La Imprenta
editavale11 de Diciembre de 2012
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La historia de la imprenta
Durante los siglos de la Edad Media, junto con la invención del papel, los chinos dieron los primeros pasos en el desarrollo de la imprenta. Buscaron un procedimiento que, en lugar de copiar los escritos a mano, les permitiera obtener muchas reproducciones iguales de un mismo original. La solución fue labrar los caracteres de una página en una plancha de madera, de manera que éstos sobresalientes. Después entintaban la plancha y aplanaban sobre ella hojas de papel. Como ves, es un sistema parecido a los sellos de hoy en día.
Siglos más tarde, cada signo se labraba en un trozo separado de madera, que se combinaba con otros para formar expresiones. El sistema era más rápido, aunque la enorme cantidad de caracteres de la lengua china dificultaba las cosas. Los primeros libros, calendarios y noticias se imprimieron con estos procedimientos.
• Juan Gutenberg: ¿El inventor de la imprenta?
No se tiene clara la fecha de nacimiento del inventor alemán Johannes Gutenberg. Pero se ha determinado que nació en Maguncia, pequeño poblado de Alemania, hacia el año 1400. Proveniente de una familia noble, su verdadero nombre era Friele Gensfleisch. Tampoco se tienen antecedentes concretos de su muerte estableciéndose que el hecho ocurrió probablemente a fines de 1467 o a comienzos de 1468.
En su pueblo natal se desempeñó como orfebre. Se trasladó junto a su familia a Estrasburgo, donde instaló una empresa de grabados en madera, que sería el punto de partida para el desarrollo futuro de su legado.
Numerosos han sido los estudios por determinar si fue efectivamente el inventor de la imprenta y de las letras móviles. Algunos han concluido que no. Antecedentes corroboran que los babilonios, en la Antigüedad conocieron la impresión con sellos de arcilla y que los chinos, alrededor del año 1041, también imprimieron con ese tipo de letras. Más aún, en la Edad Media se hicieron grabados de páginas enteras usando grabados de madera.
Sin embargo, podemos atribuir a Gutenberg la utilización de tipos móviles de metal no usados anteriormente, pero no se sabe bien quien fue el primero en implementarlas. Investigadores aseguran que el primero fue el holandés Laurens Janszoon. Lo que se sabe con certeza es que Gutenberg construyó, entre 1436 y 1450, un aparato que logró fundir satisfactoriamente las letras metálicas que usó en sus primeros libros, con las cuales imprimió su famosa Biblia en 1455. A modo de anécdota podemos contar que debido a sus deudas, Gutenberg fue embargado y la imprenta que lo hizo famoso quedó en mano de sus acreedores, quienes con la venta de la Biblia aumentaron en cinco veces su inversión inicial.
Gutenberg en realidad no inventó nada. Mucho tiempo antes que él, los chinos habían desarrollado las técnicas de la impresión y de la fabricación de papel. Los orfebres ya sabían fabricar buriles y los viñateros de Renania ya utilizaban prensas con tornillo en sus vendimias. Pero todavía nadie había reunido estos distintos inventos. El ingenio del impresor alemán lo llevó a desarrollar un artefacto mecánico verdaderamente eficaz para la reproducción de los textos escritos. Así se puede considerar como el verdadero padre del libro moderno.
Para el profesor de fisiología de la Escuela de Medicina de la U.C.L.A., a Gutenberg se le debe distinguir por sus avances en el uso de la imprenta "una técnica para producción en serie con letras metálicas, una nueva aliación metálica para los tipos y la tinta de impresión con pintura. También sería conveniente ubicar a Gutenberg como un símbolo porque inauguró la industria editorial en occidente con la Biblia de 1455".
En 1450 se asoció con Johannes Fust, quien le prestó ochocientos florines para que instalará la imprenta, fundiera las letras metálicas y comprara el pergamino para imprimir la Biblia. El préstamo consideraba el salario de los ayudantes y el sustento del propio Gutenberg.
Dos años después Fust entregó la misma cantidad nuevamente, para el término del proyecto que contemplaba dos volúmenes del libro sagrado. Pero faltaba la ornamentacion a mano y el empaste de los impresos. Fust molesto finalmente decide ir a los tribunales exigiendo que se le devolviera inmediatamente el dinero.
El perfeccionamiento de los caracteres metálicos móviles fue lo que mayores inconvenientes le produjo, como se puede deducir de las muchas pruebas efectuadas sin éxito. Lo más inmediato fue la elección de la base de los impresos: el pergamino, elemento caro y poco corriente, no era lo bastante liso ni lo suficientemente liviano como para facilitar un trabajo rápido y límpio.
