Guy Rozat - Indios imaginarios e Indios reales
Sargas 19Síntesis29 de Marzo de 2017
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Nombre: Sebastian Alejandro Navarrete Gil.
Referencia: Rozat, Guy. Indios reales e indios imaginarios en los relatos de la conquista de México. Universidad Veracruzana, INAH, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
En este libro se aborda la concepción de los signos y las manifestaciones naturales que giran alrededor de los relatos de la Conquista de México-Tenochtitlan.
En la parte primera del libro el autor se acerca a los presagios funestos como truenos, inundaciones y cuerpos amorfos, que el historiador León Portilla menciona en su célebre obra, La visión de los vencidos, en la cual, basándose en diferentes presagios, anuncia y sobre todo justifica la destrucción de las civilizaciones autóctonas americanas. Se explica de igual forma cómo es que estos presagios, no son más que construcciones simbólicas para intentar comprender el mundo que los rodea desde tiempos de Bíblicos, pasando por los griegos y los romanos, con los cuales dan un marco de explicación a hechos significativamente relevantes para ellos, y que se plasman en los textos de las crónicas de la Conquista como un claro ejemplo de lo que se había estado haciendo en la antigüedad con estos presagios.
De igual forma Guy Rozat analiza cada uno de los presagios funestos de los que avisan la destrucción de Tenochtitlan: rayos y truenos fuera de lo normal, la cometas extraños, numerosos fenómenos atmosféricos, inundaciones, nacimientos amorfos, gritos, voces, etc. Todos estos presagios funestos que León Portilla recopiló en su obra, también son mencionados a lo largo del tiempo en la mitología y en relatos bíblicos antiguos. Todo este imaginario mental ya era parte de los conquistadores cuando llegaron a Mesoamérica, por lo que es natural pensar que con ese aparato fueran narradas sus crónicas.
El autor hace también un especial énfasis en someter a duda los supuestos códices escritos por los indios. Por ejemplo, tomando en cuenta los informantes de Sahagún, debemos comprender que éstos respondían a la necesidad política y cultural del pueblo de Occidente. ¿Quiénes eran esos supuestos informantes indígenas?, ¿a quiénes iban dirigidos estos textos?.
Llegamos a un punto de la lectura donde el autor expone la presencia del símbolo y las funciones de éste en la Conquista de México. Hace mención en el discurso psicológico que fue transformándose en un discurso histórico contemporáneo que ayudó a dar explicación a reacciones de pánico que los pueblos nativos americanos sintieron, reflejando sus temores en las grandes profecías que anunciaban el fin. Dice el autor que esta exageración de los presagios en La visión de los vencidos fue la que, junto con demás cosas, justificó en cierto momento de la historiografía mexicana la fácil conquista al pueblo mexicano.
Esta construcción simbólica desarrollada por el pueblo mexica no tuvo otro objetivo sino el de explicar las, difíciles de creer, victorias españolas. Hoy sabemos que en realidad la Conquista fue posible, entre otras cosas, gracias a la enorme diferencia tecnológica entre los dos pueblos, por los códigos de guerra concebidos tan diferentes por parte de los dos lados, y también a la ingenuidad y gran religiosidad de Moctezuma. Para terminar con un discurso histórico que justifique toda esta “superioridad” europea sobre la población indígena, se optó por elegir los presagios y anuncios fúnebres antes de la llegada de los españoles para hacer admisible la caída de Tenochtitlan. Pero, ¿cuándo un presagio se vuelve presagio?
Guy Rozat nos dice que cualquier fenómeno increíble toma sentido después de una catástrofe, esto es, un presagio no es presagio sino hasta que el ser humano hace la conexión simbólica entre el mal augurio y la concepción de la realidad que esté viviendo en ese momento.
Un punto importante a tocar es la mención que hace el autor sobre el intentar comprender a los pueblos indígenas desde nuestra perspectiva occidental; porque tal vez nunca podremos salir del círculo cultural que logró establecer occidente en estas tierras. Tratar de explicar desde nuestros ojos a los indígenas es algo que está distante a nosotros. El autor comenta que en nuestra forma de pensar América ya se encuentra inseparablemente una reflexión occidental, pero que, aunque suene contradictorio, podría ser de ayuda para comprender al otro y, por ende, a nosotros mismos.
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