Revolucion Francesa
incorrectos18 de Marzo de 2013
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La Revolución Francesa de 1789 ha sido de suma importancia para la historia del mundo debido a su gran influencia ideológica, política y económica; constituyo una ruptura en el orden político y la sociedad de la antigua tradición feudal. Su importancia para el resto del mundo, como plantea Hobsbawm, se debe a que fue la única revolución social de masa y la más radical que cualquier otro levantamiento; dado su carácter ecuménico, ya que “sus ejércitos se pusieron en marcha para revolucionar el mundo, y sus ideas lo lograron”. (Hobsbawm, 1962)
Para poder entender el cambio que devino con la Revolución Francesa en la sociedad, en primer lugar hay que explicitar las causas que la originaron; los antiguos regímenes se encontraban en crisis, “el mundo campesino representaba el 85 por 100 de la población francesa y la economía estaba siendo condicionada por la escases y la crisis de subsistencia que terminaron en grandes hambrunas” (Vovelle, 1981). En cuando a la organización social, los tributos señoriales fueron los causantes de las agitaciones del pueblo campesino porque el señor feudal detentaba un derecho de justicia sobre los campesinos de sus tierras. Los tributos señoriales consistían en el derecho que incluía rentas en dinero y un porcentaje que debía entregarse sobre las cosechas. El campesinado francés en su mayoría era propietario de la tierra. Eric Hobsbawm encuentra para los orígenes de la Revolución Francesa otras causas, por ejemplo las relaciones comerciales exteriores: durante el siglo XVIII Francia fue el mayor rival económico de Gran Bretaña. Otro factor que indujo a la Revolución Francesa fue la Independencia americana, porque la victoria contra Inglaterra significo el endeudamiento de los franceses por apoyar dicha independencia.
Según Michel Vovelle, la sociedad de la época era una sociedad de “ordenes” tripartita, un mundo jerarquizado que tiene connotaciones psicológica, compuesta por la nobleza, el clero y por el Tercer Estado; los dos primeros contaban con beneficios fiscales y no era necesario que pagaran los impuestos reales y también tenían acceso a los cargos honoríficos. Eric Hobsbawm con respecto a la situación política de la nobleza dice: “La monarquía absoluta, aunque completamente aristocrática e incluso feudal en sus ethos, había privado a los nobles de toda independencia y responsabilidad política, cercenando todo lo posible sus viejas instituciones representativas: estados y parlements”.
En cuanto a la mentalidad de la época, el autor de “Introducción a la historia de la Revolución francesa”, hace referencia a la “cascada de desprecio” de la clase privilegiada con respecto a los plebeyos en la que entran en juego la sociedad dividida en ordenes y que refleja la realidad dominada por los enfrentamientos de las diferentes clases (Vovelle, 1981).
A fines del siglo XVIII, Francia padecía una crisis y una incoherencia del sistema del impuesto real, porque “este impuesto era diferente según los grupos sociales, lugares y las regiones, del norte al sur, de las ciudades al campo”. La crisis también llego a la aristocracia nobiliaria, Vovelle para analizar dicha declinación lo hace desde dos puntos de vista, el absoluto o relativo. El primero se utiliza para la parte de la nobleza que vive por encima de su capacidad económica, que en algunos casos se han beneficiado con el ascenso de la renta de la tierra. Por otro lado, la riqueza originada en la renta de la tierra está en declinación relativa en relación con la explosión del beneficio burgués. Todo este modo de vida puede desencadenar en actitudes colectivas, que el autor ha dado en llamar “la reacción nobiliaria o aristocrática”, la cual consistía en que los señores resucitaban antiguos derechos y a menudo se aferraban con éxito a las tierras colectivas o a los derechos de la comunidad rural.
