Historia Manierista En Guatemala
Sabans3 de Octubre de 2011
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Escritura maya
La escritura maya, común y equívocamente llamada jeroglíficos mayas, fue el sistema de escritura usado por la civilización maya precolombina en Mesoamérica, siendo el único sistema de escritura descifrado de los sistemas de escritura mesoamericanos. Las primeras inscripciones que son identificables como mayas datan del siglo III a. C., y la escritura fue usada hasta un poco después de la llegada de los conquistadores españoles en el siglo XVI (e incluso luego en lugares como Tayasal). La escritura maya usaba logogramas complementados por un juego de glifos silábicos, con funciones similares a los de la escritura japonesa. La escritura maya fue llamada "jeroglífica" por los antiguos exploradores europeos de los siglos XVIII y XIX, quienes no la entendían, pero encontraron que tenía reminiscentes similitudes en su apariencia con los jeroglíficos egipcios, con los que la escritura maya no está relacionada.
Glifos mayas en el Museo de sitio en Palenque, México.
Estructura
la escritura maya se compone de un complejo conjunto de glifos que laboriosamente se pintaban en cerámica, muros o códices, se tallaban en madera o piedra, o se moldeaban en estuco. Los glifos tallados y moldeados también se pintaban, aunque con frecuencia la pintura se deterioraba hasta perderse.
Actualmente unos tres cuartos o un poco más de las inscripciones mayas se han podido descifrar con variados grados de certidumbre, lo suficiente como para dar una idea panorámica de su estructura.
La escritura maya era un sistema logosilábico. Los símbolos individuales ("glifos") podían representar bien una palabra (normalmente un morfema) o una sílaba; a decir verdad, el mismo glifo confrecuencia podía usarse de las dos formas. Por ejemplo, el glifo calendárico MANIK’ se usaba asimismo para representar la silaba chi. (Por convención se escriben las lecturas logográficas en mayúsculas y las lecturas fonéticas en cursiva (itálica). Es posible, pero no está comprobado, que estas lecturas conflictivas se originaran al ser adaptada esta escritura a nuevos idiomas, como sucedió con los caracteres Han para el japonés (kanji). Igualmente hubo ambigüedad en sentido contrario: glifos diferentes se podían leer de la misma manera. Por ejemplo, media docena de glifos sin relación aparente se empleaban para escribir el pronombre de tercera persona u-, de uso muy común. La put maya se escribía usualmente en bloques organizados en columnas de dos bloques de ancho, y se leían de la siguiente forma:
Dentro de cada bloque, los glifos eran dispuestos de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha, aparentemente casi como los bloques silábicos de la escritura coreana Hangul. No obstante, en el caso del maya, cada bloque tendía a corresponderse con una frase nominal o verbal tal como 'su tocado verde'. Además, los glifos a veces eran abreviados o condensados, en donde un elemento de un glifo sustituiría parte de otro. El condensamiento aparece en otras escrituras: Por ejemplo, en los manuscritos españoles medievales la palabra de a veces se escribía Ð (una D con el trazo central de una E). Un ejemplo en inglés es la "y comercial" (en inglés ampersand) o et (&) que es una ligadura de la palabra "et" en francés normando. A veces, en lugar de la configuración usual de los bloques, se escribían los glifos mayas en renglones o columnas sencillas, o en forma de 'L' o 'T'. Estas variaciones aparecían más frecuentemente cuando se adaptaban mejor al área disponible para escribir.
Los glifos mayas eran básicamente logográficos, es decir, cada símbolo representaba un ente o concepto, como "pescado" o "jaguar". En general, los glifos utilizados como elementos fonéticos fueron en su origen logogramas correspondientes a objetos cuyas voces asociadas en lenguaje hablado eran monosílabos terminados en una vocal, en una consonante débil (como y, w, h) o en una oclusiva glotal (sonido parecido al de la h en las interjecciones ¡uh!, ¡ah!, ¡eh! del castellano).
Un ejemplo es la evolución a glifo fonético del logograma 'aleta de pescado'. Tenía dos representaciones: podía ser el dibujo de una aleta de pescado, o también el de un pescado con la aleta prominente. En el lenguaje hablado, aleta de pescado era kah. Por eso los glifos 'aleta de pescado' terminaron funcionando también como glifo fonético de la sílaba ka.
