LO REAL, LO IMAGINARIO, LO SIMBOLICO
anapiscara9216 de Noviembre de 2013
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LO REAL, LO IMAGINARIO, LO SIMBOLICO
Pablo Cazau
Se trata de tres puntos de vista desde los cuales es posible empezar a entender cualquier experiencia humana. Conceptos fundamentales en la teoría de Lacan, no pueden ser comprendidos cabalmente más que a través de una mutua articulación, donde cada uno adquiere su sentido en función de los otros. Hoy vamos a hacer un tímido acercamiento a los registros de lo real, lo imaginario y lo simbólico, un tema inagotable que fuera desarrollado por numerosos autores desde épocas inmemoriales, hasta que Jacques Lacan le dio una nueva vuelta de tuerca. Y lo examinaremos aquí desde esta última perspectiva en la forma más clara y sistemática que nos sea posible, tomándonos la licencia de introducir algunos comentarios y reflexiones que, pensamos, contribuirán a profundizar tan densa cuestión.
1. LOS TRES REGISTROS
Lo real, lo imaginario y lo simbólico son conceptos centrales en la teoría lacaniana, a punto tal que Miller propuso dividir la enseñanza y la obra de Lacan en tres grandes periodos, según haya se haya puesto el acento en unos u otros conceptos: a) Hasta 1953, el interés de Lacan va a estar centrado en lo imaginario. En este periodo aparece un artículo fundamental sobre la fase del espejo. b) Desde 1953 hasta 1974, cuando Lacan analiza la experiencia humana sobre todo a partir de su dimensión simbólica. c) A partir de 1974, el psicoanalista francés se centrará especialmente en lo real.
No creo que este ordenamiento en los intereses de Lacan haya sido casual, y sin pretender psicoanalizar su obra, la secuencia parece reeditar las etapas por las cuales suelen pasar las experiencias humanas, como por ejemplo el emparejamiento: al principio es todo fantasía, después viene la sujeción a un orden universal: casarse, tener hijos, ejercer y transmitir la autoridad, etc. Finalmente y ya cerca de la vejez empieza a predominar la cruda realidad, cuya telón final será la muerte. Pero no especulemos tanto y vayamos a nuestro tema de hoy. Jacques Lacan parte de una idea importante, cuando dice que toda experiencia humana puede ser comprendida a partir de tres puntos de vista íntimamente vinculados entre sí: el punto de vista real, el imaginario y el simbólico, y que en las traducciones aparecen con el nombre de registros. 'Registrar' significa entre otras cosas inscribir un suceso en un texto. Cuando del barco se baja un container esto queda registrado en el libro de la aduana: "En tal fecha se bajó el container número tal". Cuando Lacan emplea este término, es probable que haga referencia a que lo real, lo imaginario y lo simbólico son tres formas en que pueden quedar registrados o inscriptos ciertos sucesos en nuestro psiquismo, transformándose en 'experiencias'. Es como si un mismo suceso, por ejemplo un sueño, quedara registrado, en principio, de tres formas distintas en el psiquismo: realmente, imaginariamente, simbólicamente, dando así lugar a tres modalidades diferentes de experiencias. Lacan señalará: "nada puede comprenderse de la técnica y la experiencia freudianas sin estos tres sistemas de referencia" (2). Comencemos por describir lo real.
La realidad y lo real
Lo real es uno de los conceptos más enigmáticos en la obra de Lacan, sobre todo porque este autor hace interpretaciones diferentes del mismo en distintos artículos. Incluso hay autores (1) que han identificado por lo menos tres versiones distintas de lo real. Aquí consideraremos especialmente una de ellas, que es por otro lado la que más suele difundirse: lo real como lo imposible, pero también haremos una breve referencia a las otras dos.
Lo primero que hace Lacan es aclararnos que lo real no es lo mismo que lo que habitualmente entendemos por realidad, pues esta última siempre está impregnada de lo imaginario.Vamos a explicarlo del siguiente modo.
Es indudable que conocemos cosas, sea cual fuere para nosotros el significado de conocer. Conocemos objetos, conocemos personas, conocemos a nuestros padres, y hasta nos conocemos a nosotros mismos, como cuando alguien dice "Me conozco y sé como reaccionaría en una situación así". Este orden en los elementos mencionados: objetos, personas, padres, nosotros mismos, tiene su porqué, en cuanto hay cada vez mayor 'distorsión' en el conocimiento de cada uno.
Empecemos con un objeto, como puede ser una estrella. Decimos que la conocemos porque observamos su posición, su brillo, y hasta su velocidad y su composición química, si acaso contáramos con los instrumentos adecuados. Pero en rigor, no conocemos la estrella tal cual es: solamente tenemos una imagen de ella, que es la que nos llega por la vista directa o por el telescopio. Incluso más, la estrella que estamos viendo ya no existe, habida cuenta del tiempo que tarda en llegar su luz en llegar hasta nosotros. Por ejemplo, Alfa-Centauris se encuentra a cuatro-años luz, lo que significa que su imagen tarda cuatro años en llegar a nosotros, lo que a su vez significa que estamos viendo esta estrella como fue hace cuatro años, no como es ahora.
