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La Guerra Federal


Enviado por   •  9 de Febrero de 2014  •  1.987 Palabras (8 Páginas)  •  375 Visitas

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LA GUERRA FEDERAL (1858-1863)

La nominada Guerra Federal o Guerra Larga, fue la más cruenta de las guerras civiles acontecidas en Venezuela, durante el segundo trecho del siglo pasado; también la más cruel, y la más devastadora.

Un criterio, casi unánime, la define como una guerra de carácter social, que tendría su explicación más remota, en las diferencias sociales surgidas del sistema de castas gestado durante la colonia. Pero también y fundamentalmente por la ruptura del orden colonial, tras el cual adviene la independencia y un vacío de representatividad política, que da origen a un proceso anárquico, que se prolonga hasta el final del siglo XIX.

Durante la guerra de independencia, las diferencias sociales, fueron objeto de exaltación y agitación, particularmente entre los líderes republicanos. Estos pretendían ganarse la adhesión de las masas para una guerra que, en su comienzo, tuvo un carácter civil. Con promesas, posteriormente incumplidas, de liberación de la esclavitud, igualdad social y repartición de tierras, se proclamaron sinceros discursos que perdieron su viabilidad con la muerte del Libertador. Diremos que, “lógicamente,” la independencia fortaleció a las élites económicas y políticas de la naciente República, pero en proporción inversa a la postración económica de los pequeños productores y de la mayoría de la población. Por otra parte, una guerra que se había consumado bajo los auspicios de los ecos de la Revolución Francesa, no hizo más que profundizar la brecha social, y junto a ellas, las tensiones económicas y políticas. Tensiones que alcanzan su cenit durante la década de gobierno de los hermanos Monagas, en los años que van desde 1847-1858. El fortalecimiento de las élites, que aludíamos al principio, se hizo al amparo de las ideas del liberalismo económico manchesteriano, del poder político, y de una realidad social que no daba margen para la recreación de los ideales liberales, en un país con grandes atrasos económicos y sociales. Las constituciones políticas, podían soportar todo género de idealismo, más no la realidad económica y social.

El advenimiento de José Tadeo Monagas al poder, fue una estrategia política de José Antonio Páez, con la cual pretendió contrarrestar las tensiones políticas suscitadas por el resurrecto militarismo representado en el partido liberal, el cual había sido fundado para lograr representatividad política, fundamentalmente, de ese mismo sector. No obstante, la fórmula política ideada por Páez, fracasa, y multiplican las disensiones y las divisiones internas de los partidos, liberal y conservador; todo ello, en el marco de una profunda crisis económica, que afectaba los intereses, de los sectores más débiles, de la oligarquía terrateniente, representados ahora, por Partido Liberal.

Durante el gobierno de los Monagas, se generaliza la anarquía, la corrupción, y se cometen todo género de abusos, lo cual logra concitar alianzas transitorias, entre Liberales y Conservadores, que desean su derrocamiento. Un preludio de la guerra, es posible advertirlo en un discurso pronunciado por Monseñor Mariano Talavera y Garcés, con motivo del Congreso reunido el 20 de enero de 1855, para proclamar un segundo mandato de José Tadeo Monagas. Allí, Monseñor Talavera, en apretada y valiente síntesis, denuncia los males que aquejaban al país.

Parece señor - dijo -, que los males físicos, morales y políticos se han confederado para oprimir esta desgraciada República: carestía de subsistencias por causas bien conocidas; (...) enfermedades y epidemias que han diezmado y aniquilado algunas poblaciones; ausencia absoluta de toda policía preservadora del contagio; silencio sepulcral de la prensa; única lengua legal de los pueblos para emitir sus quejas; un erario exhausto que no puede satisfacer las justas exigencias de los servidores de la patria; una deuda inmensa que gravitará sobre diez generaciones: el agio llevado hasta el escándalo; la justicia envilecida; las garantías violadas; amenazas de muerte a porciones indefinidas de la sociedad; robos sacrílegos y asesinatos nocturnos por manos ignoradas; disensiones civiles; opiniones encontradas; odios recíprocos; partidos enconados que esquivan toda reconciliación; ciudadanos y militares que por aberraciones políticas."

A todas estas calamidades había que agregar la debilidad económica en que había estado sumida la República desde su misma refundación en 1830, como consecuencia de su dependencia de muy pocos productos agrícolas y a la inestabilidad de los precios de sus productos en los mercados externos; y a la incapacidad de las élites para Interpretar el verdadero sentido del descontento social que amenazaba la débil unidad nacional.

La rebelión popular que se desata en brotes espontáneos, en varios estados, a comienzos del 1959, y luego como insurrección política, el 20 de febrero de mismo año, en la ciudad de Coro, ocurre en el mismo momento en el que la Convención Constituyente reunida en Valencia, debate en torno al tipo Constitución que normará la relación entre los estados. La Constitución que se aprueba, bajo el signo del descontento de los partidarios del centralismo en oposición al federalismo, puso en evidencia el desfase de las élites políticas y fue la ocasión para dirimir esas diferencias, a través de las fuerzas que se habían desatado, al margen de los problemas y los discursos que animaban la convención. Fue la ocasión para ponerle nombres y banderas a una guerra que se encontraba sin dirección. Fue la ocasión para falsificar los sentimientos reprimidos de masas irredentas. Para que no quedara duda de ello, Antonio Leocadio Guzmán, afirmaba diez años después de finalizada la guerra: “No sé de donde han sacado que el pueblo de Venezuela le tenga amor a la Federación, cuando no sabe ni lo que esa palabra significa. Esa idea salió de mí y de otros que nos dijimos supuesto que toda revolución necesita bandera, ya que la Convención de Valencia no quiso Bautizar la Constitución con el nombre de Federal, invoquemos nosotros esa idea; Porque si los contrarios, señores hubieran dicho Federación, nosotros hubiéramos dicho Centralismo."

La guerra Federal fue el nombre que le dieron algunos actores, la ocasión y las circunstancias, a un conjunto de anhelos y odios, ambiciones y posibilidades fomentados por la opresión, pero también por la demagogia, en la que sustentaron su prestigio el Partido Liberal

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