Medio Ambiente
yennsi39 de Abril de 2014
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Política Agraria y Ambiental
Trabajo colaborativo 1
Realizado por:
Yensi Viviana Guerrero
Código: 1123207 622
Entregado a:
John Alexander Moreno Sandoval
Universidad Nacional Abierta y a Distancia
Escuela de Ciencias Agrícolas Pecuarias y de Medio Ambiente
ECAPMA
Bogotá 2014
LA VIOLENCIA DEL AGRO EN COLOMBIA
El líder de la guerrilla de las fuerzas armadas revolucionarias Guillermo León Sáenz Vargas, alias Alfonso Cano, considerado un pilar en el mundo de las ideas revolucionarias y máximo jefe del comando de la guerrilla, fue dado de baja, tras quedar en un cerco imposible de salir, de las fuerzas armadas de Colombia. Esta es una muerte trágica, como todo en la guerra, pues los bombardeos de los aviones espían, son efectivos a la hora de acabar con las vidas de altos mandos de la guerrilla incluyendo a alias Monojojoi. Nuevamente la inteligencia para desarrollar este tipo de golpes, fue aportado por agentes infiltrados de la Policía. Una vez se ordenó el ataque a la madriguera de Cano, helicópteros y artillados, comenzaron a transportar las Fuerzas Especiales del Ejército para que acordonaran la zona y empezaran la persecución en tierra. Relatos como estos, no son agradables a la vista de la dignidad humana. Y es precisamente que la guerra es indigna, pues, el hecho de acabar con la vida de una persona, no hace al ejército nacional y al cualquier ser humano más grande. Lastimosamente, esas son las secuelas de la guerra, la justificación de los hechos por ser parte de la guerra, de igual forma, el bando contrario, hace lo mismo, con base a justificaciones ideológicas, perpetúan la guerra, realizando actos que violan los derechos humanos y las normas de guerra como la siembra de minas quiebra patas, la reclusión de niños, la explotación sexual de niñas y actos de barbarie como bombas que afectan a la población civil. De los dos bandos, existen pecados que viola los derechos humanos y que no hacen ni a uno de al otro, mejores en guerra. Según santos, la terminación del conflicto no es el fin, sino un comienzo de una etapa de reconstrucción de una nueva Colombia, subraya que la paz la construye todos los colombianos. Cabe entones considerar las siguientes interrogantes, ¿qué tan sano es negociar la paz en medio de la violencia? ¿Es posible la reparación de las víctimas de la violencia en Colombia?, ¿qué pasa si eso no es posible?, ¿sacrificaríamos la justicia de este país por el regalo de la paz? Lastimosamente, así son las reglas de la guerra, en la terminación de un conflicto hay sacrificios que ambas partes de deben de hacer, por una parte, la ideología izquierdista queda reducida al poder del estado, quien del momento de la terminación del conflicto en adelante, se comprometen a no utilizar la violencia para imponer sus ideas, que en el fondo, tienen la razón, sobretodo en el abandono del sector agrario. Por otra parte, la violencia provocada en el trascurso de estas más de 50 años, provoca la violación de los derechos humanos, razón por la cual estos actores deben pagar penas, que si bien, son moderadas con relación a sus actos, la justicia queda mal parada porque da a entender que la violencia si paga, con el famoso dicho que el fin justifica los medios.
Sin embargo, que es lo que ha generado tanta violencia para que hoy, después de más de 50 años, ¿aun estemos negociando la paz? La respuesta es simple y pequeña, el agro colombiano. Cada vez que reluce el tema de agro, coincide el hecho de que a tierras es para quien la trabaje, pero, ¿quiénes deben
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