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Nazismo


Enviado por   •  25 de Junio de 2013  •  Exámen  •  1.442 Palabras (6 Páginas)  •  336 Visitas

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El Nazismo

Junto al fascismo italiano el otro movimiento de corte fascista importante, aunque no el único, es el nazismo alemán, en el poder desde 1933. Aunque desde el punto de vista ideológico los similitudes entre los dos movimientos son evidentes, las diferencias son también grandes, el nazismo hará hincapié en la pureza de la raza aria alemana y considerará a las demás como inferiores, en esa línea se producirá la persecución primero y la eliminación sistemática después de los judíos alemanes.

El líder indiscutible del Partido Obrero Nacional Socialista Alemán (conocido por la abreviatura Nazi) será Adolf Hitler, que encarna, a su vez, el prototipo de líder fascista.

La frustración alemana tras el Tratado de Versalles y la inestabilidad de la

República de Weimar, vigente en Alemania desde la abdicación del káiser, son factores importantes a la hora de entender la aparición y desarrollo del fenómeno nazi. Pero muy determinante en su crecimiento fue el panorama desastroso que se abre en

Alemania con la crisis de 1929 y el aumento espectacular del paro, esto lleva a muchos abrazar las ideas de un partido que promete trabajo, restauración del espíritu nacional y expansionismo territorial, la aplicación metódica de este último principio llevará sin remedio a la II Guerra Mundial.

El nacionalsocialismo (nazismo) es fundado por Adolfo Hitler a principios de la década de 1920, en gran medida como consecuencia de la humillante situación en que había sido puesta Alemania tras la firma del armisticio que dio fin a la Primera Guerra Mundial, el Tratado de Versalles. Este Tratado impuso a Alemania unas condiciones tan drásticas

(casi vengativas) que hacían que el país tuviese que destinar un enorme porcentaje de sus ingresos nacionales al pago de daños e indemnizaciones, principalmente a Francia y la Gran Bretaña, con lo cual le resultaba imposible recuperarse económicamente después del desastre que la guerra había significado. Por causa anterior, el gobierno de centro-izquierda que se implantó en Alemania después de finalizada la guerra (periodo que es conocido como la (República de Weimar) fue absolutamente incapaz de lidiar con el desprestigio que supuso aceptar las severas condiciones impuestas por el Tratado de Versalles, lo que lo hizo blanco de los ataques de los sectores más ultraderechistas de la población que clamaban por regresar a un estado de cosas similar al que el Imperio prusiano había impuesto tras la Batalla de Sedan en 1870, en la cual derrotaron y humillaron a Francia. Así las cosas, una doctrina que abogase por el regreso de la antigua gloria imperial y del perdido orgullo que había construido la historia reciente de Alemania tenía todo el terreno abonado para germinar y florecer, como efectivamente sucedió con el nazismo. Hacia mediados de la década de 1920 el nazismo ya era una fuerza política reconocida aunque minoritaria, pero día a día contaba con más simpatizantes que veían en ella y en su líder la salida ideal al estado de postración en que vivía Alemania por ese entonces. Ya en la década de 1930, el nazismo era una fuerza poderosa, y tan sólo esperaba el momento propicio para asumir el poder, momento que se dio en 1933, primero con la renuncia del canciller Hindenburg y la asunción del cargo por parte de Hitler y luego con el incendio intencional por parte de los nazis de Reichstag (el edificio del Parlamento), del cual acusaron a los comunistas, con lo cual se dio el pretexto ideal para que el partido nazi pudiese hacerse con el poder absoluto en Alemania.

Se ha sugerido que Hitler "es uno de esos pocos individuos de los cuales se puede decir con absoluta certeza que: sin él, el curso de la historia habría sido diferente", que sin él las cosas habrían sido muy diferentes.

No hay duda que Hitler poseía un carisma y capacidad oratoria, pero también una ambición excepcional. Al igual que su carisma lo era su falta de escrúpulos, estaba dispuesto a sacrificar lo que considerase necesario en cuanto cumpliese sus objetivos. Pero tampoco hay duda que tanto los objetivos como los medios eran avalados por el Zeitgeist, y que Hitler encapsuló -voluntaria o accidentalmente- lo peor de ese espíritu de su época. Si bien es posiblemente correcto que sin Hitler el nazismo no habría sido lo que fue, no es menos cierto que sin ese zeitgeist Hitler no hubiese repercutido con tal magnitud.

Derrotada Alemania en la primera guerra mundial, se convierte en una república bajo la llamada Constitución de Weimar

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