A pesar de la simpleza de la imprenta significó para Gutenberg invertir casi su vida entera en el perfeccionamiento de ella. Logró revolucionar la vida cultural, política, social e incluso religiosa de una buena parte de la humanidad.
• Segunda edición
La llamada "Biblia de Gutenberg", impresa en 1455, es uno de los tesoros de la Biblioteca Nacional de Austria y será digitalizada según informó la editorial austríaca Hollinek. El objetivo del proyecto es conmemorar el siglo XXI de Gutenberg y facilitar el acceso a la herencia cultural europea utilizando tecnología de punta tanto para la digitalización como para la reimpresión
INTRODUCCIÓN
La utilización de las piedras para sellar quizá sea la forma más antigua conocida de impresión. De uso común en la antigüedad en Babilonia y otros muchos pueblos, como sustituto de la firma y como símbolo religioso, los artefactos estaban formados por sellos y tampones para imprimir sobre arcilla, o por piedras con dibujos tallados o grabados en la superficie. La piedra, engastada a menudo en un anillo, se coloreaba con pigmento o barro y se prensaba contra una superficie elástica y dúctil a fin de conseguir su impresión.
La evolución de la imprenta desde el método sencillo del tampón hasta el proceso de imprimir en prensa parece que se produjo de forma independiente en diferentes épocas y en distintos lugares del mundo. Los libros que se copiaban a mano con tinta aplicada con pluma o pincel constituyen una característica notable de las civilizaciones egipcia, griega y romana.
Estos manuscritos también se confeccionaban en los monasterios medievales y tenían gran valor. En la antigua Roma, los editores de libros comerciales lanzaron ediciones de hasta 5.000 ejemplares de ciertos manuscritos coloreados, como los epigramas del poeta romano Marcial. Las tareas de copia corrían a cargo de esclavos ilustrados.
Ya en el siglo II los chinos habían desarrollado e implantado con carácter general el arte de imprimir textos. Igual que con muchos inventos, no era del todo novedoso, ya que la impresión de dibujos e imágenes sobre tejidos le sacaba al menos un siglo de ventaja en China a la impresión de palabras.
Dos factores importantes que influyeron favorablemente en el desarrollo de la imprenta en China fueron la invención del papel en 105 y la difusión de la religión budista en China. Los materiales de escritura comunes del antiguo mundo occidental, el papiro y el pergamino, no resultaban apropiados para imprimir. El papiro era demasiado frágil como superficie de impresión y el pergamino, un tejido fino extraído de la piel de animales recién desollados, resultaba un material caro. El papel, por el contrario, es bastante resistente y económico. La práctica budista de confeccionar copias de las oraciones y los textos sagrados favorecieron los métodos mecánicos de reproducción.
Los primeros ejemplos conocidos de impresión china, producidos antes de 200, se obtuvieron basándose en letras e imágenes talladas en relieve en bloques de madera. En 972 se imprimieron de esta forma los Tripitaka, los escritos sagrados budistas que constan de más de 130.000 páginas. Un inventor chino de esta época pasó de los bloques de madera al concepto de la impresión mediante tipos móviles, es decir, caracteres sueltos dispuestos en fila, igual que en las técnicas actuales. Sin embargo, dado que el idioma chino exige entre 2.000 y 40.000 caracteres diferentes, los antiguos chinos no consideraron útil dicha técnica, y abandonaron el invento. Los tipos móviles, fundidos en moldes, fueron inventados independientemente por los coreanos en el siglo XIV, pero también los consideraron menos útiles que la impresión tradicional con el uso de los bloques.
La primera fundición de tipos móviles de metal se realizó en Europa hacia mediados del siglo XV; se imprimía sobre papel con una prensa. El invento no parece guardar relación alguna con otros anteriores del Extremo Oriente: ambas técnicas se diferencian mucho en cuanto a los detalles. Mientras que los impresores orientales utilizaban tintas solubles en agua, los occidentales emplearon desde un principio tintas diluidas en aceites. En Oriente, las impresiones se conseguían sencillamente oprimiendo el papel con un trozo de madera contra el bloque entintado. Los primeros impresores occidentales en el valle del Rin utilizaban prensas mecánicas de madera cuyo diseño recordaba el de las prensas de vino. Los impresores orientales que utilizaron tipos móviles los mantenían unidos con barro o con varillas a través de los tipos.
Los impresores occidentales desarrollaron una técnica de fundición de tipos de tal precisión que se mantenían unidos por simple presión aplicada a los extremos del soporte de la página. Con este sistema, cualquier letra que sobresaliera una fracción de milímetro sobre las demás, podía hacer que las letras de su alrededor quedaran sin imprimir. El desarrollo de un método que permitiera fundir letras con dimensiones precisas constituye la contribución
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