Los Castillos
juanaval14 de Marzo de 2013
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Los castillos eran una construcción fortificada con fines defensivos o paramilitares.Altas torres y espesos muros son los rasgos mas característicos de los castillos de la antigüedad y de la edad M La estructura sociopolítica del feudalismo estaba integrada por los privilegiados y los no privilegiados.
Los privilegiados eran los señores, eclesiásticos o caballeros. En la cúspide se encontraba el Rey, después el Alto Clero integrado por arzobispos, obispos y abades y el Bajo Clero formado por los curas y sacerdotes, y por último la nobleza. Es este grupo de privilegiados el que forma los señores y los caballeros, y éstos últimos podían a su vez ser señores de otros caballeros, dependiendo de su poder y de la capacidad de subinfeudar sus tierras. El Alto Clero, además de las tareas que dentro de los tres órdenes le habían sido encomendadas, la guía espiritual y sostener la doctrina moral que mantenía el feudalismo, podían ser a su vez señores y entregar parte de sus bienes para la defensa de su comunidad. Los privilegiados no pagaban impuestos.
Los ritos del feudalismo. El homenaje y la investidura (usufructo del feudo).
Posted on septiembre 29, 2010by solnocturno TEORÍA JURÍDICA CONTEMPORÁNEA II
La estructura sociopolítica del feudalismo estaba integrada por los privilegiados y los no privilegiados.
Los privilegiados eran los señores, eclesiásticos o caballeros. En la cúspide se encontraba el Rey, después el Alto Clero integrado por arzobispos, obispos y abades y el Bajo Clero formado por los curas y sacerdotes, y por último la nobleza. Es este grupo de privilegiados el que forma los señores y los caballeros, y éstos últimos podían a su vez ser señores de otros caballeros, dependiendo de su poder y de la capacidad de subinfeudar sus tierras. El Alto Clero, además de las tareas que dentro de los tres órdenes le habían sido encomendadas, la guía espiritual y sostener la doctrina moral que mantenía el feudalismo, podían ser a su vez señores y entregar parte de sus bienes para la defensa de su comunidad. Los privilegiados no pagaban impuestos.
Los no privilegiados eran la burguesía, los artesanos, los sirvientes y los campesinos, que se subdividían a su vez en colonos y aldeanos. A éstos correspondía el sometimiento a la tierra y, por tanto, a quien ella dependiera, trabajándola y entregando una parte de sus frutos al señor, o bien, en el caso de artesanos y burgueses, debían obediencia a quien les garantizaba la defensa de la ciudad y la entrega de bienes o dinero.
Precisado lo anterior, es más fácil entender los ritos que existían en el feudalismo. Uno de estos ritos era El homenaje. Éste, era un ritual por el que el señor concedía un feudo a otro hombre de clase privilegiada a cambio de unos servicios y prestaciones, generalmente de orden militar.
La figura del homenaje adquiere mayor relevancia entre los siglos XI y XIII, destinándose la parte más noble del castillo para ello, la torre, y en el ceremonial participaban dos hombres: el vasallo que, arrodillado, destocado y desarmado frente al señor con las manos unidas en prueba de humildad y sometimiento, espera que éste le recoja y lo alce, dándose ambos un reconocimiento mutuo de apoyo en pago de sus servicios futuros, que generalmente consistía en bienes inmuebles: grandes extensiones de terreno, casi siempre de labranza. El juramento y el vasallaje será de por vida.
La entrega del feudo o algún elemento que lo represente constituye la investidura y se realizaba inmediatamente después del homenaje. El régimen jurídico de entrega es, de forma general, un usufructo vitalicio. Con el tiempo se volvió una liga de familias entre el señor y sus vasallos, pudiendo heredarse el feudo siempre que los herederos renovaran sus votos con el señor. Sin embargo el señor feudal tenía derecho a revocar el feudo
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