgueses lo ganaban. El Imperio Romano Germánico con su emperador al poder, inclinaba la balanza, sin saberlo, en favor de las ciudades. Al rey tampoco le interesaban legiones poderosas con ejércitos, que luego se tornaban en su contra. Por ello el crecimiento de las ciudades estaba en cierto modo protegido.

En Alemania, algunas ciudades se emancipaban de sus señores feudales y se constituían en repúblicas municipales, gobernadas por un emperador. Estos cambios acompañados por disturbios y convulsiones se vivían en la ciudad de Maguncia, y en el seno de una familia noble nació Johannes Geinsfleich.

En 1397, el hogar de los Geinsfleich se vio alegrado con el nacimiento de un niño. Sus padres Friedo Geinsfleich y Elsa Wirich, ambos de noble cuna y en la dote de Elsa se incluía la ciudad de Gútenberg. Con los años Johannes utilizaría este apellido, pues el de su padre significaba en alemán “carne de ganso”.

En la ciudad de Maguncia se producen graves disturbios a causa de la pujante burguesía y la falta de poder real. Los nobles siguen ostentando el poder y los comerciantes y artesanos se rebelan.

Johannes huye a Estrasburgo y vagabundea por varias ciudades de Europa, entra de aprendiz en un taller de orfebrería, muchas veces pasaba días en un convento y observaba atentamente a los monjes copistas: manos agarrotadas, casi paralizadas, ojos contraídos por el esfuerzo, espaldas encorvadas; copiaban lentamente los famosos manuscritos, los cuales tardaban años en hacerlos y sólo los privilegiados podían obtenerlos.

Antecedentes de la imprenta

La imprenta tiene sus antecedentes en los rodillos caldeoasirios, en las matrices usadas para estampar sobre cera los sellos que acompañaban a los documentos medievales en los cuños utilizados en la fabricación de monedas, así como en los “block” de madera que servían para decorar tejidos. Más aún: existen encuadernaciones y manuscritos del medioevo ornados con leyendas o dibujos obtenidos por la aplicación de una matriz en relieve.

En cuanto a la práctica de la impresión se puede agregar que los babilonios usaban cilindros con un grabado en la superficie, y haciéndolos rodar sobre una materia blanda quedaba grabado el sello, que servía de firma para el rey y los altos dignatarios.

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