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Tudors


Enviado por   •  13 de Agosto de 2015  •  Síntesis  •  3.762 Palabras (16 Páginas)  •  182 Visitas

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La era de los descubrimientos

Encabezados por España y Portugal, lo exploradores europeos  cruzaron los océanos en busca de nuevas tierras, cambiando los límites de lo desconocido.

Salvo por los oficiales, todos en los barcos vivían en la cubierta superior, donde sufrían el azote de los vientos, las fuertes lluvias y el intenso calor tropical, mismo que causaba la rápida descomposición de la comida. Así pues, la dieta del mar era bastante pobre y constaba por lo general de carne seca (lo que le da el gusto y la consistencia de una suela de zapato ahumada), y pan húmedo. La fruta fresca era  sumamente escasa y su falta, producía en los marineros, el escorbuto.[1] 

Estos lobos de mar, consumían grandes cantidades de vino, en parte para matar el aburrimiento de la vida en altamar y ahorrar la escasa agua dulce disponible, o bien, para olvidar el dolor de las enfermedades. Sin embargo, el alcohol también provocaba motines y peleas constantes entre las tripulaciones de los viajes trasatlánticos.

¿Qué llevaba a los hombres a arriesgar sus vidas en condiciones tan lamentables, (sin hablar de los posibles naufragios) dejando a sus familias y posesiones, para ir en busca de lo desconocido?

El mundo que hemos estudiado hasta el momento, para el común de las personas de la época, no era más grande que la villa y/o la ciudad donde habían nacido. Salvo para los viajantes de comercio[2] viajar a un punto distante era muy poco común.

Si bien Europa, África y Asia mantenían entre sí algún contacto, América era un mundo con sus propias condiciones, culturas y civilizaciones. Sus habitantes mantenían poco o ningún contacto con otros continentes.[3]

Esta situación comenzaría a cambiar a partir de 1450, cuando comienza la llamada, era de los descubrimientos: esta es una consecuencia del nuevo espíritu y de la curiosidad del Renacimiento. (No olviden la importancia del individualismo en esta novedosa era.)

Los motivos

Si bien, los motivos de individuos y naciones son un poco difíciles  de establecer, es posible delimitar que los exploradores europeos estaban espoleados por la triada “Dios, gloria y poder”.

Dios: La mayoría de los europeos creían que Dios les había dado como misión, la conversión de los no cristianos[4] que encontrasen en sus viajes. Cristóbal Colón, por ejemplo sabía que los reyes españoles patrocinarían su expedición por las especies y los metales preciosos que obtendrían, pero creía firmemente “que el mejor servicio que haría a los reyes, era la conversión de quienes encontrase a la santa fe de Cristo”.

Gloria: muchos de los exploradores que navegaron alrededor de África o arrostraron los peligros de encontrar un Nuevo Mundo, lo hicieron con el fin de alcanzar fama y gloria.

Si bien muchos de ellos jamás regresaron de sus búsquedas y desaparecieron en la obscuridad, quienes alcanzaron sus metas y volvieron a Europa, ganaron fama, gloria y a veces dinero. (Pero no olviden que también muchos de aquellos expedicionarios que volvieron, murieron en la pobreza y la soledad.)

Oro: la esperanza de encontrar oro y/o metales preciosos, así como las preciadas especias[5], básicas para la conservación de la comida, en una época en la que no había refrigeradores, hicieron que muchos exploradores arriesgaran sus vidas en un afán de obtener esas riquezas. Pero no se trataba solamente de un afán personal, las naciones necesitaban la riqueza en la forma que fuese, pues entre mayor fortuna acumulada tuviese un país, más rico y por lo tanto más poderoso era. A éste fenómeno se le conoce como mercantilismo.

España y Portugal, a la cabeza de las exploraciones

En 1476, un hombre, nacido en Génova y establecido en Portugal contemplaba el horizonte, mientras veía zarpar los barcos hacia altamar.

Hasta el momento, los cálculos sobre el tamaño de la tierra eran inexactos y apenas empíricos, pero ese hombre, de apellido Colón, creía en alcanzar las ricas tierras de Cipango y Cathay, las tierras de las especias, en Asia, navegando hacia el oeste.

Para poder llevar a cabo su sueño, Cristóbal Colón necesitaba marineros, dinero y barcos, especialmente. Ofreció su proyecto al rey de Portugal, Enrique el Navegante, pero éste, (a pesar de haberse ganado el nombre por sus muchos viajes por mar) juzgándolo quizá loco o poco prudente, denegó ayudarle.[6]

Finalmente, los Reyes Católicos Isabel y Fernando de Castilla y Aragón respectivamente, le ofrecieron patrocinar su expedición. (sí, son los mismos de la Reconquista española, quienes expulsaron a Boabdil y con su matrimonio unificaron España). Le proporcionaron tres carabelas, (recuerden que la técnica para realizar éstos barcos, fue una herencia mora) y le dejaron en libertad de elegir su tripulación.

Una soleada mañana del 3 de mayo de 1492, Cristóbal Colón zarpó del puerto de Palos con sus tres flamantes naves, llamadas La Niña, La Pinta y La Santa María Tras varios meses de navegación, en los que únicamente observaron el mar y el cielo, en las deplorables condiciones ya descritas, varios intentos de motín e incluso de asesinato; el vigía de La Pinta, llamado Pinzón, lanzó el grito que todos esperaban “¡Tierra a la vista!” era el primer hombre en avistar la tierra de un nuevo continente.

Se trataba de la isla de Guanahaní, ubicada en el Mar Caribe y a la que Colón llamó San Salvador[7].

De regreso a España en 1493, Colón fue recibido como un triunfador por los monarcas españoles, principalmente por las riquezas en oro y especias que había traído de las “Indias”.

Los españoles, deseosos de hallar riquezas y tierras, se lanzaron a colonizar las nuevas tierras. Sin embargo, en su deseo de colonizar, mataron a mucho de los nativos que no se convirtieron al cristianismo o bien fueron esclavizados. Otros murieron debido a las infecciones como tuberculosis o viruela, frente a las que los americanos no tenían defensas.

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