¿ NOS LLEVÓ "EL ENSANCHE" ?

¿ NOS LLEVÓ "EL ENSANCHE" ?

En estas páginas llamadas Fotos Antiguas de Medellín, Historia Fotográfica de Medellín, Fotos Antiguas de Antioquia y en su portal Memoria Visual de Medellín, creadas hace varios años por un grupo de amigos de la ciudad, hemos evitado volvernos simplemente un grupo de nostálgicos inermes del pasado o unos críticos sin piedad de nuestra sociedad actual, como si pregonáramos el famoso dicho de que "todo tiempo pasado fue mejor". ¡No! Aquí no se promueve el desprecio o el desdén por los progresos de la ciudad ni por las cosas que se han logrado. Miramos con cariño y respeto muchos elementos de nuestra Medellín y su cultura. Queremos tener una mirada optimista.

Sin embargo esto no nos puede impedir tener una actitud crítica o al menos cuestionarnos ante tendencias nocivas de nuestra idiosincracia. En particular aquí frente a un fenómeno que sí es sorprendente y muy particular de Medellín y la cultura paisa. Algo muy real: hemos progresado materialmente, sin dejar mucho espacio para la memoria y la identidad patrimonial arquitectónica. Además el respeto de este progreso nuestro por el Medio Ambiente ha sido muy dudoso.

Progresar es mejorar la vida, la calidad de vida. Progresar no es sólo cemento o cosas, carros o edificios, muebles u objetos materiales nuevos. Si es sólo eso entonces no es progreso sino que es simple novelería. Progresar es facilitar las cosas, vivir en comodidad y armononía con el espacio. Incluyendo el equilibrio entre tres factores: tecnología, patrimonio y naturaleza. Si falla alguno no es verdadero progreso. En todo el mundo hay progresos, avances, tecnología nueva, crecimiento urbano, espacios verdes ocupados y hasta demoliciones de espacios insostenibles. Es algo a veces inevitable. No somos ingenuos.

No obstante en las ciudades del mundo donde realmente se habla de progreso con calidad de vida, se ha conservado o se lucha por conservar conscientemente y con método responsable y colectivo no sólo el patrimonio y la identidad arquitectónica, sino también el respeto por la naturaleza, al menos procurando un equilibrio del crecimiento urbano con el medio ambiente que también es patrimonio para vivir y respirar.
Se puede progresar con más equilibrio.

No se trata entonces de añorar volver a los coches de caballo o a las letrinas o a iluminarnos con velas o a vestirnos con mantas y sombrero o a comunicarnos con señales de humo. Obsérvese ciudades como París, Roma, Boston, San Francisco, Buenos Aires, por no citar tantas otras. Allí se progresa con mejor equilibrio entre progresos técnicos y urbanos, calidad de vida humana y ecológica, con conservación de la identidad y la memoria.

Si tanta gente de Medellín se queja y lamenta entonces en estas páginas al ver las fotos viejas de cosas, casas y espacios viejos bellos o verdes de Medellín que han sido demolidos, destruídos o aniquilados, es por algo. "¿Qué pasó? !Cómo era de bonito Medellín!" exclaman muchos. El sentir de la gente expresado en nuestras páginas es un termómetro muy creíble de que algo no debió pasar. Este sentir debe tenerse en cuenta y respetarse y debe indicarnos un horizonte que debemos mirar con honestidad.

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