Revolución Mexicana

Hace ya más de un siglo de la revolución.Cien años es un largo periodo en la vida de los hombres: se suceden varias generaciones. Pero en la vida de un pueblo, cien años apenas son un parpadeo.

Para los historiadores, un siglo es una magnífica oportunidad para hablar de lo que ya pasó, no para juzgar, sino para reflexionar acerca del camino que ha andado el País.

Actualmente podemos contemplar tristemente que en algunos aspectos las estructuras porfirianas parecen estar presentes. Desde el gobierno corrupto hasta los intelectuales que luchan por combatirlos, desde las multitudes que quieren alzar la voz hasta la indiferencia popular, etc.

Todos sabemos que la revolución luchó contra la existencia de latifundios y la miseria en la que vivían los campesinos. Recordemos que el Plan de Ayutla reclamó la tenencia de la tierra para quien la trabajara, y que miles de campesinos murieron para hacer realidad este derecho. La Revolución les quitó las tierras a los hacendados para dárselas a los trabajadores, esperando así que los campos se volvieran productivos y así salir de la miseria evidente. Hoy, sin embargo, han vuelto a aparecer los latifundios y las enormes propiedades; muchísimos mexicanos se han ido del país, otros deambulan en las ciudades viviendo de un salario miserable, con hambre, con injusta repartición de las riquezas, con ganas de rebelarse pero al mismo tiempo con la represión social de los gigantes del poder, los que quieren engrandecerse ellos mismos, olvidándose de su labor como gobernantes, ayudar al pueblo.

A lo largo de estos cien años en los que se suponía el país debía estar libre y productivo, la realidad es completamente contradictoria, el poder no se le ha dado nunca al pueblo y no se le dará a menos que tengamos unos líderes como aquellos dos caudillos, Villa y Zapata, quienes abusando de su carisma para mover multitudes y abrirles los ojos, lograron muchísimo durante su lucha.

¿Cómo hacer para que no se desperdicie la sangre que se derramó y los años de lucha para ser democráticos al cien por ciento? Si en un centenario no se ha podido responder esta pregunta, mucho menos en estos tiempos en los que el pueblo está completamente robotizado por los monstruos que nos gobiernan. El reto que enfrenta México es solucionar el conflicto que tiene con sus etnias, solucionar la problemática de frenarnos entre nosotros mismos.

La unión hace la fuerza, y en este país hay de todo menos unión.

A continuación daremos un paseo por el pasado y así entender el porqué de la impotencia de saber que la Revolución mexicana no ha dado los frutos deseados.

El Porfiriato

Abarca de 1876 hasta 1911, con siete periodos presidenciales y un octavo sin concluir. Un hombre al frente de una nación que seguía siendo una república, pero que en los hechos se había convertido prácticamente en una monarquía donde Porfirio Díaz se coronaba como rey.

Durante su mandato hubo desigualdad de clases sociales, enfermedades, hambrunas, rebeliones, devaluaciones en la moneda y un sinfín de puntos malos, Así como también hubo grandísimos avances, que aunque no equilibraba la balanza de la democracia.

Un ejemplo son las huelgas de Cananea y Río blanco, las cuales demandaban una igualdad de condiciones laborales, dejando como resultado claro, cientos de muertos y heridos.

Llegando al punto de la sustitución de Díaz por Madero, quisiera integrar esta información acerca de cómo fue la comunicación entre estos dos personajes para tratar esta situación. Acompañada de una carta el 2 de febrero de 1909, Porfirio recibió un ejemplar del libro La sucesión presidencial de 19010, un regalo del Francisco I. Madero, alguien que se preocupada por la democracia y el futuro del país. En él se realiza un riguroso análisis de la administración porfirista reconociendo los logros logrados en esos 30 años, pero también critica la dictadura de Díaz y su desapego a las leyes constitucionales.

Propone la fundación de un nuevo partido y las elecciones libres pata elegir al gobierno. Pero sobre todo Madero advertía de que en caso de que el presidente Díaz no aceptara ningún

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