SINALOA 100 Años De Historia Educativa 1910 2010

A propósito del libro Sinaloa: 100 Años de historia educativa. Educación y Escuela Rural Mexicana (1910 – 2010) del profesor José Guadalupe Rincón Andrade.

El escritor judío-británico Benjamín Disraeli (1804-1881) sostenía un argumento que creemos es la base motivacional del libro Sinaloa: 100 Años de historia educativa. Educación y Escuela Rural Mexicana 1910—2010 del Mtro. Rincón; decía el inglés: Cuando necesito leer un libro, lo escribo. Pero intuimos que al argumento le falta un elemento: que el libro no exista.

Don José Guadalupe, seguro que buscó el libro que deseaba leer sobre la educación pública en el Estado en el trayecto del siglo XX y la primera década del que corre, primero por diversas librerías en Sinaloa, y en el Distrito Federal, también en diversos archivos y fólderes, para finalmente navegar en internet. No lo encontró. En cambio, si fue encontrando muchos datos que se fueron acumulando por años y empatando con lo que ha vivido como perspicaz estudiante, profesor, director, funcionario y representante público en Sinaloa y en el país.

El libro lo observamos como un poliedro que se fue construyendo de diversas fuentes de información sobre la educación pública en el Estado de Sinaloa. Veamos algunas de las caras del texto:

a)Los protagonistas de la educación. El libro recupera desde el principio la vida de los arquitectos de la educación desde varios ángulos. Primero siguiendo puntualmente, uno por uno, a los tomadores de decisiones; los gobernadores de Sinaloa, pero tratando de analizarlos desde su contexto histórico y social. La revolución mexicana es el parteaguas, el hito en la periodización que plantea el escrito del maestro: hay un antes y un después de este acontecimiento histórico. Pero el texto también recuperando elementos biográficos de los Protagonistas; rasgos que los humanizan y aproximan al sentido humano que siempre cultiva Rincón. Generaliza sobre la gestión de gobierno y se detiene en el corazón de sus preocupaciones: la obra educativa de cada uno de estos actores. De los gobernadores parece no quedar fuera ninguno del siglo al que está delimitado el texto. Es notable el esfuerzo de relacionar lo local, con las políticas públicas nacionales que están implementando en el territorio nacional, por instancias federales.

b) El paisaje. La geografía sinaloense. En los datos, como una suave brisa, se pasan la mayoría de los municipios y poblados del Estado de Sinaloa. Como si cada lugar quisiera con algún representante u obra educativa pasar lista de presente en lo escrito.

c) El libro—clase. No se trata de un libro de historia, en el sentido tradicional, que solo abruma, aburre y aleja con referencias encontrada y empolvadas en un recóndito sitio. Es un escrito próximo; hay corridos norteños, anécdotas, recuerdos, remembranzas, historia oral y, tal vez, mítica. El libro es más una clase de un conocedor maestro que una lección última y erudita. En esta charla de profesor vemos aparecer profesores muy querido, que han dejado huella de un impacto a veces local, otras estatal y con frecuencia nacional. En las Experiencias Magisteriales, Rincón, hace un reconocimiento a maestros de diversos calibres de su Estado adoptivo. En esta faceta el libro es casi íntimo; va a ser difícil que cualquier ciudadano sinaloense no encuentre algún maestro conocido en estas descripciones. Maestros vivos, que han hecho vivir e imperecederos por su increíble obra a favor de la educación vemos gracias a este amplio abanico.

d) La gran lección. Uno de los aportes educativos de México al mundo, al finalizar el proceso revolucionario (iniciado en 1910) es—todavía insuperable—la creación y puesta en marcha de la Misiones Culturales. El libro se detiene en su análisis, como llamando la atención de la importancia crucial en la historia de nuestro país. Como refrescando la memoria sobre maestros-misioneros que fincando el país con cultura, educación, gestión y servicio. A nosotros nos parece que se necesitará en el momento actual una gesta de igual dimensión para reconstruir el tejido social, tan deshilachado en el momento actual.

e) El libro tiene una parte muy sentida: el análisis de la Escuela Rural mexicana. Sin está no se podría explicar muchos de los logros educativos y de desarrollo nacional. El maestro Rincón hace un reclamo para no abandonar este proyecto de trascendencia universal.

Con todo hay que decir que el libro que José Guadalupe Rincón Andrade, quería leer ya existe. En esta ocasión no es autobiográfico, pero si habrá que reconocer que también él debería estar en este recorrido biográfico, por su colaboración en fortalecer la historia educación de este país, desde el aula con lo escrito.

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