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Enviado por   •  28 de Mayo de 2013  •  688 Palabras (3 Páginas)  •  366 Visitas

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PUEBLA CUNA DE LA REVOLUCION MEXICANA

“¡Lo que siento, es haber sacrificado a hombres de tanto valor por un pueblo tan desgraciado y cobarde!”, palabras que dijo Aquiles Serdán a su madre después de la muerte de su hermano Máximo.

La Revolución Mexicana es símbolo del cambio, gracias a ella se originaron las condiciones actuales del México moderno. La lucha anti-reeleccionista liderada por Francisco I. Madero comenzaba a traducirse en Puebla antes que en cualquier otra parte de la República Mexicana.

En enero de 1910, Aquiles Sedán lanzó una convocatoria a quienes llamaba “Hijos de la Patria y el trabajo”. “Al núcleo más numeroso de la sociedad es a quien nos dirigimos para que todos aquéllos que simpaticen con el alto y sublime principio que perseguimos: Sufragio Efectivo, No Reelección, vengan a agruparse en torno de la inmaculada enseña que hoy enarbolamos y nos ayuden eficazmente a instalar el Club Anti-reeleccionista de Obreros”,

Varias fueron las manifestaciones y movilizaciones de obreros, estudiantes y maderistas que se registraron en Puebla “a pesar de la mano de hierro que ejercía su gobernador, Mucio P. Martínez”.

Apoyado por pocos seguidores, y para mala fortuna de Aquiles Serdán, días antes de la fecha prevista, la revolución en Puebla se desató. Llegó a oídos de Aquiles Sedán la información de que el jefe de policía, Miguel Cabrera comenzaba una serie de cateos para tratar de encontrar las armas de los futuros rebeldes.

En la casa de Santa Clara, repleta de armamento que se ocuparía para el movimiento del 20 de noviembre, privaba la inquietud.

Desde las primeras horas del 18 de noviembre, Carmen, Máximo y Aquiles Serdán esperaban el momento del cateo a la Casa de Santa Clara reunidos con sus colaboradores maderistas. Cuando el momento llegó, los anti-reeleccionistas se defendían desde los balcones de la casa con armamento que habían preparado para tal hecho.

Tras la muerte de Cabrera al inicio del tiroteo, desde la azotea de la casa, Máximo y sus compañeros presenciaron la llegada del grueso de las tropas federales y el combate aumentaba de intensidad. Más tarde las fuerzas ya se habían apoderado de la azotea y Máximo había muerto.

Aquiles consideraba que si lograba escapar en los días siguientes podría reorganizar la revolución en el estado, de tal forma que la muerte de su hermano y del resto de sus correligionarios no fuese en vano. Aquiles tomó su revólver, guardó varios cartuchos y se dispuso a esconderse en un compartimiento que se encontraba en la planta baja de la casa. La madera del piso hacía imperceptible el lugar donde se encontraba el hueco.

Las mujeres de la casa doña Carmen Alatriste, Filomena del Valle y Carmen Serdán, fueron llevadas a prisión.

Tras

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