Los glifos fonéticos silábicos que surgieron de esta forma tenían dos funciones básicas: por un lado, servían como complementos fonéticos para desambiguar logogramas con más de un significado (esto ocurrió también en la escritura egipcia), y por otro se usaban para escribir elementos gramaticales que carecían de logograma, tales como inflexiones de los verbos (hay analogía con el japonés moderno). Por ejemplo, la voz bálam, jaguar, podía escribirse como un sólo logograma (lo representaremos como BALAM en lo que sigue, por comodidad), o podía matizarse añadiéndole logogramas fonéticos, según contexto (ba—BALAM, o también BALAM-—ma, o ba—BALAM—ma, donde ba y ma son glifos fonéticos), o incluso podía escribirse de forma totalmente fonética, con tres glifos (ba—la—ma)
Los glifos fonéticos representaban sílabas simples abiertas (formadas por consonante+vocal o únicamente vocal). Sin embargo la fonotáctica maya es un poco más complicada. La mayoría de palabras mayas finalizan en consonante, no en vocal, y también pueden encontrarse secuencias de dos consonantes en medio de la palabra, como en xolte’ [ʃolteʔ] 'cetro', que es CVCCVC. Cuando estas consonantes finales eran sonantes (l, m, n) o glotales (h, ’) a veces se omitían en la escritura, pero más frecuentemente las consonantes finales se escribían, lo que significa que también aparecía una vocal extra. Ésta era típicamente una vocal "imitativa" que repetía la de la sílaba anterior. Así, la palabra [kah] 'aleta de pescado' se escribiría ka-ha. Sin embargo hay muchos otros casos donde se usaba otra vocal final, y sus reglas ortográficas sólo se han comprendido parcialmente. He aquí lo que se comprende actualmente:
• Una sílaba CVC se escribía CV-CV con las dos vocales iguales: yo-po [yop] 'hoja'.
• Una sílaba con vocal larga (CVVC) se escribía CV-Ci, a menos que la vocal larga fuera [i], en cuyo caso se escribía Ci-Ca: ba-ki [baak] 'cautivo', yi-tzi-na [yitziin] 'hermano menor'.
• Una sílaba con vocal glotalizada (CV’C o CV’VC) se escribía con una a final si la vocal era [e, o, u], o con una u final si la vocal era [a] o [i]: hu-na [hu’n] 'papel', ba-tz'u [ba’tz’] 'mono aullador'.
Una forma escrita más compleja es ha-o-bo ko-ko-no-ma para [ha’o’b kokno’m] 'ellos son los guardianes'. (La duración y la glotalización de las vocales no siempre estaban indicadas en palabras comunes como 'ellos son'). Un conjunto mínimo, sin traducción completa, es el siguiente:
ba-ku [bak]
ba-ki [baak]
ba-ku [ba’k] o [ba’ak]
ba-ke [baakel] (omitiendo la l)
Orden de lectura de los glifos mayas. Posee reconocible analogía con el orden de escritura de la actualidad, como por ejemplo, en las columnas de un periódico.
Glifos emblema
Un "glifo emblema" es un tipo de título real. Está conformado por la palabra ajaw (un término del maya clásico para "señor", sin etimología clara aún, pero con fuentes coloniales bien atestiguadas)1 y un topónimo que precede a la palabra ajaw y funciona como adjetivo. A veces el título está precedido por el adjetivo k’uhul "santo" o "sagrado".
Por supuesto un glifo de emblema no es del todo "un glifo", pues se puede escribir con cualquier cantidad de signos silábicos y logográficos y están atestiguadas varias ortografías alternativas para las palabras k’uhul y ajaw, que forman la parte invariante del título. El término "glifo emblema" es simplemente una reminiscencia de la época en que los mayistas no podían interpretar satisfactoriamente las inscripciones mayas clásicas y tenían que conformarse con algunos apelativos aislando ciertos componentes estructurales recurrentes en la narrativa escrita.
Este título fue identificado en 1958 por Heinrich Berlin,2 quien acuñó el término "glifo emblema". Berlin notó que los "glifos emblema" constaban de un signo principal de mayor tamaño que los otros dos signos cuya lectura actual es k’uhul ajaw. Berlin también notó que mientras los elementos pequeños permanecían relativamente constantes, el signo principal cambiaba entre un sitio y otro. Berlin propuso que los signos principales identificaban a ciudades individuales, a sus dinastías reinantes o a los territorios controlados por ellas. Seguidamente, Marcus3 argumentó que los glifos de emblema se referían a sitios arqueológicos, dispuestos en una jerarquía de cinco niveles de distribución asimétrica. La investigación de Marcus asumía que los glifos de emblema estaban distribuidos en un patrón de importacia relativa del sitio dependiendo de la amplitud de su distribución, vagamente desglosada como sigue: Centros regionales primarios (capitales) (Tikal, Calakmul, y otras ciudades supremas) eran generalmente las primeras de su región en adoptar un glifo emblema. Los textos que se refieren a otros centros regionales primarios aparecen en los textos
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