Los últimos días de Тrotsky

Los Últimos Días

Trotsky buscaba el regreso de la democracia al partido y la exportación del socialismo, puesto que consideraba que el socialismo no podría sostenerse si un solo país se apoderaba el socialismo en medio de un mundo capitalista. Cuando Stalin imponía la dictadura del partido al pueblo ruso, Trotsky determinó que era un movimiento contrarrevolucionario y funda, con socialistas de todo el mundo, la Cuarta Internacional, partido socialista mundial.

Con la ruptura con la dirigencia Stalinista no se hizo esperar. La persecución se extendió hasta su familia: su hijo fue fusilado y su hija muerta por suicidio. Trotsky, en el exilio, se dedicó a viajar para poner en evidencia las faltas del régimen de Stalin.

En la consolidación de la Unión Soviética, Trotsky fue líder de la izquierda y mantuvo siempre diferencias políticas e ideológicas con José Stalin, tanto que éste ordenó su exilio y, posteriormente, su asesinato.

A la muerte de Lenin, Grigori Zinóviev, Lev Kámenev y Stalin tomaron las riendas del Partido y del Politburó (el Buró Político, máximo órgano de poder en la Rusia de aquellos tiempos), destituyendo a Trotsky como Comisario y enviándolo a Kazajistán (Asia Central), para finalmente expulsarlo de la URSS en 1929.

Después de sus diversos viajes, el político ruso llegó a México el 9 de enero de 1937, gracias a la ayuda de Diego Rivera y al asilo concedido por el Presidente Lázaro Cárdenas.

Trotsky fue recibido en el puerto de Tampico por Frida Kahlo, esposa de Rivera, para luego ser transportado hacia la ciudad de México a bordo del Tren Presidencial. El político ruso habitó la Casa Azul, residencia de Kahlo y Rivera en Coyoacán, Distrito Federal, hasta la ruptura política con este último en 1939. En ese año, cambió su residencia a la Calle de Viena.

Sufrió dos atentados en su casa en la calle Viena, el primero de ellos ocurrió en mayo de 1940 , durante la madrugada del día del atentado, un comando de 20 hombres armados comandados por el pintor David Alfaro Siqueiros, logró penetrar a la casa con la complicidad de Robert Sheldon Hart, un guardaespaldas de Trotsky que era un doble agente. Los intrusos dispararon cerca de 400 tiros con armas de grueso calibre y el propio Siqueiros disparó contra el lecho donde dormían Trotsky y su esposa Natalia Sedova, sin lograr asesinarlos.

En el segundo atentado fue donde finalmente muere. Con la participación de los mexicanos Vicente Lombardo Toledano y David Alfaro Siqueiros, así como de los españoles Caridad y Ramón Mercader se consumó la orden de Stalin.

Ramón Mercader, conocido con el alias de Jaques Mornard, consiguió infiltrarse

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