“La corte tiene un poder no solo simbólico. Al provocar la hostilidad de los campesinos y de los burgueses, la reacción señorial y la reacción nobiliaria contribuyeron en gran medida a la creación del clima pre revolucionario, y la monarquía se vio comprometida debido al apoyo que les prestara” (Vovelle, 1981). El antiguo régimen fue atacado desde la burguesía y los grupos populares; esto lleva analizar si la Revolución francesa fue una revolución de miseria, dada a la situación precaria de una gran parte del campesinado; o una revolución de la prosperidad por el ascenso de la burguesía a partir de la compra de tierras y de bienes raíces o de títulos de oficiales reales que confieren a sus poseedores una nobleza susceptible de transmitirse hereditariamente, pero esto es para un sector de la burguesía, la gran mayoría eran pequeños productores independientes- comerciantes o artesanos- agrupados en corporaciones, empresarios, comerciantes y hombres de negocios que muchos se habían establecido en los puertos. Se habla de este momento como el siglo del capitalismo comercial, porque la burguesía francesa incluye también un mundo de abogados y médicos, es decir, profesiones liberales, que serán esenciales para la Revolución, por sus ideales, que con la filosofía de las Luces se vio asegurada por la difusión de la literatura. La Revolución Francesa no fue hecha o dirigida por un partido o un movimiento en el sentido moderno, nos dice Hobsbawm, ni por unos hombres que trataron de llevar a la práctica un programa sistemático: “no obstante, un sorprendente consenso de ideas entre un grupo social coherente dio unidad efectiva al movimiento revolucionario”. Este grupo era la burguesía; con sus ideas liberales clásicas formuladas por los filósofos y los economistas, propagados por la francmasonería y otras asociaciones
El malestar de las clases populares por la alza de los precios del cereal, una superproducción vitícola y por último un tratado con el comercio anglo francés crearon dificultades en la industria textil del reino; a este panorama se le debe sumar la cosecha desastrosa de 1788. Todo el contexto crítico llevo a la primera sublevación del pueblo en los barrios de Paris propagándose luego en varias provincias. Esta situación termino con la convocación a Estados Generales que fue adquiriendo un tono revolucionario.
Vovelle hace mención de tres revoluciones diferentes entre 1789 y 1791, una revolución institucional o parlamentaria, otra urbana o municipal y por ultimo una revolución campesina. Con la inauguración de los Estados Generales y con la proclamación de la Asamblea Nacional Constituyente por primera vez en la historia el pueblo francés adquiere el derecho a hablar en la asamblea. Pero con ello aparece el problema del voto, si se debe hacer por cabeza o por ordenes, si se vota por cabeza los que saldrían perdiendo es la clase privilegiada por el numero mayoritario del pueblo. La política liberal de la Asamblea con respecto al campesinado fue el cercado de las tierras comunales y el estimulo a los empresarios rurales; respecto a la clase trabajadora, la proscripción de los gremios; respecto a los artesanos, la abolición de las corporaciones (Hobsbawm,1962). En esta situación mezclada de derechos que deben ser reconocidos y deseos de un cambio, el pueblo comienza a organizarse revolucionariamente y armarse. El 14 de julio, el pueblo se apodera de la Bastilla, fortaleza y prisión real; este hecho se convirtió en el símbolo de arbitrariedad real y del Antiguo Régimen, ratifico la caída del despotismo y fue aclamada por todo el mundo como el comienzo de la liberación. Para Hobsbawm en las ideas implícitas del nacionalismo de 1789, se dio por primera vez la expresión oficial: “el Pueblo”, identificado con “la nación” era un concepto revolucionario; “mas revolucionario de, lo que el programa burgués-liberal se proponía expresar. Por lo cual era un arma de doble filo”.
“Gracias a la revolución popular la revolución parlamentaria pudo materializar sus éxitos” (Vovelle, 1981). La toma de la Bastilla significo que el rey tenga que aceptar el nuevo cambio y adoptar el símbolo tricolor que identificaba al nuevo proyecto. Cuando se habla de la revolución municipal, se debe a que muchas otras ciudades siguieron el ejemplo de lo ocurrido el 14 de julio en Paris. Todo esto se transformo en una ola antinobiliaria en la que ardían castillos, la violencia estaba a la hora.
En este contexto surge un nuevo movimiento: el Gran Miedo, que tiene connotaciones importantísimas en la mentalidad del pueblo. Por ejemplo por el temor “imaginario” de posibles invasiones inglesas o piamonteses, que pronto menguaran, provocan la “sublevación agraria y se prolonga en el pillaje de los castillos y la quema de los títulos de derechos señoriales”. El Gran Miedo es lo que llevo a la participación de la masa de campesinos a la Revolución. Para el sector de la burguesía revolucionaria esta era una intrusión no deseada. La fecha del 4 de agosto fue importante para la historia porque ese día los privilegiados hicieron sacrificio de su condición y vieron como se destruía la sociedad y las instituciones del Antiguo Régimen, es decir, el feudalismo. La Asamblea Nacional eliminó el sistema feudal en su conjunto, pero introduce distinciones sutiles entre derechos personales y los derechos reales que gravitan la tierra, a los que se limitaba a declarar enajenables. A pesar de esto, el 4 de julio se sentaban las bases para un nuevo orden civil burgués, fundado en los principios de igualdad y libertad de iniciativa, pero los campesinos se negaban a aceptar estas nuevas bases, porque ellos luchaban por la abolición completa del sistema feudal. Como solución la Asamblea preparo una nueva Constitución que rigiera el destino de Francia; “se declaran los Derechos del Hombre y del Ciudadano
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