Trabajo Social

Un día sin saber por qué, se engendró mi vida en el vientre claro de mi madre. Y desde entonces se inició este proceso irreversible, acontecimiento único e irrepetible.

Más tarde nací entre mantas tricolores y dando un grito, no sé si se de rebeldía o de esperanza.

Comencé a saborear el pecho moreno de mi madre y con él un mundo extraño y maravilloso.

Experimenté muy pronto el trabajo duro de mis manitas de niña, y el hambre, no siempre satisfecha.

Sin todavía saber por qué, me vi envuelta en años, y junto a otros, en esta tarea humana, tan vivible y tan absurda a la vez.

Me doy cuenta ahora que llevo una historia personal y colectiva escrita en cada paso, cada palabra, cada muerte; amalgamada de tristezas y sueños, de preguntas y respuestas que no alcanzo a comprender.

¿Qué sentido tienes tú, tengo yo en esta sociedad de vida y de muerte?

¿Por qué sentimos tan nuestro el canto de “querer vivir la vida, no morirla”?

¿Cómo explicar el trabajo, la historia, las ideas, la ciencia, el sudor, el pan y el hambre?

No lo sé. Tal vez juntos podamos encontrar una respuesta y explicar este deseo inmenso de hacer con los brazos de todos un solo brazo grande y solidario.

Tal vez juntos podamos comprender que la historia no es tuya ni mía, sino de todos, y que éste grito que nos rebela y nos anima lo debemos gritar juntos.

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