La Belleza

No es cierto que los mejores artistas pretendan solamente divertir o halagar las pasiones del publico: ante todo aspiran a ayudarle a mejorar su conocimiento ¿acaso los poetas y novelistas no han enriquecido la comprensión de la vida humana, de lo que significa habitar como humanos en la complejidad del mundo? Sin duda esa visión que nos proporcionan no siempre es plácida ni tranquilizadora, pero en eso mismo está su mayor merito, el buen artista nos ayuda a ver el lugar de la necesidad en la vida humana, qué es lo que se debe soportar, que hacer y deshacer y a ampliar nuestra imaginación hasta contemplar el mundo real.

Pero ¿tiene que ser siempre “bella” la obra realizada por el artista? Tomemos como ejemplo a Giorgione, un pintor del renacimiento italiano. En muchas ocasiones representó la hermosura de figuras humanas y sin embargo también pintó el retrato fiel de una vieja desdentada y decrépita que debió haber sido guapa en su juventud, porque el cuadro se titula con el tiempo. No es un cuadro que represente la belleza sino lo que el tiempo suele hacer con la belleza.

Quizá lo que en arte puede ser llamado belleza tiene poco que ver con el agrado o la placidez de lo decorativo. El poeta Rainer Maria Rilke opinaba que la belleza es aquel agrado de lo terrible que aún podemos soportar. La atracción del arte no nos llega siempre como una suave caricia sino a menudo como un fuerte golpe, nos estremece lo que no nos deja pasar de largo, lo que nos agarra: la “evidencia” de lo real que quizá nunca habíamos advertido antes en su pureza. Paradoja de la belleza, que a veces puede ser experimentada como hermosura y en otras veces como escalofrío.

publicado por miguelito en 13:47 no hay comentarios:

El placer, es un sentimiento agradable que nos produce satisfacción, no solo físicamente sino todo aquello, sea cosa, persona, producto, comportamiento etc. ante lo que sentimos aprobación, como por ejemplo: un delicioso plato de comida, lo cual nos complace por que resulta muy agradable al gusto. O una ducha refrescante en el calor del verano. Todas esas sensaciones resultan muy importantes en la vida para todos nosotros los humanos, pero también lo son para cualquier animal dotado de un sistema nervioso desarrollado. Otro ejemplo puede ser la satisfacción que nos produce ver a una persona realizando alguna acción generosa y mas aun si es uno mismo quien la realiza. Un ejemplo mas es cuando vemos una puesta de sol en el mar o escuchamos una canción de nuestro agrado, nos surge la aprobación placentera y decimos que es hermosa.

Sin embargo este último caso resulta diferente, no podríamos disfrutar de lo hermoso sino fuera por nuestros sentidos, pero también interviene la razón en el goce de este placer ya que nos se trata de una satisfacción totalmente sensorial.

Kant, algunos de cuyos planteamientos en la “crítica del juicio”, asegura que el deleite producido por la belleza es el único verdaderamente desinteresado y libre. En efecto, nuestras demás satisfacciones provienen de los intereses necesarios de nuestros sentidos o de nuestra razón. Lo agradable nos atrae porque cumple las necesidades primordiales de comida, sed, cobijo, comodidad etc. Lo bueno se nos impone porque nuestra razón sabe que tiene que aceptar que la vida humana es digna cuando cualquiera de nosotros hace lo que es debido y reconoce a los demás como verdaderos semejantes, pero la belleza no parece responder a las necesidades sensoriales ni racionales. Sabemos que los hombres primitivos hicieron recipientes de arcilla cocida para satisfacer con mayor comodidad su hambre y su sed. Pero ¿Por qué los adornaron con figuras geométricas o con motivos florales? Esa decoración no sirve para nada, no cumple en apariencia ninguna función. Sin embargo, esa decoración revela que los hombres no solo buscan satisfacer sus necesidades sino que también tiene

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