Ni siquiera podemos decir que conocemos tal cual es un objeto mucho más cotidiano como una piedra: sólo tenemos una imagen de ella, aunque más no sea porque estamos viéndola desde una determinada perspectiva, no desde todas en forma simultánea. Y tampoco estamos viendo su interior. La realidad es la piedra que estamos viendo, que no tiene nada que ver con lo real, la piedra tal cual ella es. Otro ejemplo: no es lo mismo la rosa que percibimos que la rosa real. De la rosa estamos viendo sólo una de sus múltiples perspectivas, esto es, estamos viendo una parte de la rosa, que no es lo mismo que la rosa real, completa. Cuando se sustituye la rosa real por nuestra imagen de la rosa se pierde algo de ella; cuando sustituímos nuestra imagen de la rosa por la idea correspondiente se pierde otro tanto, y finalmente cuando reemplazamos la idea de rosa por el nombre de la rosa, se habrá perdido todo. Algo similar a lo que pasa con las personas (ver el último verso del poema lacaniano). Y hablando del nombre de la rosa, la novela homónima de Umberto Eco es una buena mezcla de novela tipo Sherlock Holmes y de reflexión en torno al nominalismo y el universalismo medievales. Todo un ejercicio para el intelecto. Si ustedes recuerdan, Kant había introducido una distinción entre el 'nóumeno' y el 'fenómeno': el nóumeno era la realidad tal cual es, en sí, mientras que el fenómeno es la realidad tal cual se nos presenta, es decir, la apariencia o la forma de mostrarse el nóumeno. Tenemos acceso solamente al fenómeno, pero no al nóumeno, porque nadie puede en principio, con el solo auxilio de la Razón Pura kantiana, conocer la realidad tal cual es.
Similares distinciones establecerá Lacan, quien parte del supuesto de que la realidad tal cual es es incognoscible. A esta realidad que no podemos ni remotamente conocer, Lacan la llamará "lo real". Por supuesto que en este punto podemos preguntarnos como sabemos que existe lo real, si no podemos conocerlo. Walt Disney decía: "No podemos hacer fantasías basadas en lo real, si no conocemos antes lo real", pero resulta que no real no se puede conocer, y aquí Disney se refería a la realidad cotidiana. Pero no entraremos aquí en reflexiones filosóficas sobre la realidad (3), y atenderemos solamente su aspecto psicológico y psicoanalítico.
Para ir sintetizando, definiremos lo real, de acuerdo con Lacan, como aquello que es imposible de conocer, y donde imposible de conocer significa que es imposible de imaginar o de simbolizar (o conceptualizar), es decir, lo que no podemos representar ni mediante imágenes ni mediante símbolos. Desde ya que podemos representarnos cosas con imágenes o símbolos, pero lo representado no será jamás lo real. Lo imaginario y lo simbólico son entonces acercamientos a lo real, pero sin llegar a alcanzarlo nunca.
Tres versiones sobre lo real.-
Sigmund Freud distinguía una realidad exterior de una realidad interna o realidad psíquica. En particular, se había referido a ciertas experiencias traumáticas que no habían sucedido realmente sino que habían sido imaginadas o fantaseadas pero que, a pesar de ello, ejercían la misma influencia sobre el psiquismo que si hubiesen acontecido realmente. Una conclusión que podemos sacar es: sobre el psiquismo influye tanto la realidad exterior (por ejemplo cómo actúan los padres con el niño) como la realidad interna o psíquica (por ejemplo las situaciones traumáticas fantaseadas). Lo que Lacan llama lo real abarcará todas estas dimensiones de la realidad.
Esquemáticamente, la llamada realidad exterior tiene que ver con el primer sentido de lo real, y la realidad psíquica con los dos últimos sentidos de lo real. Estos tres sentidos son los siguientes:
a) Un primer sentido puede verse en una dimensión clínica o en una epistemológica. Veamos esta última, vinculada particularmente con el conocimiento científico. Consecuentes con todo lo que venimos diciendo, podemos afirmar que tampoco el científico puede tener acceso a la realidad tal cual es; lo que hace es imaginársela mediante metáforas o modelos, y conceptualizarla mediante teorías. Lo real, referido aquí sobre todo a la realidad externa, es decir al universo, no sólo es lo desconocido sino además lo incognoscible, es aquello de lo cual no podemos tener ningún tipo de representación, salvo imaginaria o simbólica y por ende, nunca igual a lo real en sí. Por ejemplo el científico que
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