LA BELLEZA

La Belleza: historia del concepto

Por tantas épocas que ha pasado el hombre y sus numerosos conceptos, definiciones o teorías, la belleza ha sufrido cualitativos cambios. Empezando porque es algo subjetivo, no es lo mismo para todos ya que todos tenemos diferentes percepciones sobre la vida, elementalmente. Se pensaba distinto a cómo iban cambiando los pensamientos y situaciones y consigo las ideas sobre lo que conlleva el atribuirle a “algo” la cualidad de bello. Desde la simpleza de ir cambiando la palabra etimológicamente para irse adecuando al lugar, época e ideas en las cuales se ocupa el término belleza.

Alberto Magno reflexiono que no solo es cuerpo lo que cuenta para que algo sea bello, también hay que tener en cuenta la esencia y espíritu, no solo la apariencia como tal sino entender el contexto de como es que algo fue creado y para que, con que fin fue hecho. También fue pensado que la belleza solo era una necesidad de las artes visuales, “mas vista que oído”, importaba mas como se veía y no adentrarse tanto en otro tipo de expresión artística.

Pero el termino belleza paso de ser algo simple y que solo tuviera un aspecto bello, en donde lo que tomaban en cuenta eran los figuras, formas, colores, sonido o productos mentales, en donde, a mi parecer, era mas simple decidir si algo es bello o no; para pasar a una serie de pensamientos como que todo se debe a los números, las medidas, proporciones, formas y orden (en música, los últimos dos). Diciendo con estos argumentos que para que algo fuera bello tendría que tener un equilibrio y composición prporcionada entre cada una de sus partes o componentes.

Otra concepción de belleza se dio con el pensamiento de que todo era bello porque lo había creado Dios, y la teoría metafísica que explica que la belleza pura esta en el cosmos.

Pero la definición que siento mas atinada es que tiene que existir una correspondencia entre el objeto y su propósito y naturaleza, es decir entender el concepto y el propósito de tal obra para poder concluir si es bello o no, puramente subjetivo.

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