LA APERTURA ECONOMICA EN COLOMBIA

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LA APERTURA ECONOMICA EN

COLOMBIA

ALBERTO JARAMILLO J.

SÍNTESIS

La política económica del último decenio se interpre- ta como la puesta en marcha de un proceso de apertura que pretende la esiabiIización macro- económica, la internacionalización de la producción y la transformación de la estructura productiva. Estos elementos constituyen tres fases diferentes, pero ligadas, de un solo proceso que debe culmi- nar con la modernización de la economia nacional. El papel que juegan el FMI, el Banco Mundial y el actual Plan de Desarrollo son resaltados en el texio.

1.        INTRODUCCION

Como bien se sabe, los procesos de aper- tura económica constituyen hoy en día una gran tendencia internacional, de la cual no ha escapado Colombia. Y como ha ocurrido en muchos otros países, en éste se ha desatado una amplia controversia -consignada rápidamente en dife- rentes publicaciones- respecto a la oportunidad, procedimiento y conveniencia de adoptar dicho modelo de desarrollo

El debate se ha generalizado a raíz de la oficia- lización de la apertura -mediante la difusión, en

febrero de 1990, del denominado “Programa de Mo- dernización de la Economía y la Racionalización del Comercio Exterior"- y de la expedición de diversas normas legales tendientes a implementar efectiva- mente dicha estrategia de política económica en el país.

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La política aperturista integra los objetivos de corto plazo

-la estabilidad macroeconómica- con los de largo plazo -el desarrollo social y económico-.

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Sin embargo, vale seña!arIo: la confrontación ideológica y práctica (esta última realizada por los sindicalistas del sector público), ha descuidado la circunstancia de que el proceso de apertura no es nuevo ni en América Latina ni en Colombia. Todo lo contrario, la historia reciente -la vivida durante los diez últimos años- no es más que la

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ALBERTO JARAMIL LO J. Economista Agrícola, Univer- sidad Nacional. (Medellín). Máster en Desarrollo Econó- mico, Universidad Ruca. Ambores. (Bélgica). Profesor de EAFIT en Pregrado, Posgrado y GEC.

adopción paulatina de un modelo neoiiberal, donde el Estado cede su papel protagónico en el proceso de desarrollo a las libres fuerzas del mercado nacional e internacional.

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Describir la apertura, como estrategia de política económica, en sus diferentes fases, es el objf tivo del presente trabajo. Conviene formular una primera identificación conceptual de dichos períodos. Al respecto, puede citarse a Marcelo Selowsky, quien analizando las posibilidades de que dispone América Latina para recuperar la “Década Perdida” de los años ochentas, señala:

“El crecimiento a largo plazo sólo podrá lograrse cuando los ciudadanos prefieran invertir su dinero en su propio país en lugar de hacerlo en el exterior, y cuando la productividad de esa inversión sea alta -y tenga perspectivas de seguir siéndolo, tanto para los individuos como para la sociedad. Se podría decir- que cuando el pafs se encuentra en esa situación se ha alcanzado la Etapa III del proceso de a|uste. Sin embargo, para llegar a ese punto, el país debe haber satisfecho las condi- ciones claves de dos etapas anteriores, a saber: en la Etapa I, un mínimo de estabilidad macro- económica; en la Etapa ll la liberalización y la eliminación de los controles al sistema de incen- tivos con vistas a lograr un mayor grados com- petencia externa e interna en los mercados de productos y de factores y en el sector finan- ciero” !'!.

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1. Cfr. Selowsky, Marcelo: “Etapas para la reanudación del crecimiento en América Latina”, en Finanzas & Desarrollo. Volumen 27. Número 2. Junio .de 1990.

16        Revista Universidad Eafit - No. 87[pic 7]

De acuerdo con esta periodización, puede decirse que la política aperturista integra los objetivos de corto plazo -la estabilidad macroeconómica- con los de largo plazo -el desarrollo social y económico.

Dado que ambos objetivos se inscriben en una concepcidn neoliberal, el puente entre ellos lo constituye la liberación del comercio exterior a través de la supresión tanto de las restricciones administrativas a las importaciones como de los estímulos inadecuados a las exportaciones (aquellos que pueden propiciar el dumping).

De esta manera se hacen explícitas las tres fases del proceso de apertura que ha vivido Colombia desde mediados de los años ochentas: ajuste macroeconómico -a través de los programas de monitoría del FMI-, racionalización (liberación acelerada) del comercio exterior durante los dos últimos af\os, y formulación de una estrategia de desarrollo económico (modernización e interna- cionalización de la economía) para lo que resta del siglo, (ver Gráfico No. 1). La descripción y análisis de las mismas constituye, como se indicd, el objetivo de este trabajo.

1. La Fase del Ajuste Macroeconómico (1985-1989)

Para comenzar, conviene precisar que por “ajuste macroeconómico” se entiende el conjunto de políticas tendientes a eliminar los fenómenos desestabilizadores de una economía. A su vez, como elementos desestabilizadores se conside- ran; un alto déficit fiscal -medido en porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB)-, altas tasas de inflación, bajos tipos de cambio real, y la presen- cia de déficits persistentes en la balanza de pagos.

De todos estos factores, el que habitualmente aparece como detonante de un proceso de ajuste es la persistencia de saldos negativos en la balanza de pagos, lo que conduce a la reducción del stock de reservas internacionales del país y, consecuentemente, a la búsqueda desesperada de recursos de financiamiento para enfrentar la crisis cambiaria.

1. Los Préstamos Condicionados del FMI

La primera opción radica en el Fondo Mone- tario Internacional, una de cuyas funciones consiste en facilitar recursos para solucionar dese- quilibrios del balance externo. Pero esta fuente

GRAFICO No. 1[pic 8][pic 9][pic 10]

financiera no es irrestricta sino que, como contra- partida, exige la implementación de un programa de ajuste orientado a contraer la demanda interna en cuya expansión incontrolada radicaría el origen del agotamiento de reservas.

Los programas de ajuste comprenden, típicamente, medidas en campos económicos claves y sensi- bles: fiscal, creditario, de ingresos, de empréstitos externos y de políticas cambiarias, así como también en cuanto a restricciones comerciales y de pagos que son de interés directo para los países miembros del FMI. En consecuencia, las directrices de esta Institución aclaran que, al ayudar a sus miembros a diseñar programas de ajuste, el Fondo tendrá debidamente en cuenta sus prioridades y objetivos sociales, políticos y económicos, como también sus particulates circunstancias, compren- didas las causas de sus dificultades de balanza de pagos.

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