Totalitarismo

TOTALITARISMO.

En la historia de la humanidad la sociedad se ha regido por un líder o por un grupo de líderes donde se considera deben cumplir una función de dirección y control de la

En esta ocasión la forma de gobierno aplicada ha iniciado en los años veinte pero desarrollada y puesta en práctica en el siglo xx por regímenes como el nazismo y el estalinismo. Establece la existencia de un partido único, habitualmente dirigido por un líder carismático, y ha ejercido un control casi completo sobre la vida pública y privada de los ciudadanos y en donde su base se sustenta necesariamente en un firme control de medios de comunicación e información ejerciendo una fuerte influencia sobre la opinión pública, propiciando la formación de un "pensamiento único", legitimador de las actuaciones del gobierno.

Los derechos y libertades no tienen ningún valor de consideración en este régimen. Cualquier tipo de oposición o crítica a su ideología es reprimida y llamada como traición.

Un estado totalitarista es regido por una persona o partido único, que tras asumir el poder convierte al estado en un valor absoluto obligando a los habitantes a sujetarse a su poder. No existe la división de poderes y si existe no es una verdadera división pues el mismo grupo controla todo.

Los estados totalitaristas cuentan con una o un conjunto de doctrinas completas y complejas, las cuales aplican a todos los habitantes si es necesario por la fuerza. Como es casi imposible gobernar sin el mínimo apoyo del pueblo, se busca convencer a las personas de que lo único verdaderamente correcto es lo que el estado propone.

Hoy el totalitarismo no es la forma de gobierno de nuestro entorno, pero actitudes totalitarias a menudo rebrotan como si las semillas de éste perdurasen arraigadas en nuestra sociedad. ¿Qué actitudes totalitarias? Podemos preguntarnos en qué medida tienden al totalitarismo las siguientes:

Hay un partido único, a cuyo frente hay un jefe con poderes prácticamente ilimitados (o, en todo caso, formidablemente amplios) y él mismo constituye también la máxima autoridad (el superior vértice jerárquico) de la maquinaria estatal; hay una economía centralizada; una ideología oficial, que se impone incondicional y coercitivamente sobre todos los habitantes, y busca tener en cuenta todos los aspectos de la vida; y una organización policial aterrorizante, con el objeto de asegurar la efectividad de todos los restantes medios, es decir que la población los cumpla por miedo, ya que es obvio que la mayor parte de la población se opone a estas medidas.

Por muchas razones. Un régimen de gobierno no puede durar por mucho tiempo si va en contra de los intereses y la voluntad del grueso de la población. Podrá sostenerse únicamente mientras tenga una fuerza (ejército, policía,

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